Otro modo de ver la historia

Mediateca 07 de abril de 2023 Por Agustín Courtoisie
El viernes 24 de marzo se presentó en el Club Playa Verde de Maldonado, el libro de Luis E. Sabini Fernández: ONU 1947. Uruguay en el origen de Israel. La obra merece mucha atención, tanto por el rigor de sus fuentes y la agilidad periodística del estilo, como por ofrecer un ángulo muy diferente del habitual sobre estos temas.
Foto Sabini para Mediomundo

“Fueron tres notas que escribí a lo largo de 2019, con visitas a la Biblioteca Nacional buscando  los materiales de esa época”, nos aclara Luis. Y agrega: “El docente argentino en derechos humanos, Gabriel Sivinian, que ha devenido prologuista del volumen, fue quien me propuso recomponer el material en forma de libro”.

Muy oportunamente, dicho prologuista declara que Sabini “desafía el discurso de los opresores que –a través de tergiversaciones de la historia- impide una correcta caracterización del proceso de conquista territorial y colonización por desplazamiento de población nativa y asentamiento de comunidades foráneas”. Luego precisa que ésta última se encubre bajo una “narrativa dominante entre las élites conservadoras del continente que suele encontrar eco entre sectores progresistas, muy distanciados  de los valores que afirman defender  y funcionales  a interpretaciones y prácticas coloniales en sus propias sociedades; por ende también en la cuestión Palestina” (Sabini, 2022, Prólogo, pág. 11). 

Luis E. Sabini Fernández es uruguayo y vivió en Suecia diez años. A su regreso a la región se fue a vivir a la Argentina  y estuvo a cargo del  área de Ecología en la Cátedra Libre de DD.HH. de la UBA, fundada por Osvaldo Bayer (1998-2013). 

Ha trabajado como traductor y ha escrito numerosos artículos en las áreas de su interés. Entre sus obras publicadas en Buenos Aires figuran: Transgénicos: la guerra en el plato (Fusión Creativa, 2001); La ideología configurando ciencia y política (Editorial Imago Mundi, 2008); Futuros: contra una visión autoindulgente ante el desastre planetario (CICCUS, 2012); El racismo de la “democracia” israelí (Editorial Canaán, 2012). 

En Montevideo publicó Uruguay 1973: Izquierda, ¿baluarte de la derecha? (I Libri, 2021).

El índice de los capítulos de ONU 1947  puede resultar un atractivo menú para público general, pero también el lector académico podrá ponderar la solidez de los insumos y la pertinencia de los temas seleccionados en estas páginas: 

El mundo hacia 1945 (Sabini, 2022, pág. 15); Papel tutorial de EE.UU. en la Europa de posguerra y en los países “latinoamericanos” (pág. 35); Sionismo y judaísmo (pág. 69); La dulcificación ideológica del racismo tras el colapso nazi (pág. 75); Un nuevo judaísmo (pág. 79); Colonización mediante asentamientos  e intelectuales latinoamericanos (pág. 85); ¿Qué tiene Israel que lo hace tan atractivo para antisemitas, fascistas y racistas como Trump, Bolsonaro y Duterte? (pág. 103); Epílogo. Una franja de tierra sitiada desde hace más de quince años (pág. 105).    

Pleno de señales

En realidad, a mí me corresponden “las generales de la ley” porque el día de la presentación de ONU 1947 en el Club Playa Verde, integré la mesa junto al autor. 

Y antes de recibir el fácil sonsonete de “antisemitismo” por defender con entusiasmo un libro crítico de ciertas posturas hegemónicas, debo decir que muchísimos de mis autores favoritos son judíos: desde Karl Marx, Sigmund Freud y Albert Einstein, pasando por Thomas Kuhn, Karl Popper o Harold Bloom, hasta llegar a Noam Chomsky, Norman Finkelstein e Ilan Pappé. Dicho sea de paso, estos tres últimos autores judíos afirman, precisamente, muchas de las cosas que se consignan en ONU 1947. 

Eso no implica negar que, mientras tanto, la xenofobia, el racismo y hasta nuevas variedades del nazismo amenazan el mundo –sean explícitas o camufladas resultan igual de peligrosas–. Por ello es necesario estar muy alerta ante ciertas manipulaciones verbales. 

Dicho lo cual, interrogamos a Luis Sabini para poner algunas lucecitas a la vera del camino para invitar a la lectura de ONU 1947 con mejores chances. Es que se trata de un libro pleno de señales y detalles ante las cuales hay que estar muy atentos. No en vano ya desde la primera página se envía un mensaje: 

“Dedicado a Felicia Langer e Ilan Pappé, judíos, por haber luchado y verse obligados a abandonar el Estado de Israel, y a Marek Edelman, judío, que se negó a visitar Israel” (Sabini, 2022, pág. 7). 

 Nos responde el autor:

 “El primer asunto conceptual a tener en cuenta es que el vocabulario no nos puede confundir; cuando nosotros ya en pleno siglo XXI decimos ONU nos referimos a una entidad, que aunque siempre cambiante –como todo, ya sabemos− es una ONU muy distinta a la de su momento fundacional, 1945. Que es la ONU que de hecho patrocina, auspicia, decide, la constitución del Estado de Israel sobre la Palestina histórica”.

