Más de 520 días de Pandemia

Columnas 09 de agosto de 2021 Por William Marino
El tiempo sigue corriendo inexorablemente, jamás se detiene. Al parecer no nos damos cuenta. ¿O sí?...
Locales cerrados

Pero no reaccionamos, al parecer nos encerramos en una burbuja, de la cual no queremos salir, pues nos protege de algo, que no sabemos, pero más que nada nos seguimos mirando el ombligo, mientras el gobierno nos sigue pasando por arriba con sus decretos y cada día más gente de a pie pasa a tener HAMBRE y frio.

Seguro que este gobierno noo es del Frente Amplio, pero este no reacciona. Al parecer el haber logrado recolectar casi 800.000 firmas, “nos la creemos” que ganamos el gobierno nacional nuevamente. La derecha una vez más se equivocó y poco valoró al militante frenteamplista y su capacidad de salir a la calle a buscar una a una esas firmas. ¿Pero será tan así? Porque en la calle pocos se vieron, los militantes, los que salieron se movieron como tigres.

Ahora viene la gran parada: conquistar que voten la derogación de los 135 artículos de la LUC. Esto en una estrategia de guerra, podemos decir que se ganó una batalla, pero para ganar la guerra, falta mucho aun.  La derecha, no el Kuquito, la derecha creyó que con ignorar y ningunear al Frente Amplio, junto a los medios de comunicación, que poco y nada hablaron del contenido de la Ley de Urgente Consideración, no se llegaría a recolectar las 700.000 firmas, pues estamos en pandemia y el miedo a salir a las calles era mucho y real. Nadie salía, o casi nadie se aventuraba a golpear puertas, recorrer barrios y ferias, colocar mesas en avenidas y donde hubiera gente, mantener locales de sindicatos, organizaciones sociales y/o políticas abiertas, varias horas al día. Pero algunos dirigentes pensaron lo contrario y salieron y se llegó a las 800.000 firmas.  

Hasta aquí bien de bien. El Frente junto a su entramado social, junto a los sindicatos, a las cooperativas, a grupos feministas, en fin junto al pueblo trabajador. Pero, siempre hay un pero, el gran tema fue el día siguiente. Ahí se pudo observar la desorganización y la falta de conducción. Por eso el repliegue del Frente, que ha sido bastante, desordenado y desparejo, aunque no dejó armas y bagajes por el camino. Hoy podemos decir que muchos de esos compañeros-se volvieron para sus casas, aunque no corridos, están ahí esperando ver qué van a realizar. El gran tema es que “los ejércitos” tienen cadenas de mando, los grupos políticos tienen algo que se llama organización y conducción política.  

La izquierda funciona en base a la militancia y la militancia es una opción de vida. El militante, no es aquel que viene para la foto, es el que está siempre en primera línea de fuego. Militante es aquel que aportan no lo que le sobra, sino lo que el otro y la organización necesitan. Por eso es muy difícil levantar cabeza, cuando las discusiones son con base a los “problemas personales” y no los problemas políticos. Seguro que para una izquierda que perdió por goleada las elecciones del 2019 y después “se niega a discutir”, con un sentido de crítica y autocrítica, es muy difícil alinear su militancia. Es muy fácil decir “la culpa es del otro”, lo difícil es decir YO me equivoque, “yo soy el responsable de esta derrota”.      

El Frente Amplio tiene por delante una gran agenda, que es conocida por todos, aunque cada grupo o lista, solo en Montevideo en las Departamentales aparecieron, NO por arte de magia, 66 y a nivel de todo el país casi 900. ¿Por qué? Sería la gran pregunta ¿Por qué?  Será porque muchos y muchas desean entrar en la dirección de los organismos estatales. Podría ser. Aunque aún no nos dimos cuenta que eso nos debilita políticamente, ya sea en el Legislativo y/o Ejecutivo. Pues es una vuelta a aprender todo nuevamente y la derecha no realiza eso. 

Hoy podemos decir que tenemos un Presidente dirigiendo al Frente, ¿o es un simple coordinador? ¿Hasta cuándo va a estar al frente de la fuerza política? Hasta diciembre, pero ¿de qué año? Una de las grandes preguntas que muchos militantes se hacen es: ¿Por qué se nombró un Presidente –o coordinador- y las compañeras ahí se preocuparon de decir que había que nombrar una o dos para acompañarlo o controlarlo?  Estamos cada vez más encerrados hacia dentro, perdemos contacto con la masa militante de a pie de la fuerza política. ¿Seremos en realidad coalición y movimiento o vamos rumbo a ser solo movimiento?  

Seguro que hoy el mundo es diferente, muy diferente, a los años 90 cuando el Frente llego al Gobierno de Montevideo y 15 años después al nacional. En opinión de muchos militantes esto nos mareó un poco y hoy estamos pagando las consecuencias. De aquí en adelante, es decir en los próximos cuatro meses, se podrá despejar mucha paja del trigo. Ahí veremos si estamos para recuperar el Gobierno Nacional en el 2024. 

                                             WILLIAM  MARINO

      

 

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