Geografía Cultural. Segunda parte

Columnas 13 de febrero de 2023 Por Bentaberry, Collazo y Reyes
Segunda entrega del trabajo realizado por el Profesor de Cs. Geográficas Néstor Bentaberry, egresado del CFE; Anna Collazo, estudiante avanzada de Cs. Geográficas del CFE y Maximiliano Reyes, estudiante avanzado de Cs. Geográficas del CFE
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La representación euroasiática está por encima y es muy superior a la de otros continentes, de esa forma se continúa con un criterio de asignación y representación patrimonial que contempla y prioriza en mayor medida a Eurasia. 

Sin embargo, la página web oficial de la Comisión Nacional de la UNESCO en Uruguay menciona lo siguiente: 

  ...Los sitios declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO representan la enorme diversidad del mundo en que vivimos y de la gente que lo habita. Hoy suman más de 1.200 en los cuatro puntos cardinales, y constituyen un rico muestrario de lo mejor que la humanidad ha concebido en campos como la arquitectura, el arte, la religión y la industria, entre otros. Son la imagen tangible de la historia del planeta y de la civilización humana. (...) El patrimonio es fuente de identidad, dignidad y diversidad... (Comisión Nacional de Uruguay para la UNESCO, s.f.). 

Cabe preguntarse en base a lo ya desarrollado y en relación a lo mencionado por la Comisión Nacional de la UNESCO en Uruguay, lo siguiente: ¿Los sitios declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO representan la enorme diversidad del mundo? ¿Son la imagen tangible de la historia del planeta y de la civilización humana? De ser así, ¿Por qué Irak tan solo posee seis patrimonios mundiales declarados por la UNESCO siendo el territorio de la antigua mesopotamia la cuna de las primeras civilizaciones? Al remitir nuevamente a la pregunta inicial y reformulándola: ¿El Patrimonio Mundial de la UNESCO es diverso en términos de representación a escala global o tiende a una fuerte concentración con ejes eurocentristas? 

La importancia del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO adquiere en un contexto de globalización una importancia notable en tanto dicho organismo internacional asociado a la patrimonialización “definen criterios globales para situar ciertos ámbitos geográficos en la escena internacional” (Zusman, J., et al., 2011: 6); pero también la ausencia de otros, permitiendo excluir e invisibilizar a diversos espacios geográficos de dicha escena global. No obstante, “las prácticas globales afectan de modo diferencial a los lugares. Mientras que algunas sociedades crean nuevas formas culturales a partir de la influencia de aquellas prácticas globales, otras prefieren mantenerse en una postura predominantemente defensiva” (Zusman, J., et al., 2011: 6). Una postura defensiva que nace fruto de la posibilidad de que la cultura de los pueblos, sus símbolos, representaciones y espacios de pertenencia, frente a la globalización y multiculturalidad, sean materializadas en el mercado global, transmutadas a un vacío, a una destrucción, a un desapego y un despojo identitario, fraguadas por el lucro y los intereses capitalistas. 

El turismo, es un ejemplo de esas prácticas globales, que crece considerablemente en torno a los bienes patrimoniales, siendo el aumento del turismo en diversos territorios un efecto considerable producto de las declaraciones de la UNESCO sobre los patrimonios: “...la inscripción de un sitio en la Lista del Patrimonio Mundial coincide a menudo con un aumento de las tasas de visita. Incluso con tasas corrientes, el turismo es un asunto de crucial importancia para los sitios del Patrimonio Mundial” (Pedersen, A., 2005: 11). Por otro lado, la propia UNESCO advierte: 

...Si bien el turismo puede contribuir a los esfuerzos de protección y restauración, tal vez resulte difícil alcanzar un justo equilibrio entre el beneficio económico y los efectos indeseables. Los administradores saben que conservar la atracción de un destino turístico exige su renovación periódica. En el caso de los sitios del Patrimonio Mundial, son conscientes además de que pesa sobre ellos la obligación internacional de conservar y restaurar los valores originales del sitio. Esta responsabilidad plantea complejas cuestiones cuando toca decidir hasta qué punto es posible introducir cambios para adaptar el sitio a un turismo en aumento... (Pedersen, A., 2005: 11). 

Sin embargo, en un mundo posmoderno, capitalista, globalizador, las actividades turísticas que se vinculan con los sitios patrimoniales declarados por la UNESCO, se insertan fácilmente en una lógica mercantilista, en 

...una economía simbólica (o economía del símbolo) que articula discursos, imágenes y representaciones en la concepción de productos, de objetos y de cosas, con el sentido de transformarlos en bienes económicos por sus atributos de excepcionalidad en el mercado de carácter monopolista. Para los agentes económicos se tratará de concebir un bien simbólico, de basar en él un monopolio (exclusividad), de proyectarlo en el mercado envuelto en discursos, en imágenes, integrándolo a los nexos de la economía... (Carvalho, O., 2011: 96). 

En síntesis, nace nuevamente otra pregunta: ¿El patrimonio de la humanidad, al revestirse de esa lógica mercantilista, es de la humanidad o del mercado? 

