Los sofistas, segunda parte

Columnas 15 de marzo de 2021 Por Jorge Barrera
En la entrega anterior de “Filosofía y Doxografía para profanos”, comenzamos a hablar de los sofistas. Recordaremos que a un conjunto de pensadores griegos, la mayoría de ellos, contemporáneos de Sócrates los conocemos como: “los sofistas”.”(Barrera, Jorge 2021).
sofistas

Existe una fuerte tradición, que comienza con Platón y Aristóteles,  que les endilga a estos pensadores, poseer y exponer un conocimiento que no es tal. El Estagirita llama a la sofistica “Una sabiduría aparente” y se refiere al sofista como quien usa esa de esa falsa sabiduría . Existe sin embargo, otra posición que le reconoce  sabiduría y los constituye como ideólogos de la forma de gobierno más justa que se ha podido construir; “la democracia”.

No es de sorprender que Platón, cuyas ideas políticas eran aristocráticas, se enfrentara duramente a la sofistica. Tampoco parece raro que Aristóteles, ferviente partidario de lo que hoy llamaríamos “la ciencia positiva” denostara a estos pensadores que negaban la posibilidad de encontrar el fundamento de un pensamiento único.

El ideal del hombre que poseía la aristocracia, se veía amenazado con esta nueva concepción antropológica que se atrevían a pregonar, a los cuatro vientos, estos nuevos maestros de virtud: El “arete” ya no radica ni en la sangre ni en la nobleza del guerrero, ahora, a partir de la obra de Anaxágoras, se supone que todos los hombres participan del “Nous” y el sofista enseña a hablar según él, esa es la virtud fundamental  en la Grecia de Pericles. La sofística se mueve en el ámbito de la retórica, del hablar bien y convencer al interlocutor.  “Además es algo público, dirigido al ciudadano, tiene, pues, una clara tendencia política” (Julián Marías, 1958 ).

En la nota anterior nos referimos a Protágoras, en esta entrega, hablaremos de Gorgias. Gorgias de Leontino.

Gorgias nació alrededor del 483  y falleció en el 375,vivió más de cien años. Era de Leontio (ΛεÄŽÂŒντιον) o Leontium, en Sicilia, a unos 12 km de la costa, cerca de un lago llamado actualmente Lago di Lentini. Sin embargo, los autores clásicos le llamaron  Leontinos, que  es una forma gentilicia más que el nombre de la ciudad,  Estaba a orillas del río Lisos (el actual Fiume Ruina).  Se cree que fue fundada por colonos calcídicos dirigidos por Tucles y llegó a ser una de las principales ciudades del este de Sicilia.

Gorgias, pudo haber sido discípulo de Empédocles, fue, entre los sofistas  quien expuso el escepticismo más radical al afirmar en su obra sobre “el no ser:” 1) nada existe; 2) si algo existe, no es cognoscible; 3) si algo existe y es cognoscible, no es comunicable a los demás. Algunos autores este texto, lo han considerado un juego de palabras, para demostrar la potencia del lenguaje.

Se plantea en torno a esta cuestión un nuevo dilema: ¿sus escritos revelan un pensamiento sobre la realidad, o es una manera de demostrar  el valor de la retórica?.

Gorgias es recordado también por haber sido el autor del encomio de Helena.

Helena era hija del dios Zeus y de Leda, la mujer del rey Tíndaro de Esparta. Su belleza no tenía parangón, era codiciada por todos los reyes y príncipes. Llegada a la pubertad, la fama de su hermosura se difundió por todo el mundo griego y su padre putativo,  Tindareo, debió   organizar un concurso para elegir a su marido. finalmente se casó con Menelao, hermano de Agamenón rey de Mecenas.  Menelao, tras su matrimonio accedió al trono de Esparta,  Pero la visita de un príncipe troyano, Paris, vino a alterar la paz del hogar de los reyes espartanos. Prendada del visitante, Helena accedió a huir con él a Troya.

Si hay una persona que fuera la causa de la guerra de Troya, fue sin duda la hermosa Helena. Su papel fue fundamental para que se desencadenara uno de los enfrentamientos épicos más famosos, y el mas majhadado de Grecia.

A pesar de que la liviandad moral de la hermosa reina, era motivo de repulsión ante la “moralina griega”,  Gorgias se atreve a escribir un elogio a su persona.

El encomio de Helena.

 El Encomio de Helena pertenece  al  género  epidíctico:  se  trata  de  un  encomio  (enkómion)  dirigido  a  Helena, mujer  que  se  encuentra  entre  aquellas  figuras  dignas  de  alabanza,  según  el  sofista. Pero,  en  cuanto  se  propone  refutar las  acusaciones  que  tradicionalmente habían  sido  dirigidas  a  la  espartana,  el  discurso  también  puede  ser  considerado  una defensa,  propia  del  género  judicial,  tal  como  lo  juzga  Isócrates  en  su  obra  homónima.

