La escuela de Elea. Primera parte: Parménides

Columnas 31 de enero de 2021 Por Medio Mundo
Luego de su entrega sobre Paulo Freire, el Profesor Barrera retoma la serie de artículos para "Filosofía y doxografía para profanos”.
Elea Grecia
La escuela de Elea / Por Jorge Barrera

Elea fue una ciudad de Campania, en la costa del mar Tirreno, al sur de Pestum, en lo que hoy es Italia, pero que en el siglo V a.C, era la Magna Grecia.  Estaba ubicada en una ensenada entre el promontorio Enipeo y el promontorio Palinuro. Fue una de las principales colonias griegas  y se situaba entre Posidonia y Pixos. Fundada originalmente como Elea en el 540 a.C. por griegos focenses que huían, de la invasión de Jonia por los persas, estableciéndose en este territorio,  donde estaba asentado el antiguo pueblo de los enotrios. Su primer nombre fue Hyele y parece, según Estrabón y Diógenes Laercio que más tarde se cambió a Elea, pero en las monedas aparece como Hyele. Elea parece derivar de una fuente de la ciudad, mientras que el nombre original habría derivado del río Hales, junto al que estaba en la ciudad, y que es escrito Elees por Estrabón, pero también podría derivar de la palabra "hele" (marisma).

La fundación de la colonia fue el resultado de una expatriación voluntaria de jónicos que intentaban  evitar quedar bajo dominio persa en la época de la conquista del general Harpago (544 a.C.). Los emigrantes se establecieron en Alalia (Córcega), colonia que los focenses habían fundado veinte años antes. Enfrentados a etruscos y cartagineses los griegos de Alalia fueron derrotados en una batalla naval y la colonia entró en decadencia. Los emigrantes de Alalia se establecieron en parte en Massalia y en parte en Regio, pero los que fueron a esta ciudad se fueron al cabo de un tiempo y fundaron Hyele (540) en la costa de Lucania. La ciudad, dedicada al cultivo de la tierra y al comercio, se hizo próspera.

Elea es conocida por ser el hogar de los filósofos Parménides y Zenón. Estrabón escrbe que se caracterizó por tener un  buen gobierno. Al parecer, Parménides, tuvo influencia política. Como legislador se le atribuye un código de leyes sobre el cual juraban anualmente los magistrados . El discípulo de Parménides, Zenón, fue el  autor de las famosas aporías, que intentaron mostrar la imposibilidad racional del movimiento. Se cuenta que  fue asesinado por Nearco o Diomedón, quien se proclamó tirano, aunque la tiranía fue temporal.

La escuela de Elea.

En cuanto a la escuela de filosofía eleática, existen diferentes versiones, desde las que afirman que es una creación literaria de Platón, hasta los que argumentan que  fue fundada por Jenófanes, nacido en Colofón y establecido en la ciudad de Elea. De ser así, Parménides, y después por Zenón, habrian sido seguidores de sus ideas. Respecto de Jenófanes, nos dice Jaeger “se pensó que el Dios Uno de Jenófanes era una primera versión del  Ser Uno de Parménides, como un si  la  intuición religiosa del Todo Uno hubiese precedido a la concepción lógica de “lo ón”. Esta manera de ver dominó largo tiempo nuestras propias historias hasta que quedó vigorosamente derribada por la revolucionaria obra de Karl Reinhardt sobre Parménides. Reinhardt demostró victoriosamente la completa originalidad de Parménides, logrando mostrar que fue él y no Jenófanes quien creó la teoría eleática de la unidad”. (Jaeger, Werner. 1998)

Parménides.

Según Diogenes Laercio, Parménides fue hijo de Pireto, nativo de Elea; pudo haber sido discipulo de  de Jenófanes, aunque no lo siguió en los dogmas. Teofrasto en su Epítome, dice en cambio,  que fue discípulo de Anaximandro. Vivió con Aminias y con Dioquetas, pitagórico (como dice Soción), hombre pobre, pero honrado y bueno, por cuya causa lo siguió, y cuando murió le construyó un monumento heroico.

Principales aportes al pensamiento.

