¿Hacia dónde vamos?

Opinión 25 de mayo de 2022 Por Marcelo Ayala
Hoy se cumplen tres meses de la invasión a Ucrania por parte de Rusia. Así que parece un buen momento para intentar hacer un análisis de la situación, de cómo puede afectarnos como país, o por lo menos hablar del tema e intentar aportar algunas opiniones para una reflexión colectiva.
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Hay muchas guerras en todo el mundo, en todas se pierden vidas, hay mucho sufrimiento y afectan a mucha gente. Así que tratando de no poner el valor de unas vidas por sobre otras, haré foco en la guerra en Ucrania.  Entiendo que merece una especial atención, porque está cambiando el mundo tal como lo conocemos.

Esta guerra no es solo militar, de un país invadiendo a otro. También es una guerra económica y una guerra mediática, de desinformación. Y ya está afectando a todo el mundo, en mayor o menor medida.

Meses antes de la invasión, ya podíamos ver esa guerra mediática, con discursos cada vez más duros, advertencias, amenazas. Con cada declaración que se hacía, la tensión aumentaba y la situación parecía estar cada vez más cerca de un conflicto. Hasta que llegó.  

Con el paso del tiempo ha ido a peor, desde ambos bandos podemos ver como se manipula información, y cada uno intenta instalar su versión. 

Por un lado se intenta hacer ver a Putin, como si fuera un villano de las películas de James Bond, la personificación del mal, que invade Ucrania porque quiere conquistar al mundo y convertirlos a todos en comunistas.

Y por el otro se habla de la desnazificación de Ucrania, se apela a un sentimiento histórico muy fuerte, como fue para los rusos la lucha contra el nazismo. También se intenta personificarlo y así unificar esfuerzos, para la protección contra el enemigo invasor, la OTAN.

Cada día podemos ver esta guerra en los medios de comunicación internacionales,en occidente se ha llegado al punto de censurar medios pro rusos y solo tenemos una parte de la historia. Si queremos información de los otros, hay que buscarla y mucho, en medios alternativos. Y pasa lo mismo en Rusia, pero al revés. 

Solo nos enteramos de lo que ellos quieren, hay censura, no hay un acceso real a la información sobre lo que está pasando en la Guerra. Todo es propaganda.

Esta desinformación se ve trasladada a las redes sociales, cada día podemos ver cómo se comparte cualquier cosa sin verificar si es real o no, se ha llegado a compartir grabaciones de videojuegos, que son casi reales, como si fueran cosas que están pasando en la guerra.

Se apela a esa inmediatez de las redes, a la compasión por ver a alguien sufriendo o al miedo porque mañana te pueda pasar vos, para que la gente comparta cualquier cosa, y así generar ese odio por los otros, los malos, que hacen cualquier barbaridad porque están locos.

De esta forma intentan obligarnos a tomar posición en esta guerra. Y lo están logrando.

Gran parte de la población ya tiene una opinión formada, la pregunta es si tuvieron en cuenta toda la información y que es lo mejor para Uruguay y el Mundo. 

O si la guerra de manipulación mediática y desinformación está ganando.

Yendo a lo estrictamente militar o estratégico, lo que está pasando o lo que puede pasar. Sin entrar en la lógica de quién es el culpable o intentar justificar si está bien o no lo que hizo cada bando, que suelen ser los primeros puntos de debate cuando se habla de esto. Es importante entender los motivos de esta guerra y cómo llegamos a la situación actual.

Esta guerra no es por Ucrania, ese es el detonante. Como lo fue el de la Primera Guerra Mundial el asesinato del Archiducque Francisco Fernando de Austria.

Los motivos de esta guerra vienen de muy atrás, lo que pasa hoy es consecuencia de una lucha de poder histórica. De cómo quedó el mundo después de la segunda guerra mundial, dividido por un muro. De una guerra fría que acumuló tensión durante muchos años, y de la forma en que terminó, dejando a unos con una sensación de derrota y humillación y a otros ejerciendo el poder hegemónico mundial.

Hoy la realidad es muy distinta, con el paso de los años ese liderazgo hegemónico de los Estados Unidos se ha ido desgastando, los atentados del 11S en 2001 y la crisis económica mundial de 2008 han acelerado el proceso. El fortalecimiento de la Unión Europea y el surgimiento de China e India como potencias emergentes hacen ver la posibilidad de un mundo multipolar.

