La pedagogía crítica de Henry Giroux

Columnas 22 de agosto de 2023 Por Jorge Barrera
Henry A. Giroux nació en Providence, Rhode Island, Estados Unidos, el 18 de septiembre de 1943. Es hijo de emigrantes canadienses. Férreo defensor de la democracia radical, se ha enfrentado al militarismo, al neoliberalismo, así como, a las posiciones antidemocráticas, al fundamentalismo religioso y a los ataques que ocurren bajo el estado neoliberal al salario social, a la juventud, a los pobres y a la enseñanza pública.
giroux

Realizó su licenciatura en la Universidad de Maine, posteriormente recibió el grado de maestría en la Universidad Estatal Appalachian y más tarde obtuvo el doctorado en la Universidad Carnegie Mellon en el año de 1977.

Entre los años 1968 a 1975 trabajó como maestro de Historia en una escuela secundaria en Barrington, Rhode Island. Posteriormente, se inició como docente en el área de educación en la Universidad de Boston en los años de 1977 a 1983, año en que se trasladó a la Universidad de Miami en Oxford, Ohio donde adquirió renombre como académico y fue director del Centro para la Educación y los Estudios Culturales hasta el año de 1992. Ese mismo año inició una nueva etapa en su vida académica en la Universidad del estado de Pennsylvania como catedrático y director del Foro Waterbury en Educación y Estudios Culturales.

En 2004 se integró al plantel de la Universidad Mc Master donde actualmente imparte la cátedra de Cadenas globales de televisión en la carrera de comunicación. En mayo del año 2005 la Universidad Memorial de Canadá le concedió un doctorado honoris causa en letras. Actualmente vive en Hamilton, Ontario, en Canadá con su esposa la Doctora Susan Searls Giroux. Henry A. Giroux, junto con  Peter McLaren y Michael Apple, es uno de los principales exponentes en Estados Unidos de la pedagogía crítica y concretamente de lo que él denomina como la pedagogía fronteriza, que se nutre básicamente de dos fuentes teóricas: el postmodernismo crítico y la pedagogía crítica (Giroux, 1998).

Pedagogía crítica 

Giroux entiende por pedagogía crítica un pensamiento que parte de analizar la cultura popular, desvelando sus ideologías, sus intereses y sus efectos sobre los sujetos y las sociedades. Al mismo tiempo, esta pedagogía, reconoce el valor de la cultura popular como una fuente de creatividad, placer y emancipación para los sectores populares, especialmente para la juventud.

Según Barrera (2023):  “Las teorías, críticas liberadoras, denuncian la transmisión de valores establecidos y las ideologías implícitas en la selección de conocimientos, pero afirman, que es posible que el estudiante sea más consciente de su sistema de valores, y sea capaz de hacer una reflexión crítica de su realidad y por la emancipación y la concientización “desenajenarse” y evolucionar como individuo y como ser social.”

Por su parte, Ocaño (2010) afirma que : “la pedagogía crítica de Giroux, (está) enmarcada en las teorías de la resistencia que, si bien considera de manera fundamental el rol de la escuela en la reproducción social, fundamenta su desarrollo en la capacidad de formular alternativas aún dentro de un marco hegemónico; y (en) los aportes de autores como W. Carr y S. Kemmis, que buscan sentar las bases de una ciencia crítica de la enseñanza representada en la idea de la investigación-acción.“

El pensamiento de Giroux se puede ubicar dentro del amplio espectro de las teorías neomarxistas que se enraizan con la escuela de Frankfurt, recibiendo, además, influencias de varios  pensadores críticos como:  Peter McLaren, Michael Apple y Antonio Gramsci.

Según Ocaño (2010), Henry Giroux es, entre los actuales teóricos de la corriente crítica o radical de la educación uno de los de mayor repercusión, “presenta su trabajo como una visión de esperanza y de posibilidades. Con ello se aparta tanto de la visión optimista ingenua del funcionalismo tradicional presentadas por algunas perspectivas “de derecha”, como de la visión desesperanzada comúnmente presentada por algunas perspectivas “de izquieda”” 

Conceptos claves.

Las principales características de su pensamiento son su firme convicción democrática y su fe en que en la educación existen intersticios que permiten elaborar una pedagogía liberadora. Su reto se centra en la necesidad de desarrollar formas de crítica adaptadas a un discurso teórico que medie la posibilidad de una acción social y la transformación emancipatoria.

Un concepto clave en su pedagogía crítica es el de “cultura popular”, ya que representa el espacio donde se producen, negocian y disputan los significados e identidades sociales. Giroux considera que esta no es un mero reflejo sino una forma de construir y transformar la realidad a través de prácticas simbólicas, discursivas y materiales.