Si se piden nombre y casos históricos concretos, Sabini especifica:

“Apenas un ejemplo: Jan Christiaan Smuts, militar, fundador de la Unión Sudafricana y su terrible estratificación racista, es a la vez,  el autor del Preámbulo para la ONU. Smuts era también gran camarada desde la Primera Guerra Mundial con Jaim Weizmann, el que llegará a ser en 1948 el primer presidente israelí. Compartían el orgullo de ‘pertenecer’ a la raza blanca”.

¿Cuáles eran las características de las instituciones y los países que fueron protagonistas en la comisión de la ONU que atiende el diferendo palestino-judío? 

“En octubre de 1945, EE.UU. funda la ONU. Con una cincuentena de estados asociados.

La Comisión Especial nombrada en la ONU ante el conflicto palestino (UNSCOP) estará compuesta por Australia, Canadá, Checoeslovaquia, Guatemala, Holanda, India, Irán, Perú, Suecia, Uruguay, Yugoeslavia. Anglófonos y latinoamericanos, pertenecientes al área estadounidense, son cinco; otros tres son europeos occidentales o comunistas. Quedan solo tres representaciones autónomas: India, Yugoeslavia, Irán. No hay ningún país árabe. Los dados están echados”.

Algunas definiciones útiles

Para facilitar la lectura del público no especializado, de los diferentes tópicos que aborda ONU 1947 tomemos el de la confusión de “judío” con “sionista” y el de la pluralidad de sionismos. Por mi parte, quisiera recordar que en el Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas, coordinado por Torcuato di Tella, en la entrada “Sionismo” Daniel Goldman afirma:

 “Expresión derivada de Sión, que es uno de los montes de Jerusalén, el cual se convirtió en el símbolo de Israel. El sionismo representa la idea esencial del retorno del pueblo judío, diseminado por todo el mundo, a la tierra de Israel (…) El sionismo como movimiento político social comienza en 1897 por iniciativa e impulso del escritor Teodoro Herzl (…) El movimiento sionista alberga dentro de sí sectores de todo el espectro político que van desde la izquierda a la derecha; socialistas, liberales, religiosos, etcétera” (Di Tella et alter, 2004, pág. 650-651).

En ONU 1947, nuestro autor también habla de “sionismos”: 

“Ya hemos señalado diferencias entre el sionismo dirigido por David Ben Gurión y el “revisionista”  liderado por Zeev Jabotinski. El sionismo fascista tenía cierta desventaja, porque Ben Gurión y su ala tuvieron a buen seguro protegerse desde EE.UU. y no desde Italia como el ala revisionista, liderada por Jabotinski y Netanyahu (Benzion, el padre del muy famoso Bibi y brazo derecho del líder). Ben Gurión y los suyos revelaron con su american zionism mucha mayor cintura política” (Sabini, 2022, pág. 70).

La crisis política de Israel en estos mismos días (marzo-abril de 2023), expresada con claridad por las grandes movilizaciones de protesta ante la autoritaria reforma judicial de Netanyahu (ver NCI, 2023), podría ser iluminada desde otras perspectivas prestando atención a la mirada histórica de Sabini:

“Hubo episodios de mucha tirantez entre ambas tendencias (la de Ben Gurión y la “revisionista”), como por ejemplo cuando fascistas italianos envían judíos sionistas a poblar Palestina y el Reino Unido trata de impedir dichos ingresos (porque el poder colonial británico había fijado cuotas, para ‘calmar’ nervios árabes). El sionismo fascista estaba entonces muy activo; es el que más nutría las noticias de atentados y violencia en Palestina en nuestros cotidianos (El País, El Día) y sus miembros llegaron a tener, no solo contacto directo con miembros de  UNSCOP, como Fabregat, sino a tejer un indisimulado apoyo, tan reñido con una presumida objetividad o neutralidad adjudicada, mediáticamente, a la UNSCOP” (Sabini, 2022, pág. 70). 

En esos párrafos, Luis Sabini hace referencia a la UNSCOP, sigla en inglés de United Nations Special Comittee on Palestine,  que no es otra cosa que el Comité Especial de las Naciones Unidas para Palestina. También alude a Enrique Rodríguez Fabregat (1895 – 1976), delegado de Uruguay en la UNSCOP  de gravitante actuación. De origen batllista, militó en el Partido Colorado  y luego fue cofundador del Frente Amplio en 1971. Tramos medulares de ONU 1947 se ocupan de modo crítico de las gestiones emprendidas por Rodríguez Fabregat.

Sabini realiza algunas precisiones fundamentales para la comprensión del fondo del asunto en el capítulo dedicado a “La dulcificación ideológica del racismo tras el colapso nazi” (Sabini, 2022, pág. 75 y sigs.):

“Si algo fue derrotado con la Segunda Guerra Mundial y el colapso nazi fue el racismo expreso, asumido, desvergonzado. Desde 1945, se inaugura una nueva constelación ideológica, con un racismo dulcificado. Las cosas empiezan a nombrarse de otro modo. El racismo, el supremacismo, el imperialismo, perviven, pero ya no es de buen tono proclamarlos” (Sabini, 2022, pág. 75).

