
En un país que históricamente se ha destacado por sus políticas sociales, pero que hoy enfrenta un aumento de la pobreza infantil, la desigualdad y la población en situación de calle, el Gobierno uruguayo y diversos actores comunitarios reactivan los espacios de articulación territorial. Estas instancias, que reúnen a instituciones públicas, organizaciones sociales y vecinos, vuelven a cobrar protagonismo como herramienta de coordinación para dar respuestas concretas y cercanas a los problemas que golpean a cada barrio. Su objetivo es claro: pasar de las decisiones centralizadas a la acción directa en el territorio, evitando duplicaciones y potenciando recursos en un momento donde las cifras exigen acciones inmediatas.