La cultura popular es, por tanto, un campo de lucha política y cultural, donde se expresan las contradicciones, los conflictos y las resistencias de los diferentes grupos sociales. Así, Giroux, propone que la pedagogía se apropie de la cultura popular, utilizando sus lenguajes, códigos y estéticas para comunicar y dialogar con los estudiantes y el público en general. La pedagogía crítica debe aprovechar el potencial educativo, de esta cultura, para desarrollar el pensamiento crítico, la imaginación radical y la acción colectiva.

Otra afirmación relevante trabajda por el pedagogo norteamericano es que las escuelas deberían ser "esferas públicas”, o sea, lugares físicos e ideológicos donde se pueda construir colectivamente de forma autónoma, un discurso libre de restricciones. Idea que se relaciona con el pensamiento de Habermas y con la  idea de comunidad justa de Kohlberg “La noción de esfera pública representa tanto un ideal como un referente para la crítica y la transformación sociaf’ (Giroux, 1995)

La pedagogía crítica de Giroux plantea varios desafíos para los docentes y estudiantes en el contexto actual, estos desafíos implican un compromiso ético, político y pedagógico por parte de los docentes y estudiantes que deben asumir su responsabilidad como agentes de cambio social. También implican una formación teórica, metodológica y práctica que les permita desarrollar las competencias necesarias para enfrentar los problemas actuales desde una perspectiva crítica y creativa. Finalmente implican una actitud de esperanza, resistencia y acción colectiva que les permita construir un futuro más justo, democrático y humano. 

Sus escritos

Entre sus trabajos más importantes se encuentra su libro: “Teoría y resistencia en educación” que fue publicado por primera vez en inglés en el año 1983. La primera edición en español prologada por Paulo Freire.  Allí el pedagogo brasileño expresa que cuando escribe, como el primer lector de un nuevo texto,  le interesa, sobre todo, cumplir con la función: “de alguien que por medio del reto invita a otros a establecer una relación de convivencia con el libro”. Termina el prólogo después de situar al autor en el contexto de la pedagogía radical con la frase: “Teoría y resistencia en educación es un libro de gran importancia y debería ser leído por todo aquel interesado en la educación, en la teoría social y en la práctica crítica”.

Otro libro imprescindible para entender a Giroux es “Los profesores como intelectuales transformativos”.. El libro, también es prologado por Paulo Freire, quien afirma: “La creatividad de Giroux, su actitud abierta a todas las cuestiones, su curiosidad, sus dudas, su incertidumbre frente a las certezas, su valor para asumir el riesgo y sus rigurosos enfoques metodológicos y teóricos aplicados a temas importantes hacen de él uno de los grandes pensadores de este momento, no sólo en los Estados Unidos, sino también en otros muchos países donde se le lee amplia y críticamente y donde la fuerza y la claridad de su pensamiento han contribuido a dar forma al discurso filosófico y educativo actual”

En este trabajo Giroux argumenta que los profesores deben ser más que simples transmisores de conocimiento; deben ser intelectuales críticos y transformadores que desafíen las estructuras sociales y políticas que perpetúan la desigualdad e injusticia.

Parte del concepto de intelectual que desarrolla Gramsci: “es un error el haber buscado la diferencia en lo intrínseco de la labor intelectual, en lugar de situarla en el complejo conjunto de las relaciones sociales. Por ejemplo el proletario no lo es tal, por la tarea que realiza, sino en función de las condiciones en la que las realiza. No existe trabajo que sea puramente físico, por consiguiente, todos los hombres son intelectuales, pero que no todos tienen en la sociedad la función de intelectuales. Por tanto, el problema de crear un nuevo tipo de intelectual radica en desarrollar críticamente la manifestación intelectual.” Barrera. (2023)

En la primera parte de la obra, Giroux, describe el papel de los profesores como intelectuales y cómo pueden utilizar su posición para desafiar las estructuras sociales y políticas existentes. En la segunda parte se centra en la relación entre enseñanza y aprendizaje, mostrando cómo los profesores pueden ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades críticas para analizar y cuestionar el mundo que les rodea. Finalmente en la tercera parte Giroux describe cómo los profesores pueden utilizar su posición para desafiar las estructuras sociales y políticas existentes.

La educación es una práctica política, social y cultural que debe cuestionar las formas de subordinación que crean inequidades y promover la participación democrática y el cambio  social.  

Vivimos en una sociedad donde la ideología, que se pretende imponer desde el poder, promueve el interés privado, el dinero, el mercado, el consumismo y el miedo frente al interés público, la responsabilidad compartida, los valores y las instituciones democráticas. Esto acaba con la comunidad, la justicia, la igualdad y el bien común y, por ese camino, desprecia y trata de eliminar la educación, entendida como un bien público y la pedagogía como práctica empoderadora. La pedagogía crítica debe desarrollar formas de transgresión que desafíen y redefinan los límites existentes reconociendo la diversidad cultural.