No obstante, existe la posibilidad de que en torno a los sitios patrimoniales y a la interna de un país, pueda favorecerse a la conservación, restauración y, al mismo tiempo, impulsar el desarrollo local, regional y nacional si se configuran políticas que prioricen la interrelación cultural gestionando los lugares patrimoniales con la articulación de los diferentes actores implicados en ellos y evitando que estos ingresen en una estructura lógico mercantilista que conlleva a la pérdida sistemática de los atributos que poseen los espacios. La Lista del Patrimonio Mundial incluye desde 1995 al “Barrio histórico de la ciudad de Colonia del Sacramento” y desde 2015 al “Paisaje Industrial Fray Bentos”; siendo ambos buenos ejemplos de la estrategia del Estado de identificar, gestionar y poner en valor su patrimonio junto con los actores sociales. 
En 2009, el Tango y el Candombe pasan a formar parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad; ambas expresiones culturales, desde esa fecha integran la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. 

Desde 2013, Uruguay integra la Red Mundial de Geoparques de la UNESCO con “Grutas del Palacio”, geoparque ubicado en el Departamento de Flores y de gran valor geológico, histórico, cultural y científico. 

A partir de la presencia nacional de estos sitios de valor universal, el proyecto “RUTAS UNESCO” se propone generar una experiencia piloto en el litoral oeste del país. Mediante una serie de circuitos en rutas territoriales que serán la herramienta para el trabajo ordenado a nivel nacional de los programas de la UNESCO, materializándose en experiencias concretas educativas, de visibilización y apropiación social. 

Las “RUTAS UNESCO”, en suma, están pensadas para favorecer lecturas multidisciplinarias sobre los sitios y manifestaciones patrimoniales, permitiendo establecer una georreferenciación territorial que promocione nuevas metodologías pedagógicas para reconocer, interpretar, preservar y vincular a la ciudadanía con los diferentes patrimonios existentes en Uruguay. 

En este sentido se busca propiciar espacios de coordinación y articulación entre todos los elementos patrimoniales, tanto materiales como inmateriales. 

Otro ejemplo que se puede identificar como propicio para analizar desde la Geografía Cultural, se presenta en torno a los procesos de gentrificación que se desarrollan en algunos barrios de Montevideo como son: el Centro de la capital nacional, Ciudad Vieja, Aguada, Barrio Sur, Cordón, entre otros. Barrios que se encuentran en un importante proceso de cambio en su morfología y funcionalidades. 

En algunos de ellos se han intensificado los planes de transformación, lo cual conlleva para algunos habitantes de dichos barrios efectos muy negativos sobre quienes habitan allí y el propio espacio en cuestión. Los procesos de gentrificación allí desarrollados dan como resultado la pérdida de los lazos establecidos del barrio con sus habitantes, los arroja al despojo de una parte significativa de sus vidas, sus idiosincrasias, identidades y culturas; en especial, si los cambios planificados no son dialogados, gestionados y repensados con los pobladores locales, se prima a la desvalorización y revalorización del espacio transformándolo significativamente y favoreciendo a la pérdida de un patrimonio material e inmaterial que se ha construido y ligado histórica y geográficamente con sus habitantes. Para muchos la gentrificación significa: la suba de los precios, la expulsión de vecinos que han generado un lazo muy fuerte con el barrio, la pérdida identitaria del lugar y la transformación sustancial tanto física como simbólica del espacio habitado. 

Desde las bases teóricas que brinda la nutrida Geografía Cultural se establece la necesidad de primar en favor de las comunidades locales y sus patrimonios materiales e inmateriales, a la construcción de estrategias de conservación de dichos patrimonios y a la posibilidad de que en torno a estos se logre un desarrollo local que favorezca a los colectivos sociales asociados y ligados geográfica e históricamente a un patrimonio que, a su vez, los constituye y les brinda un sentido de pertenencia. De esta forma, se auspicia a democratizar los espacios y generar canales comunicativos con las comunidades, para repensar con ellas nuevas formas, quizás más justas y solidarias, de vincularlas con su patrimonio; en fin, con ellas mismas. 

Lista de referencias 

Carvalho, O. (2011). El nudo gordiano de la cultura en el movimiento de la formación. En Zusman, J., et al. (eds.), Geografías Culturales. Aproximaciones, intersecciones y desafíos (pp. 91-115). Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires. 

Comisión Nacional de Uruguay para la UNESCO. (s.f.). Patrimonio Mundial. Recuperado (4/10/2022) de https://comisionunesco.org.uy/patrimonio-mundial. 

Cuadra, D. (2014). Los enfoques de la Geografía en su evolución como ciencia. Revista Geográfica Digital. IGUNNE. Facultad de Humanidades. UNNE. Año 11. No 21.Enero - Junio 2014. ISSN 1668-5180 Resistencia, Chaco. 

De Azevedo, A. (2007). Geografias pós-coloniais: contestação e renegociação dos mundos culturais num presente pós-colonial. En Azevedo, A., et al. (eds.), G E O G R A F I A S P Ó S - C O LONIAIS. Ensaios de Geografia Cultural (pp. 31-69). Livraria Figueirinhas. 

Jacobs, J. (2002). PostColonial Spaces. En Dear, M. y Flusty, S. (eds.), The spaces of postmodernity (pp.192-199). Blackwell. 
Pedersen, A. (2005). Gestión del turismo en sitios del Patrimonio Mundial: Manual práctico para administradores de sitios del Patrimonio Mundial. Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO. 

Un espacio geográfico. (2020). Debates desde el Sur: Geografía Cultural, Espacio y Patrimonio - 1⁄2 (Archivo de video). Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=MpxxhV8eO5Q. 

Zusman, J., et al. (2011). Geografías Culturales. Aproximaciones, intersecciones y desafíos. Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires. 

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