Y en la página siguiente se establece una distinción fundamental: ser judío no es sinónimo de ser sionista y puede haber judíos que no son sionistas, y sionistas que no son judíos:

“Confundir por completo lo sionista y lo judío cuando se trata de dos entidades que coinciden  pero parcialmente, es equivocado, falso, y políticamente nefasto. Baste pensar en quienes son judíos y se niegan al sionismo radicalmente (entre tantos otros, Iakov Rabkin, Noam Chomsky, Gilad Atzmon, Marek Edelman), como quienes son sionistas o ardientes partidarios del sionismo sin ser judíos (A. Behring Breivik, Jair Bolsonaro, Donald Trump y la cohorte protestante norteamericana que apoya incondicionalmente a Israel)” (Sabini, 2022, pág. 76).  

No sacralizar el territorio

Sin perjuicio de la utilidad del marco propuesto por Goldman para tener una noción general del “sionismo” (Di Tella et alter, 2004, págs. 650-651) y de las documentadas observaciones de Sabini, un intelectual judío que consulté antes de la presentación de Playa Verde, Roberto Blatt, agregó una diferencia abismal (vía audio de whatsapp) para entender estos problemas que son históricos, políticos, religiosos y, a la vez, profundamente filosóficos. Junto al libro de Luis Sabini, es de lo más esclarecedor que he visto y oído últimamente:

“Esto es un punto fundamental. Esa (es la) paradoja del sionismo religioso ultra ortodoxo: una forma involuntaria de conversión al cristianismo. Precisamente, por sacralizar la geografía, en lugar de sacralizar el tiempo, que es la memoria. Esa es probablemente la mejor distinción que puedo hacer”. (Comunicación personal; para una exposición más académica del punto ver también Blatt, 2022, págs. 14-15). 

Continúa:

“Ahora, en realidad, siempre hubo una tentación de sacralización del espacio en la historia judía de la diáspora, que fueron las corrientes así llamadas de ‘falsos Mesías’, las corrientes mesiánicas. Diferentes ‘candidatos a Mesías’ a lo largo de dos mil años de dispersión, intentaron atraer a creyentes de las comunidades judías, entre otras cosas para reconstruir el reino de Israel. Pero son corrientes muy marginales que tuvieron su apoteosis. Digamos que el sionismo es la más estructurada, la más articulada y la mejor fundamentada de todas esas, por eso que cuajó, también por las circunstancias históricas, aunque el sionismo es anterior al Holocausto”.

Al igual que este generoso intelectual judío, en ONU 1947 también se subraya esa secuencia histórica que suele olvidarse: el sionismo es anterior al Holocausto.

Creo que ese testimonio de Roberto Blatt ilumina muchos de los problemas que se discuten mal por omitir lo sustancial: optar por la territorialidad y su defensa belicista puede involucrar una traición al tiempo, a la memoria y a la reflexión sobre las mejores tradiciones de un pueblo (Blatt, 2022, págs. 14-15). 

 Regresemos a ONU 1947 y a la presentación de libro en el hospitalario Club Playa Verde de Maldonado. Al igual que su autor, desde la mesa presté atención a ciertas preguntas del público que reflejaban discrepancias o desencuentros pero eran expresados con mucho respeto. Luego del evento conversé con varias personas que asistieron y me expresaron sus opiniones, a veces disímiles, a veces coincidentes. Todo en un entorno de cordialidad. Por su parte, recibí este comentario de Sabini algunos días después:

“Una vecina me explicó al final del encuentro su interés y su regocijo con lo hablado y porqué  compraba un ejemplar. Hice la escuela con muchos compañeros judíos –me dijo– y me hice amiga con algunos que se han ido a vivir a Israel. Así que fui a visitarlos. Y no puedo con el impacto que me ha significado ver el tratamiento de las fuerzas de seguridad a la población palestina. En la calle, en los puestos de control…”.

A modo de reflexión sobre las impresiones de la vecina, el autor termina con esta frase: “El hecho colonial es muy, muy duro. E inhumano”.

REFERENCIAS

Blatt, Roberto (2022). “¿Camino a Canaán?, en Revista Relaciones, Nro. 463, diciembre de 2022.

Di Tella, Torcuato;  Chumbita, Hugo; Gamba, Susana; Gajardo, Paz (2004). Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas. Buenos Aires: Ariel.

Goldman, Daniel (2004). Entrada “sionismo” en Di Tella et alter (2004, págs. 650-651).

NCI (Nuevo Centro Israelita) (2023). Conferencia: “Situación actual en Israel”, con Roberto Blatt, Tomas Friedman y Roberto Cyjon. Montevideo, Uruguay. Emitido en directo el 21/03/2023. https://www.youtube.com/live/rTHYc5Y-UrA?feature=share

Sabini Fernández, Luis (2022). ONU 1947. Uruguay en el origen de Israel. Montevideo: Ediciones I Libri. Contacto con el autor: [email protected]

FOTOGRAFÍA: RA

Composición tapa libro junto a la del público

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