La pedagogía actual, como aún está planteada, por parte de algunos docentes y en algunas escuelas, es una forma de violencia. Ataca en vez de educar y no logra que los alumnos se reconozcan en lo que hacen. La multitud de pruebas y exámenes, modelos de aprendizaje, apagan la chispa crítica y crean espacios sin ningún tipo de imaginación. Los sistemas de organización continúan siendorepresivos,  basados en el castigo, la memorización y el conformismo, de ese modo,  crean un ambiente donde los alumnos sienten que la escuela es un lugar desagradable y que la satisfacción de aprender no existe..

La educación debe ser comprometida, crítica y revolucionaria. Hay que verla como algo más que un diploma o un instrumento para conseguir trabajo al servicio de la cultura de la empresa. Debemos recuperar el papel que la enseñanza ha tenido históricamente como herramienta para desarrollar la capacidad crítica, utilizarla para que los alumnos sean agentes comprometidos con el mundo, preocupados por afrontar asuntos sociales esenciales y dispuestos a profundizar y extender el significado y la práctica de una democracia radical y revolucionaria.

Los aprendizajes no solo ocurren en las escuelas. Hay multitud de instituciones desde los medios de comunicación hasta los nuevos espacios digitales que forman parte de la llamada pedagogía pública y resultan primordiales para expandir o acallar la voluntad cívica y política. Hay que repensar la educación para que sea un instrumento democrático. Debemos preguntarnos ¿qué debe lograrla educación en una democracia?, ¿qué trabajo deben hacer los docentes para crear las condiciones económicas, políticas y éticas que permitan dotar a los jóvenes de las capacidades necesarias para pensar? ¿Cómo lograr que los jóvenes aprendan a preguntarse, a dudar e imaginar lo inimaginable?. En consecuencia. para que los mismos estudiantes defiendan la importancia de la educación, como herramienta inspiradora e impulsora de ciudadanos críticamente implicados y socialmente responsables.

La pedagogía crítica es mucho más que la transmisión de conocimientos. La pedagogía crítica no se limita a comunicar técnicas y metodologías, sino,  se centra en comprender qué ocurre realmente en el aula y otros espacios educativos,  lanzando preguntas sobre cuál es la relación entre aprendizaje y cambio social, ¿qué conocimiento tiene más valor? o ¿qué significa conocer algo?. Pone énfasis en la reflexión crítica crea un puente entre el aprendizaje y la vida cotidiana,  entiende la conexión entre poder y aprendizaje, amplía derechos democráticos e identidad.

Los profesores tienen una gran responsabilidad en el desarrollo de la pedagogía crítica,  pero,  no siempre pueden ejercerla. Los docentes deben aprovechar el poder de la educación para crear una cultura formativa que ponga freno a las amenazas que sufren la democracia y la  justicia. Una educación que  promueva: identidad, pensamiento, ideales y valores y,  de ese modo, se generen esferas públicas que ofrezca modelos políticos alternativos.

Sin embargo, las condiciones de trabajo de los docentes, están condicionadas por la sobrecarga de horas docentes que se deben trabajar para tener un salario digno, el multiempleo, la carga de tareas administrativas. En este contexto no hay tiempo ni se generan espacios de intelectualidad para poner en práctica sus habilidades de forma adecuada. El objetivo final no es solo una nueva educación, sino una nueva sociedad. No solo debemos imaginar que reformamos una sociedad que está rota, sino que la eliminamos: necesitamos un nuevo tipo de sociedad, un nuevo discurso, unas nuevas instituciones.

Para empezar a hacerlo debemos tomarnos en serio la educación y sus implicaciones, comprender que con la pedagogía no solo estamos modificando el conocimiento, sino que estamos influyendo en la consciencia y la percepción, y tenemos el poder de crear nuevas subjetividades que no se definan a sí mismas por el precio de mercado. La pedagogía crítica de Giroux nos invita a reflexionar sobre el papel de la educación en la construcción de una sociedad más justa y democrática, y nos desafía a asumir nuestra responsabilidad como agentes de cambio social. Debemos comprometernos con una educación crítica, comprometida y revolucionaria que nos permita construir un futuro más justo, democrático y humano.

Bibliografia

Barrera, J. (2023). Antonio Gramsci y sus aportes al pensamiento crítico (mediomundo.uy) 
Barrera, J. (2023). Pedagogía de orientación neo marxista (mediomundo.uy) 
González Martínez, La Pedagogía Crítica de Henry A. Giroux – OtrasVocesenEducacion.org 
Henry Giroux: su visión educativa en diez puntos | Aulaplaneta 
Henry Giroux: su visión educativa en diez puntos – EDUCACIÓN PARA LA SOLIDARIDAD (educacionparalasolidaridad.com
Giroux, H. 1995. Teoría y resistencia en educación. México, Siglo XXI.
 Giroux, H. 1998. Los profesores como intelectuales. Paidos.Madrid
http://www.aulaplaneta.com/2017/10/30/recursos-tic/henry-giroux-visioneducativa-diez-puntos/
Ocaño, J (2010). Teorías de educación y modernidad .Editorial Grupo Magro. Montevideo.

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