Todas las vidas de Clint Eastwood

Columnas 24 de septiembre de 2021 Por Ezequiel Yebara
Se estrenó Cry Macho, la última película de Clint Eastwood. Mucho más que un simple drama como algunos quieren proponer.
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Cry Macho. 2021

Algunas reflexiones sobre Cry Macho, el nuevo film del director estadounidense


 “Empiezo por el final

 Terminaré en el principio

Mis intereses quizás

No fueron saludables

 Yo ya no puedo cumplir

Hazañas que prometí

Solo seguir cantando”

 

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Con 91 años y mientras buena parte del planeta tierra se encontraba en confinamiento por el Covid-19, Clint Eastwood filmó su película número 45. 

Cry Macho es la historia de Mike Milo, una ex estrella de rodeo y domador de caballos que luego de retirarse debe cumplir el pedido de su jefe de traer a su hijo Rafo de México hacia los Estados Unidos.  

La película, como suele suceder en las producciones de Eastwood, va mucho más allá de lo que plantea la trama. Las decisiones y la visión de la vida que su personaje posee reflejan los temas y preocupaciones que el director desarrolló a lo largo de su extensa carrera.

El trabajo

Uno de los temas puede encontrarse en el compromiso, los motivos y la responsabilidad que asume Milo al aceptar el pedido de su jefe. En el peor momento de su vida éste lo ayudó, y por esa razón, no puede negarse a devolverle el favor pese a sus dificultades físicas y ante los problemas que puedan interferir durante la misión. Pero fiel al estilo de Eastwood, su personaje no abandona la travesía y en más de una ocasión repite: “Tengo un trabajo que hacer”. 

Hay un oficio, un compromiso, una persistencia que es la misma que se refleja en la obstinación de no dejar de filmar por más que quieran retirarlo a cada película que estrena. La compleja relación de Mike con su jefe puede ser interpretada como la de Clint Eastwood con los grandes estudios de cine. 

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“Todos somos hijos de alguien”. La naturaleza, lo humano y lo divino

Es probable que en Cry Macho nos encontremos ante una de las películas más religiosas de Eastwood. Y no nos referimos en términos meramente católicos sino a una aproximación de la relación de lo humano con lo divino. 

Podemos encontrar varias referencias como ser la posibilidad de domar o sanar animales con tan solo acariciarlos, encontrar refugio en una capilla luego de una tormenta o los colores que comparten el santuario de la Virgen María con las vestimentas de Marta, uno de los personajes más importantes de la historia quien salva, alimenta y refugia a nuestros personajes.

Además, es posible hallar elementos que refuerzan los vínculos entre la naturaleza y las personas en detrimento de la “máquina”. Los caballos junto al auto en la ruta, Mike que arregla un equipo de música o un automóvil (los cuales se averían o dejan de funcionar en más de una ocasión), Rafo que ofrece cactus como medicamento natural o el simple acto de cocinar y preparar comidas tradicionales con las manos.

La naturaleza, lo divino y el paso del tiempo como hecho ineludible de nuestra existencia, se entremezclan entre estos elementos antes descriptos. También podemos encontrarlos en la charla de Mike con Rafo en la primera noche en el santuario o en la frase que el personaje de Eastwood dice sobre un perro entrado en años al cual no puede ayudar: “No puedo curar la vejez”.

“Todos tenemos que tomar decisiones en la vida”

Como corolario del derrotero que nuestros personajes atraviesan llega el momento de tomar una decisión. Un momento en el que Mike, con su experiencia, las caídas y redenciones, tiene la oportunidad de ayudar al joven Rafo a elegir si cruzar o no la frontera para reunirse con su padre. 

La idea que decide imprimir Eastwood, y como ya hizo en reiteradas ocasiones en otras de sus películas, es la de no prejuzgar sobre lo que puede ser el futuro del joven en un sitio u el otro y dejar que Rafo realice su propio camino. Las acciones reales se ubican por sobre los prejuicios, las nacionalidades, la edad, creencias o cualquier tipo de etiqueta.  

Mike afirma que ser macho (palabra que se nos permite entender como resumen de su carrera profesional) se encuentra sobrevalorado al igual que otras tantas cosas en la vida y que luego de creer que uno tiene todas las respuestas, al llegar a cierta edad, se da cuenta de que realmente no tuvo ninguna.  

Si continuamos con la idea de que la relación de Mike con su jefe representa el vínculo de Clint con los grandes estudios de cine, podemos pensar que la vida que repasa Eastwood a través de Mike es la de su carrera como hombre de la industria del cine. En el camino hubo caídas, recuperaciones, contradicciones y aciertos, pero siempre un compromiso por cumplir su palabra de compartir y dejar como legado una visión del mundo. 

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Cry Macho nos invita a reflexionar sobre cómo decidir qué caminos se eligen recorrer y qué valor pueden tener la naturaleza, las personas y lo divino. Además, cuestiona la poca importancia que tienen determinadas etiquetas dentro de la sociedad

Mike Milo también debe elegir hacia dónde ir. La decisión puede ser interpretada como una postura final de Clint Eastwood sobre a cuál de todos los mundos que habitó como actor o director desea regresar para retirarse.

El final de ese camino es un lugar donde puede bailar hasta la eternidad, un pueblo sin nombre, sin autoridad policial alguna, en el que la gente es solidaria ante la necesidad, en el cual uno se entiende con su seres amados sin la necesidad de hablar y donde los machos también lloran.

 

Correo: [email protected]
Tw: @ezequielyebara

Nota del autor: Para más notas y artículos sobre Clint Eastwood los invitamos a visitar https://diosclint.wordpress.com/ donde con Germán Perrotta (@GerJP) analizamos películas y diferentes aspectos de la vida del director.

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