Historias de calles desiertas - El año sin tiempo

Columnas 14 de agosto de 2020 Por Ezequiel Yebara
Una reflexión sobre el paso de los días y el tiempo en el contexto actual, a partir de la película Palm Springs de Max Barbakow.
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Palm Springs de Max Barbakow

Palm Springs (2020) trata sobre una persona que repite una y otra vez el mismo día en su vida. Sí, en el momento donde una buena parte de la población se encuentra confinada o ante un inevitable cambio rotundo en las rutinas diarias, el cine sorprende con una entrega que ayudará a entender un poco qué hacer con nuestro tiempo, cómo darle un poco de sentido al correr del reloj. O al reloj que nos corre. 

Andy Samberg interpreta a Nyles, un joven que amanece junto a su novia en una boda celebrada en una bella casa rural. El hombre está encerrado en un loop de tiempo que hace que ese día se repita de manera constante. Como él mismo aclara al comienzo: “Hoy, mañana, es todo lo mismo”. En una de las noches arrastra sin querer a Sarah (Cristin Milioti), la hermana de la mujer que celebra el matrimonio, al mismo lugar que hizo que él cayera en ese bucle. Los jóvenes desarrollan una relación amorosa y en un momento tienen que elegir si desean continuar con la rutina que se repite o escapar del círculo temporal. 

En la historia también encontramos a Roy (J.K. Simmons), un hombre que conoció a Nyles en la misma fiesta y por otro error del personaje de Samberg forma parte del mismo círculo de repetición temporal. A diferencia de los jóvenes, él no se despierta cada día en la casa rural donde se celebra el casamiento sino que lo hace en su hogar. La película dirigida por Max Barbakow trata sobre el amor y el tiempo. Lo que nos interesa compartir son las posibles reflexiones sobre qué posturas se pueden tomar cuando el tiempo no es lo importante. Es decir, gran parte de nuestras decisiones diarias están mediadas o condicionadas por los minutos, horas, días de la semana, meses y años. ¿Qué sucedería si eso dejara de existir? Y es más, en la película las personas alrededor de Nyles, Sarah y Roy olvidan lo que ellos hacen durante ese día, por lo cual tampoco tienen restricción moral alguna de realizar cualquier acto. Entonces ¿qué haríamos sin ningún tipo de regulación moral o temporal? 

Cada uno de los personajes tiene una postura diferente. Nyles es el más relajado de los tres. Él aprendió a aceptar y disfrutar de esa copia constante del día que le toca vivir. Bebe cerveza, consume comida chatarra, tiene sexo con diferentes personas e irrumpe en piscinas de casas ajenas. No le importa ni cuánto tiempo pasó, ni se interesa en saber si está vivo, muerto o si se encuentra en el purgatorio. El único límite que tiene es el dolor físico ya que comprobó que los dolores y el sufrimiento quedan registrados en el cuerpo. Por más que no pase el tiempo o las personas alrededor se olviden de lo que sucede, su cuerpo no deja ir el dolor. Tal cual le admite 
a Sarah en una de las primeras charlas en la que la chica intenta entender qué está pasando: “Tienes que encontrar la paz.” Y eso es lo que él halló.

La postura de Roy cambia durante la historia ya que pasa de torturar a Nyles por arrastrarlo al loop temporal a aceptar el ciclo de repeticiones. En uno de los diálogos más importantes del film, el personaje de J.K. Simmons le describe a Nyles la vida que lleva en su hogar junto a su esposa e hijos. Los pequeños detalles que comparte allí lo llevaron a aceptar la situación. Roy disfruta la repetición diaria de la compañía y los gestos de amor de sus familiares. 

El conflicto en la historia lo presenta Sarah. La joven no puede aceptar que sus días sean siempre los mismos. Ella hizo algo que no puede tolerar y le será imposible escapar si no logra que los días avancen. Por eso busca la solución a cómo salir de allí y dedica cada minuto a estudiar para encontrar la salida. 

Cuando Nyles acude a Roy sin saber qué hacer porque Sarah se quiere ir del loop temporal, Roy le dice que él tiene que encontrar algo que sea como lo que el hogar familiar representa para él. Así como Nyles en un comienzo encuentra cierto gusto en no tener que preocuparse por nada, bebe cerveza y hace travesuras en la fiesta de casamiento una y otra vez, Roy disfruta de un dibujo que le hace su hija o la sonrisa de su hijo que juega en el patio. No importa si nada de eso tiene sentido o si volverá a ser igual al otro día. Funciona y ya. 

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Palm Springs permite imaginar qué haríamos si no tuviésemos los condicionamientos normales que tenemos día a día. Lo interesante es que resalta la idea de que se puede ser feliz sin prestar atención a lo que más importancia le damos en general. No solo al tiempo, también a las exigencias diarias que nos pone la sociedad, que trasladamos a nuestros gustos, deseos o sueños de manera inconsciente. 

En un momento donde nos rodean mandatos sociales ante una situación de sobreexposición por el avance de la comunicación y la tecnología, no está mal detenerse a pensar que cada uno puede hacer lo que quiere. Tener su hogar como Roy o su baño diario en la piscina como Nyles. 

A pesar de ello, la vida no deja de ser dinámica. No por el correr de los minutos sino porque suceden cosas que pueden alterar nuestro orden. Como le sucede a Sarah que necesita dar un paso hacia adelante. No es dar vuelta el calendario o dejar pasar el tiempo, es abrir un nuevo capítulo. Y no lo hará solo ella. El balance de Nyles también se ve alterado por el enamoramiento con Sarah y sus días ya no le causan el mismo placer. Un factor externo nos puede hacer cambiar y allí habrá que dar el paso hacia lo desconocido. 
El 2020 cambió nuestras rutinas. Como los protagonistas de la película nos hemos encontrado encerrados en casa con una sensación de que el tiempo no pasa y de no saber si es ayer, hoy o un mañana del que, por cierto, no sabemos nada.

El cine al que tantos quieren enterrar o dejar de lado para ver series que no dicen nada y sólo repiten diálogos vacíos que buscan distraer, nos trae una película que funcionará en un futuro como marca de época. Las buenas películas, que a veces son consideradas largas y aburridas, son radiografías de su contexto. La repetición en loop y el conflicto alrededor de las exigencias sociales sobre qué hacer de nuestras vidas aparecen una y otra vez en Palm Springs, como el cambio en la noción de tiempo producido por los confinamientos y restricciones sociales en un sistema económico desbocado que no hace más que exigirnos productividad. 

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