En este escenario de desgaste y redistribución de poder la OTAN  vuelve a ver a Rusia como una amenaza y empieza a avanzar hacia el este justificando así su existencia e intentando recuperar el poder. Haciendo que los rusos los vean de la misma forma y que también hagan lo mismo.

Desde entonces podemos ver esta lucha de poder en cada acción, desde la continua inclusión de países en la OTAN, hasta la anexión de Crimea por parte de Rusia.

Todas las acciones y discursos daban un paso hacia la guerra y todos parecían buscarla.

Si analizamos la situación actual de la guerra, parece estar estancada. Podría durar meses o incluso años. Nadie busca una salida acordada, porque a nadie le sirve, ninguno puede permitirse perder.

Europa y la OTAN siguen enviando armas para que luchen civiles, pero no participan directamente de la guerra, de la cual en parte son causantes, porque ya sería una guerra mundial declarada. Se sigue alimentando un conflicto que podría haber terminado hace mucho, pero lo mantienen vivo por esa eterna lucha de poder. 

Rusia por su parte sigue presionando, está estableciendo posiciones defensivas y no parece tener intenciones de dar un paso atrás.

El pedido de Suecia y Finlandia de entrar en la OTAN solo agrava el conflicto, y vuelve a poner la amenaza nuclear encima de la mesa.

Es imposible determinar cómo o cuándo va a terminar esto,o cómo va a actuar cada parte de aquí en más. Lo que sí sé puede decir, es que cada día estamos peor. Y que cuanto más dure esta guerra, habrá más muertes y será peor para todo el mundo.

Si hacemos un análisis apresurado podemos decir que invadir Ucrania fue un gran error estratégico de Rusia, que Estados Unidos está logrando su objetivo y que la OTAN se está fortaleciendo, sumando nuevas adiciones y consolidando su posición.

Pero hay algo más que analizar, y es la guerra económica, una guerra de desgaste que ganará el que aguante más.

Todos los días vemos medidas tomadas por cada uno de los bandos, destinadas a afectar la economía de los otros. Y de paso al resto del mundo.

Europa ya está negociando el sexto paquete de sanciones, Rusia responde en cada caso con medidas similares. Se habla de petróleo, gas y demás materias primas.

El aumento de los costos de la energía y materias primas se ve trasladado al resto de la economía, generando una inflación brutal.

Está afectando de gran manera a Europa, pero también a Estados Unidos. Que aunque están aumentando los tipos de interés de forma desesperada para contener la inflación, no  lo están logrando.

Si a eso le sumamos la guerra de divisas, el Euro perdiendo fuerza frente al dólar y al rublo fortaleciéndose. 

Y que hay una escasez de trigo, que puede producir hambruna en Europa y el Mundo, por el trigo que no está pudiendo salir de Ucrania, por la guerra. 

Estas cosas generan más suba de precios y más inflación.

Y por si todo esto fuera poco, el mercado. Ese que los liberales dicen que gobierna la economía,  lleva noventa y seis días con tendencia a la baja.

Todo indica que si la guerra no termina ya, vamos camino a una recesión económica mundial, y cuanto más dure, será peor.

Pase lo que pase, gane quien gane, habrá muchos perdedores. El mundo no será el mismo. Los equilibrios de poder van a cambiar y será necesario pensar el mundo con otra cabeza. La ONU y su consejo de seguridad demostraron ser inútiles y será necesario establecer un nuevo liderazgo mundial, nuevos acuerdos que garanticen la paz, la seguridad y la prosperidad de todos. 

Pero para eso debemos estar preparados, nunca antes hemos visto una crisis económica como la que viene.

Como país estamos lejos de siquiera pensar en esto. Aún no nos recuperamos de la crisis del covid, todavía hay gente pasándola mal.

Pero debemos intentar estar preparados y entiendo que para poder salir de lo que se viene lo mejor posible no podemos hacerlo solos, debemos intentar fortalecer la integración regional. Ampliar y profundizar los lazos del Mercosur es nuestra única salida

No podemos tener una política exterior por amiguismo, de acuerdo al color político de quien esté gobernando los demás países. Ni podemos seguir mirando al norte buscando acuerdos bilaterales o actuando como si fuéramos el patio trasero de Estados Unidos, Europa o China.

América Latina está en una posición ideal para enfrentar esta crisis, por su producción de materias primas y de alimentos básicos. Podemos llegar a ser el granero del mundo y consolidarnos como bloque, como una potencia emergente.

Pero es necesario estar unidos y empezar a trabajar ya.

La Semana en Medio Mundo

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