La caverna de los algoritmos

Columnas 20 de julio de 2022 Por Jorge Barrera
Hablar de filosofía en tiempos de algoritmos nos remite a toda la historia del pensamiento. Nos lleva a reflexionar sobre la apariencia y la realidad, sobre el hombre y su naturaleza, sobre la ética y la libertad y sobre muchos otros problemas filosóficos que han sido tratados por los filósofos a lo largo del tiempo.
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En este artículo no pretendo agotar el tema, además eso sería imposible, sino solamente intentar echar luz sobre algunas cuestiones referidas al tópico elegido.

“Los algoritmos constituyen la pieza clave de la gestión de los datos en el mundo digital. Son máquinas culturales que nos ahorran esfuerzos, según la definición clásica de técnica de Ortega y Gasset. Se trata de recetas, fórmulas y series finitas de pasos encaminadas a obtener un resultado: una especie de automatización del pensamiento, como lo fue la calculadora de Pascal o la máquina universal de Turing. Medios para fines diversos en los que delegamos el trabajo de seleccionar informaciones o elegir pareja.” (Fernández-Vicente, 2020)

En el libro Vll de la República Platón nos presenta la famosa alegoría de la caverna. Relata que:  en una caverna se encuentran unos prisioneros, amarrados con cadenas, que están allí desde su nacimiento. Sólo pueden mirar hacia una pared que tienen delante. Por detrás hay un muro, similar al que utilizan los titiriteros, una luz potente se halla más atrás todavía. Por el muro desfilan diferentes seres, que se reflejan en la pared iluminados por la referida luz. Las voces y los sonidos al chocar contra ella, dan la impresión de surgir de las propias sombras. Para lo prisioneros esa es la realidad, ya que es lo único que han conocido desde pequeños.

El maestro de Aristóteles utiliza esta metáfora para explicar su teoría de las ideas, columna vertebral de su sistema. Lo real no es el mundo de los fenómenos. No es nuestra experiencia sensible, la que nos muestra las cosas tal como son, sino, que detrás de ésta, se encuentran los entes auténticos, las formas. Estas, conocidas más comúnmente como ideas,  son la fuente del valor ontológico, de todo lo existente. Le otorgan a los entes sensibles su ser, en cuanto estos participan de ellas. Según  (Grube, 1984).“La teoría de las ideas es la aceptación de realidades absolutas, universales e independientes del mundo de los fenómenos”

En la relación con el mundo hoy estamos mediados por la tecnología de la virtualidad. ¿Es ésta la caverna del siglo XXl?

Hemos recorrido un largo camino, desde el “homo faber” al “homo informaticus”. La relación del ser humano con lo tecnológico siempre ha sido compleja, difícil y atravesada por múltiples contradicciones. Nos ha librado de duras faenas y nos ha permitido nuevas formas de confort. Al tiempo que ha aumentado los mecanismos de control y nos ha hecho más dependientes.

“Por lo pronto y con la actualidad de la tecnología, la pregunta sobre si las máquinas deben actuar acorde a la ética es un dilema mal planteado. Paradójicamente nos devuelve a uno de los problemas morales que nos ha acompañado a lo largo de toda nuestra historia: ¿podemos hacer un uso moralmente correcto de las herramientas que creamos? Porque con un cuchillo podemos desde untar mantequilla hasta atacar una persona, pero esta herramienta no decidirá por nosotros. Las inteligencias artificiales son un cuchillo más.” (Pino, Camilo)

No obstante, el hombre primitivo sabía a la perfección como eran los utensilios que utilizaba, incluso muchas veces el mismo los fabricaba. Su diseño era sencillo y no ocultaba sorpresas en su funcionamiento. Una lanza, un cuchillo, una rueda se conocían, no solo en sus funcionalidades, sino también en su constitución. Incluso con el fuego, misterioso al comienzo, se vivió un largo proceso:  No le fue suficiente , al hombre, su uso, sino que, busco y logró su dominio.  

En el mundo contemporáneo, ya no es así,  existen muchos misterios detrás de cada uno de los elementos tecnológicos que manejamos, o nos manejan. Hoy, en cambio, todo es opaco, estamos mediado con el mundo por la tecnología y los caminos de la inteligencia virtual son inescrutables. La inteligencia artificial no es un cuchillo más, es mucha más que eso. No es nuestra mano quien la maneja una vez que comienza a funcionar.

La modernidad fue una época en la que se persiguieron nuevas certezas. Se colocó al hombre en el centro del universo y la razón fue la herramienta idónea para conocer y dominar el mundo. Existo como ser pensante decía Descartes. “cogito ergo sun”. Eso implicaba la búsqueda de las ideas claras y distintas. La razón reconstruyó la realidad, con los sentidos solo veíamos capas y sombreros.

Ahora, frente al nuevo escenario que se nos presenta, donde todo aparece preparado, la leche no sale de la vaca, sino, de la bolsita, el pollo no tiene plumas y muchas veces ya está asado. El viaje pre configurado, la película o incluso los amigos virtuales sugeridos por el dispositivo. Debemos asimilar toda esa información y “proceso, luego existo”

Cada día, se le traspasan más decisiones a las máquinas: Automóviles que se conducen solos, algoritmos que miden el rendimiento de los trabajadores, computadoras que toman opciones médicas. Parecería que la razón pura, o mejor dicho la razón algorítmica, ha invadido el terreno de la razón práctica.