Parmenides puede ser considerado el padre de la ontología, fue el primer filósofo que definió como objeto de la filosofía el estudio del ser.

La principal obra de Parménides es el poema filosófico “sobre la naturaleza”, del que se conserva la mayoría, consta de una introducción y otras dos partes:  “la via de la verdad” y “la via de la opinión.” Parménides es precursor de Platón, entre otras cosas,  en cuanto plantea una dualidad epistemológica, una para el estudio de la realidad en sí, a la que se accede exclusivamente con la razón y otra para la opinión, que el discipulo de Sócrates la considera como la doxa. Según como entandamos a expresión: “el ser es”, se puede decir, o bien, que se anticipó a Arístóteles en cuanto a la multiplicidad del concepto del ser, ya que al distinguir entre “el ser” como sustativo y “el ser” como verbo; “El ser es”, estaría definiendo la mayor extensión posible de sus atributos. La otra interpretación es que en la expresión “el ser es” , se toma el mismo significado de la palabra ser,  de ser así, este autor, exhibe un gran  descubrimiento en  la lógica,  enunciando,  por primera vez, el principio de identidad: ” el ser es”;  también introduce la dialéctica de las formas disyuntivas de pensamiento: “esto o aquello”, “ ni esto ni aquello”.

El Poema.

Según Kirk y Raven escribió exclusivamente en hexámetros, a excepción de la alegoría del proemio, además de algunos pasajes de “la via de la opinión” en la que se introducen figuras divinas. En “la via de la verdad” muestra un encadenamiento lógico de los conceptos, partiendo del ser, sin apelar a los sentidos, a la manera cartesiana, deduce todas sus características.  

Después de la introducción alegórica, como hemos dicho, el poema se divide en dos partes:  “la via de la verdad” y “la via de la opinión”. La primera de estas ejerció una profunda influencia en los filósofos posteriores, no así en  “la vía de la opinión”, en la que  inesperadamente reintroduce el mundo de la apariencias que con tanta vehemencia había destruido. En esta parte, propone una cosmogonía  de tipo tradicional, según Kirk y Raven (1981), la relación entre las dos partes del poema no es clara y ha sido interpretada de diferntes formas.

El poema comienza diciendo, en el proemio : “Las yeguas que me arrasttran me han  llevado tan lejos, cuanto mi ánimo podria desear...” y continúa desplegando metáforas y alegorias muy importantes. Esta parte, no solamente es de gran interés, sino que está cargada de una fuerte simbología. El carro es un simbolo de nobleza, “la diosa que conduce al hombre vidente  a través de todas las ciudades...” le dan un fuerte carácter religioso, que permite explicar como revelación divina, aquello que no queda demostrado racionalmente. “...las hijas del sol, abandonando la morada de la noche, se apresuraron a llevarme a la luz...” El sol y la oscuridad, hacen  referencia a la verdad y la falsedad. Probablemente el hecho de que eleático recurra  a los opuestos, sería un rastro de su posible formación pitagórica.  Parménides escribe, con toda claridad, su tránsito del error a la iluminación, así mismo  es muy probable, como sugiere Diels,  que tomara prestada la forma alegórica de la literatura oracular y mistérica, otra característica de la referida escuela.

Otro punto importante, a tener en cuenta, que lo ubica en la tradición racionalista, surge del texto al decir: “Es preciso que aprendas todo, tanto el imperturbable corazón de la verdad bien redonda.,,”  la expresión; “Verdad bien redonda” pretende señalar que no importa  desde donde se comience, ya que encadenando los pensamientos racionalmente, se llega al mismo sitio, pasando sucesivamente por cada uno de los eslabones. Por último, la diosa afirma que existen  “... dos unicas vías de investigación concebibles, la primera que “es” y no es “no ser” es la via de la pesuación, pues acompaña a la verdad y la otra que “no es” y es necesariamente “no ser” , es una vía totalmente impracticable.” ambas vias  son contradictorias entre sí, por tanto, aceptar una, implica necesariamente negar la otra.

Contradicción del ser y el no ser.

