¿Qué influencia tiene la comunidad Guaraní en el Uruguay?

Columnas 04 de noviembre de 2020 Por Jorge Barrera
En esta ocasión, presentamos la 3ra entrega del trabajo realizado por los estudiantes del Seminario de Derechos Humanos del IFD de San José, sobre los Guaraníes en Uruguay.
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Lugar de cocina de una familia Guaraní Foto: Grupo Profesorado, IFD San José 2014.

Guaraníes en Uruguay

Modalidades de la presencia de indígenas misioneros en territorio uruguayo.

Las Misiones Jesuíticas en territorio oriental se inician  con las primeras explotaciones ganaderas de la región en el siglo XVII. Según Gonzales Rissoto y Rodríguez (1982, 1990,1991) esta inmigración guaraní misionera se ha producido siguiendo tres modalidades:

Primero, escape de individuos aislados o en grupos pequeños, relacionados con la explotación ganadera durante los siglos XVII y XVIII desde las Misiones.

Segundo, traslado de indígenas masivos efectuados por las autoridades coloniales para ser utilizados en tareas civiles y militares, hacia fines del siglo XVII y casi todo el siglo XVIII.

Tercero, Inmigración masiva  luego de la expulsión de los jesuitas  y durante el proceso de decadencia que siguió.

San Francisco de Borja del Yi representa el último grupo de indígenas misioneros nucleados en un poblado y defendiendo su derecho a vivir dignamente en territorio uruguayo. En el momento de su dispersión, eran pocos los apellidos de origen guaraní que permanecían  aún entre los propios indígenas y con el desmantelamiento de este pueblo se dispersan los últimos misioneros culminando así su reproducción social en nuestro territorio (Curbelo, 1999, 1999ª Curbelo y Padrón 2001, Padrón 1996, Ramírez 1958).

Investigaciones de archivos han permitido reconocer una masiva presencia de mestizaje a partir de indígenas misioneros hacia fines del siglo XVIII. Por su parte los indicadores genéticos han permitido identificar un alto porcentaje de mestizaje, pero no se puede hacer diferenciación de los grupos ascendentes (Pollero y Sans, 1991, Sans1991).

La lengua y Toponimia.

En nuestro país podemos encontrar muchos nombres de accidentes geográficos  en Guaraní -ríos, arroyos, cerros- como elocuente testimonio de su proyección en el presente y como testigo de su integración temprana y planificada de estas tierras mediante las misiones y sus divisiones en estancias como forma de subsistencia económica.

Gonzáles y   Rodríguez  indican que “… La difusión del vocabulario guaraní,  fue posible por la influencia que ejercieron (los grupos guaraníes) demográfica, social, económica, militar y culturalmente en el territorio de la Banda Oriental”, señalando más adelante  que es muy factible que en épocas prehispánicas una parte de nuestra toponimia ya fuera guaraní, pero que la mayor parte de ella proviene de los siglos siguientes, teniendo en cuenta la importante corriente migratoria que hacia fines del siglo XVIII va a determinar el establecimiento de un número muy elevado de indígenas en nuestro territorio”. Esto señala una muy importante influencia  de grupos guaraníes  en la época precolombina  y su continuidad en el contexto sociocultural durante el período colonial hasta el período patrio.

En el proceso colonial los  guaraníes sirvieron a los europeos  de traductores o lenguaraces,  para comunicarse con otros indígenas y como baqueanos,  conocedores del territorio. Luego en la época de los Jesuitas  eran, los indígenas guaraníes, los ejecutores de las tareas de explotación ganadera. Por último en la época posterior a la expulsión de los misioneros, el guaraní eran  reclutados en los ejércitos,  o como mano de obra para las tareas rurales, aportando de esta manera  elementos de la lengua guaraní en la corriente de la comunicación general.

Numerosas palabras del lenguaje cotidiano de los uruguayos son  provenientes del guaraní sin ser conscientes de ello.

Tradiciones y rasgos culturales.

En los rasgos y costumbres  culturales actuales es reconocible alguna influencia  de índole guaraní, principalmente en la parte septentrional. El uso del mate  está vinculado con practicas aborígenes. La domesticación y plantación masiva del árbol de la yerba  fue iniciada en las reducciones jesuíticas,  transformándose después de la ganadería, en el segundo producto base de la economía misionera. Trasladado a través de las misiones y con algunas transformaciones en la forma de consumir, está fuertemente enraizada en nuestra identidad.

El culto a la Virgen de Itatí en la zona de Villa Ansina (departamento de Tacuarembó) es asociada tradicionalmente a la llegada de un contingente  indígena misionero en el año 1832,  para fundar el pueblo de San Fructuoso (actual ciudad de Tacuarembó).

Investigaciones anteriores sobre el tema.

El interés por los Mbyá en Uruguay destaca en dos momentos de énfasis dentro de la producción escrita. Inicialmente hacia fines de la década de los 80, predominaban los artículos en la prensa y los aportes de J.Olivero, M.Quintela, M.Langon y A. Moitiño, en publicaciones individuales o coautorías, producción que se prolonga hasta mediados de la década de los 90.

Posteriormente a principio de 2000 se retoma la producción bibliográfica  desde la Antropología, a cargo de Basini (1999ª, 1999b, 2001, 2002, 2003 y 2004), Carolina Di Bueno y Juana Olivero (2009). Basini (2003) será quien profundice más en la temática transformándose en referente para la misma. En 2010 la periodista María de los Ángeles Orfila del diario El Observador de Montevideo, realiza una entrevista a una familia Mbyá guaraní con comentarios de Basini (2010).

La investigación más reciente, de Analía Pérez Landa (2011), es un trabajo etnográfico sobre el grupo Mbyá compuesto por la familia de Elio y María.

Contexto antropológico.

Las investigaciones realizadas por antropólogos sociales indican que los Mbyá en Uruguay, perpetúan roles sociales, ceremonias, danzas y cantos rituales. Mantienen su lengua, una de las tres grandes ramas del guaraní, el ayvú, pero también hablan español, portugués y el guaraní estándar. La organización familiar se apoya en la mujer como engendradora de vida y trasmisora de cultura. Continúa siendo la encargada de la plantación que incluye diversos cultivos americanos plantados en un área de forma circular, en el centro de los cuales se  planta el maíz de los granos violetas, no corriente en Uruguay. Su significado  como base de la alimentación, del cuerpo y del espíritu, le asigna ese lugar central y lo hace partícipe de diversos ritos propiciatorios y de agradecimiento. La mujer se ocupa también de la crianza de los niños y teje cestos de caña con técnicas tradicionales. El hombre es un guía espiritual karaíy,  es quien dirige las ceremonias, recoge plantas medicinales y mantiene y reproduce los conocimientos vinculados con los mitos Mbyá. Continúan con la construcción de grandes casas opya cargo del hombre, conservando las técnicas ancestrales, aunque se van incorporando pequeños cambios según las características del medio donde se asientan.

Sus viajes están vinculados con la búsqueda de la llamada “tierra sin mal” que  significa una apropiación espiritual del territorio. Su carácter endógeno genera un estrecho vínculo entre comunidades, lo cual marca la necesidad de unirse a ellas para la familia de Elio a efectos de las uniones matrimoniales de los niños (Pérez Landa, 2011).

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