En este contexto mantienen vigencia las preguntas de Kant: ¿Qué puedo saber? ¿Qué debo hacer? ¿Qué me cabe esperar?  y ¿Qué es el hombre?

¿Qué puedo saber cuando el algoritmo ya me selecciona la respuesta y solo puedo elegir entre lo que se me presenta?. ¿Qué debo hacer para romper ese cerco que me limita?. ¿Qué me cabe esperar de un mundo prefabricado? ¿qué es el hombre en esta época?

Dios no ha muerto, como decía Nietzche en “Así hablaba Zaratustra”, sino que se ha transformado. El ojo del big brother es omnipresente. El algoritmo es todo poderoso.

El subtítulo original de esta obra es elocuente: “Un libro para todos y para nadie”. Pero el algoritmo es todo lo contrario, no es para todos y si es para alguien.

Para ese alguien trascendental y particular, valga el oxímoron, un alguien que tiene determinadas preferencias y que se construye desde su historia, un hipotético invariante, un supuesto sujeto ontológico.

Hay una pregunta que se vuelve a replantear: ¿Qué es lo que hace de un hombre un hombre?

Según Aristóteles el hombre es un animal racional, el atributo esencial que diferencia al hombre es el poseer la razón, “el logos”. Según la tradición cristiana es este ser hecho “a imagen y semejanza de Dios” que ha recibido el mandato de dominar la tierra. Con un alma inmortal,  Quien ha sido capaz de construir herramientas que extendieron sus poderes y entre ellas los símbolos. Este animal simbólico como lo refiere Cassirer. O siguiendo a Marx, es el trabajo quien lo humaniza, en la medida de ser capaz de transformar la naturaleza.  ¿Cual debe ser su acción en este mundo de algoritmos?

Con el invento del reloj y la moda de los autónomas la modernidad suplantó el paradigma vitalista por el modelo mecanicista. El universo se interpretó como un enorme y perfecto mecanismo, un reloj exacto.

Pero ahora, el paradigma mecanicista deja lugar al tratamiento de la información. Los algoritmos cambian la realidad, aparecen nuevas formas de trabajo, nuevas formas de conocer. Del giro lingüístico hemos pasado al giro hacia la virtualidad. De la certeza a la posverdad.

“El algoritmo, junto con los big data, no solo sirve para describir cómo es el mundo. También supone una orientación práctica a la hora de predecir y prescribir comportamientos” “Fernández-Vicente 2020)

¿Cual es el papel de la filosofía en este nuevo escenario?

Podemos aplicar la máxima de Vaz Ferreira referida a la matemática a la tecnología: “la tecnología es el mejor servidor y el peor amo.”

“Vaz Ferreira, hace referencia a la Psicología. Sobre el particular expresa que, muchas veces, utiliza modelos matemáticos pretendiendo establecer una relación entre un conjunto de fenómenos complejos y la simplificación de los datos numéricos. Sin negar la importancia que las matemáticas han tenido, para el desarrollo de algunas ramas del saber, plantea como, en otros casos, ha sido perjudicial para su desarrollo. Esta situación Vaz Ferreira la ilustra claramente con una expresión: “las Matemáticas son el mejor servidor y el peor amo.” Es decir, son muy valiosas cuando se toma, a esta ciencia formal, como un instrumento aproximativo; teniendo presente que no es otra cosa que una modelización, que puede ayudar a una mejor comprensión, pero el mapa no es el territorio. En resumen, las matemáticas son útiles; como instrumentos. En cambio, cuando se pretende, a partir de ellas, llegar a la verdad absoluta en cuestiones humanas, se corre el riego de caer en errores conceptuales muy importantes” Barrera, Jorge 2022)

Es importante recordar que los “Big dat” son  proyecciones estadísticas. También el filósofo uruguayo se puede evocar sobre este tema, cuando diferencia el pensar por sistemas y pensar por ideas.

“Las limitaciones de los sistemas son dos: primero, puesto que los sistemas simplifican, siempre hay algo de la realidad que el esquema no atrapa; segundo, puesto que cada situación concreta es distinta, el querer aplicar un sistema, ya hecho, en lugar de ponerse a la tarea de pensar equivale simplemente a negarse a mirar la realidad que se tiene delante.”

Jorge Barrera

Ex columnista del Periodico “Los Principios” de San José. Ex Director de la revista “Veamos”. Prof. de Filosofía. Diplomado en Ciencias Sociales. Magister por la Universidad de Barcelona y Por Flacso Uruguay. Ex Director y ex Inspector de Educación Secundaria. Actualmente Profesor del IFD de San José. Integra el grupo de Reflexión Latinoamericana. 

Bibliografía

Barrera, Jorge..(2021) Los grandes sistemas griegos (primera parte) (mediomundo.uy)

Barrera, Jorge..(2022) Falacias de falsa precisión (mediomundo.uy)

Fernández-Vicente, A. (2020). Hacia una teoría crítica de la razón algorítmica. Palabra Clave, 23(2), e2322. https://doi.org/10.5294/pacla.2020.23.2.2

Grube, G,.M.A.(1984). El pensamiento de Platón. Gredos. Madrid.

Pino, Camilo: Algoritmos y dilemas morales | Filosofía y Humor (filosofiayhumor.com)

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