Flexibilidad del mal

Mediateca 26 de julio de 2023 Por Agustín Courtoisie
Un grupo de sobrevivientes de una nevada letal sobre Buenos Aires, debe enfrentar un enemigo ubicuo que invade el planeta Tierra. Ése es el núcleo de la historieta gráfica El Eternauta (1957 a 1959). En el aniversario del nacimiento de uno de sus creadores, Héctor Oesterheld, son muchas las enseñanzas políticas que pueden extraerse, más allá de su amenidad narrativa que permanece intacta.
Tapa El Eternauta
Tapa de El Eternauta (2022) / Fotografía de Joaquín Medina (2023)

No en vano se anuncia para 2024 una versión para Netflix con Ricardo Darín, el uruguayo César Troncoso y la dirección de Bruno Stagnaro, el mismo de la serie Okupas. 

El domingo pasado, 23 de julio de 2023, Héctor Oesterheld (1919 –1977/ 78) habría cumplido 104 años. Su copiloto creativo para El Eternauta, el dibujante y artista Francisco Solano López, había nacido en 1928 y fallecido en 2011.

 “El 27 de abril de 1977 [Oesterheld] fue secuestrado por la dictadura militar. El guionista de historietas tenía 57 años. Se lo llevaron en La Plata y está desaparecido desde entonces. La represión también se ensañó con su familia: sus 4 hijas fueron secuestradas y asesinadas” (Página 12, 2023). Hay elementos para estimar que fue asesinado por la dictadura militar argentina en 1978. Sus restos mortales continúan desaparecidos.

Según esa misma nota de Página 12, Héctor Oesterheld declaró alguna vez que “el héroe verdadero de El Eternauta es un grupo humano: un héroe colectivo” (Página 12, 2023). La trama de El Eternauta  toca por igual la ciencia ficción, la imaginación distópica  y anticipa muchos de los argumentos literarios y cinematográficos de obras posteriores. 

Para no revelar detalles que anulen o mitiguen el efecto sorpresa permanente  que plantean a cada rato las páginas de El Eternauta, avancemos poco y con el mismo cuidado con que los personajes pisaban la nieve tóxica de Buenos Aires. 

Salteando las tres primeras páginas para no “spoilear” de modo precoz un inicio muy prometedor, apenas diré que casi todo comienza una noche fría en que Juan Salvo, padre de familia, juega al truco en la buhardilla con sus amigos. 

Allí están Favalli, profesor de física y aficionado a la electrónica; Lucas Herbert, bancario e interesado en la radioactividad y los contadores Geiger; Polsky, jubilado e improvisado luthier de violines. (Se podría escribir una tesis de maestría sobre el papel que juegan la ciencia y la tecnología en El Eternauta, que es apenas una hebra de análisis entre otras muchas. Me lamento por no habérmelo propuesto. Por algo Héctor Oesterheld era geólogo y había culminado su carrera en la Facultad  de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires). 

Prosigamos. Un piso más abajo, Elena la esposa de Juan, lee un libro. Mientras, en un cuarto cercano, dormía Martita, la pequeña hija de ambos. De repente, un apagón…

La solución de problemas cotidianos para lograr subsistir y convivir en medio de tensiones y peligros permanentes, los momentos de reflexión filosófica y ante todo, la presencia proteica de las fuerzas del mal, o de los equívocos seres a su servicio, arman una colorida trenza que permite leer El Eternauta en varios registros de intereses (etarios, políticos, psicológicos, morales, en una enumeración probablemente incompleta).  

Hannah Arendt hablaba de la banalidad del mal: no siempre es necesario ser un perverso para dañar a otros. Muchos individuos comunes saben comportarse como buenos funcionarios, cumplen  órdenes y preservan su conciencia tranquila. 

El Eternauta escala a otro nivel: ante la banalidad del mal, el ser humano puede reaccionar de modo heroico. El Eternauta ofrece herramientas para dejar de hacer lecturas obvias de los fenómenos que nos rodean y estar alertas ante el carácter flexible y dinámico de las amenazas contra todo lo que hace valiosa la vida en sociedad. 

Por eso se habla de “la apuesta crucial del autor que dio luz a un nuevo tipo de héroe, el héroe en grupo, de carne y hueso, el héroe en que se convierte una persona ordinaria  ante circunstancias extraordinarias” (El Eternauta, 2022, pág. 367). 

Solamente la lectura completa de esta maravillosa y pionera historieta gráfica permitirá captar cabalmente el sentido de esas afirmaciones por ahora difusas.

Nada es literal en El Eternauta  ni apunta inequívocamente a cuestiones locales. Pero ante los copos tóxicos, es difícil no pensar en los bombardeos terroristas de las Fuerzas Armadas argentinas sobre  la Plaza de Mayo, en junio de 1955,  provocando la muerte de cientos de civiles indefensos, entre ellos un ómnibus repleto de niños, con el objetivo de asesinar a Juan Domingo Perón.


REFERENCIAS

El Eternauta de Héctor Germán Oesterheld (textos) y Francisco Solano López (dibujos). Edición de 2022, con prólogos de Guillermo Saccomano y Juan Sasturain. CABA, Argentina: Grupo Editorial Planeta. Historieta gráfica publicada originalmente en 1957-1959. 

Página12 (2023). [Instagram] https://www.instagram.com/p/CvFZew4IGXE/?igshid=MTc4MmM1YmI2Ng==


ILUSTRACIÓN

Fotografìa de Joaquín Medina (2023)

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