La obra comienza con una introducción dónde el autor trata de predisponer al auditorio, para ello, enumera un conjunto de conceptos compartidos:

 “Buen orden para una ciudad es el valor de sus ciudadanos, para un cuerpo la belleza, para un alma la sabiduría, para una acción la virtud, para una palabra la verdad.Lo contrario de esto es desorden. Hombre y mujer y palabra y obra y ciudad y acción, espreciso que lo digno de elogio se honre con elogio y que lo indigno se cubra devituperio, pues tan erróneo y necio es vituperar lo elogiable como elogiar lo vituperable.Es propio del mismo hombre decir correctamente lo conveniente y refutar lo dicho demodo no correcto ; es de justicia, pues, refutar a los que vituperan a Helena, mujer sobrela que unísona y unánime ha sido tanto la convicción de los que han escuchado alos poetas como la fama del nombre, que se ha convertido en memoria de las desgracias.

Mas yo quiero, aportando una argumentación con mi discurso, suprimir la acusación contra esta mujer de mala fama y, demostrando que mienten los que la

vituperan y mostrando la verdad, suprimir la ignorancia.”

A continuación comienza a exponer cuatro causas probables por las cuales Helena abandono a Melenao, para ir mostrando la inocencia de Helena.

La primer razón es que se trató de un hecho provocado por la divinidad. Así pues, “si la mirada de Helena, disfrutando del cuerpo de Alejandro (Paris) , transmitió a su alma deseo y porfía de amor, ¿por qué asombrarse? Sí el amor es un dios, con la fuerza divina de los dioses, ¿cómo el más débil iba a ser capaz de repelerlo y rechazarlo?”

imposible impedir el deseo de un dios con la previsión humana. Ya que por naturaleza no puede lo más fuerte verse impedido por lo más débil, sino lo más débil ser dominado y regido por lo más fuerte y que lo más fuerte vaya delante y lo más débil le siga. Y los dioses son algo más fuerte que el hombre por su violencia, su sabiduría y sus demás facultades. Si hay, pues, que atribuir la culpa al azar y a los dioses, hay que liberar a Helena de la infamia”.

 La segunda causa, seria, que fue raptada con violencia, es evidente que la víctima no lleva culpa, sino que el que obró tal injusticia merece ser el culpable. Entonces, es justo que uno se compadezca de Helena y, en cambio, odie al raptor. 

La tercera causa, es que Helena haya sido persuadida por un discurso convincente, pero si fue convencida , tampoco se le puede culpar: “Si fue la palabra la que la persuadió y engañó a su alma, tampoco en este caso es difícil defenderla y rechazar la culpabilidad de esta manera: la palabra es un gran soberano que, con un cuerpo pequeñísimo y sumamente invisible, consigue efectos realmente divinos; puede ya eliminar el miedo, ya suprimir el dolor, ya infundir alegría, ya aumentar la compasión.” En este argumento, además de defender a Helena, Gorgias está defendiendo su propio oficio de sofista y aportando evidencias de la importancia de saber construir textos argumentativos potentes.

Por último, la causa pudo haber sido que Helena obró por amor, pero, si ese fue el motivo, no se la puede culpar: “Si, efectivamente, fue el amor el que provocó todo esto, sin dificultad rehuirá la culpa de la falta que se dice ha cometido” .

“Así pues, ¿por qué se ha de considerar justo el vituperio de Helena, quien, si hizo lo quehizo estando enamorada o persuadida por un discurso o raptada con violencia o forzada por una fuerza divina, en los cuatro casos escapa a la acusación?”

"He borrado con mi discurso el deshonor de una mujer, he observado el acuerdo queestablecí al principio de mi discurso; he intentado abolir la injusticia de un vituperio y laignorancia de una opinión, he querido escribir este discurso como encomio de Helena y como ejercicio lúdico para mí."

En  este  fragmento  atribuido a Gorgias, este defiende  a Helena,  quien  se  fue  a  Troya  con  Paris  o  por  disposición  de  los  dioses,  o arrebatada  por  la  violencia,  o  persuadida  por  razones  o  cautivada  por  amor. En  los  cuatro  casos  debe  ser  considerada  inocente  e  infortunada,  nunca culpable.

Bibliografía.

Barrera,Jorge. (2021). https://mediomundo.uy/contenido/3420/los-sofistas

Julian Marias (1958). Historia de la Filosofía. Revista de Occidente. Madrid

Los sofistas: testimonios y fragmentos, traducción de José Solana Dueso, Madrid, Alianza Editorial,

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