Según Capelle, (1985) el hecho de que Parménides combatió la doctrina de Heráclito, se deduce del fragmento 6 del poema: “Es necesario decir y pensar que el ente es, pues es posible que sea, en cambio, el no ente no es posible” y más adelante previene de ir por el camino por el que van errantes los mortales de dos cabezas, “para quienes el ser y el no ser son la misma cosa”. Este autor interpreta que es una respuesta al frag 49 de Heráclito que dice: “Nosotros somos y no somos”.

De acuerdo con Guthrie (1986),  hay dos líneas de interpretación respecto a  mismidad de lo que puede  pensarse y de lo que es. Una de ellas es la que comprende que se está expresando la unidad del ser y del pensamiento (la antigua fundada por Platón, y la moderna que comprende también una identidad, pero de otro modo que la antigua) y la otra, que comprende que sin un objeto que exista no hay pensamiento (según la cual Parménides sería materialista). En ese sentido lo que Parmenides llama “el ser” sería lo que la ciencia moderna llama ”materia”,

Según los términos en griegos, el infinitivo y el dativo priman en la traducción,y su significado literal es: “lo mismo es para ser pensado y para ser”, lo que tiene coherencia con el “puede pensarse” de las vías (fr. 2) y con la traducción del fragmento seis  “es necesario que exista aquello de lo que se habla y en lo que se piensa”, lo que en otras palabras quiere decir:“aquello sobre lo que se puede hablar y pensar tiene que ser (existir)

Los atributos del ser.

Por último  para culminar con esta breve aproximación a Parménides, vamos a hacer referencia los atributos del ser, a partir del texto  del poema. La primera característica es que el ser es inengendrado, no tiene principio: “Cómo podría haberse generado? Porque si se generó, en algún momento fue  “no es” y esto conradice el supuesto griego: “de la nada, nada surge”.

Tampoco es divisible, puesto que es todo igual, ni hay más en ninguna parte, lo que le impediría ser continuo, ni menos, sino que todo está lleno de lo que es. Por esto es todo continuo: porque lo que es toca a lo que es. Aquí, se está negando el principio pitagórico de la existenia del vacío. Este texto puede interpretarse como una respuesta desde su lugar de “apstata” del pitagorismo. Además, “está inmóvil entre los cabos de grandes cadenas, sin principio ni cese,  por lo cual no es lícito que lo que es sea infinito, pues no es carente de nada, mientras que siéndolo carecería de todo.”

En resumen, los atributos del ser son; que  es existente, inengendrado, imperecedero, total, único, inmóvil, inmutable, presente continuo, todo a la vez y uno; no podría tener origen , y tampoco puede perecer.

Parménides se enraiza con la tradición jónica e itálica, su pensamiento se inserta en la continuidd del pensamiento griego. La primera pregunta que se formularon los primeros filosofos fue: ¿De qué está constiutuida la realidad y las respuestas fueron: el agua, el aire, el fuego, todas ellas tienen una proiedad en común: Que “son”, terminaremos citando  a Gilson: “no podemos evitar la conclusión de que el ser es la única propiedad que tienen en común todo aquello que es. El ser pues, es el último y fundamental elemento de la realidad”  Gilson, Ettienne (1985)

Bibliografía

Capelle, Wilhelm,  (1981). Historia de la filosofía griega. Gredos. Madrid.

Diogenes Laercio. Vida de los filósofos más ilustres. Luarna Ediciones. España.

Gigon, Olof. (1985). Los origenes  de la filosofía griega.Gredos. Madrid.

Gilsom, Ettenne (1985). El ser y los filósofos. Eunsa. Pamplona. España.

Guthrie, W. K. C. (1986). Historia de la filosofía griega. Tomo II. La tradición presocrática

Jaeger, Werner. (1998). La teología de los primeros filósofos griegos. Cuarta reimpresión.Traducción de José Gaos. México: Fondo de Cultura Económica.

Kirk G. S y Raven, J.E. (1981).  Los filódofos presocráticos.Gredos. Madrid.

Mondolfo, R. (1983), El pensamiento antiguo., 2 vols. Buenos Aires: Editorial Losada

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