Talibanes. La CIA. EE.UU.

Columnas 31 de agosto de 2021 Por William Marino
Una nueva columna de William Marino. "El imperio se está cayendo pero sigue aferrado con uñas y dientes".
Talibanes
Foto: Zabi Karimi / AP

    Julián Assange, fundador de Wikileaks, hace ya unos cuantos años decía sobre la guerra de Afganistán, que ya llevaba unos 10 años de la invasión de los EE.UU. con el pretexto del “atentado o auto atentado” de las Torres Gemelas: “esta guerra es para el gobierno de los EE.UU. una guerra interminable, NO una guerra que tenga éxito, la misma es una guerra con el fin de lavar el dinero de las bases impositivas de los EE.UU. para que el mismo llegue a la elite de la seguridad transnacional”.

    Estos dichos los ha recordado el periodista libanés, nacionalizado norteamericano, Nassim Taleb.  Tal vez, esto puede, y está unido, al mundo de los mercenarios, en todo sentido de la palabra. Si uno rastrea un poco se encontrara con el cordón umbilical que va a las empresas de seguridad privada que tienen base en los EE.UU., pero también en Francia, Reino Unido, Israel, Colombia. Porque aquí van unido los ya tristemente famosos contratistas militares, junto a los analistas militares, que son un poco como los analistas de gobiernos progresistas.     

      En todo va a la cabeza, la CIA, USAID, Pentágono y el Departamento de Estado. Eso sí, junto a todos sus lacayos, que van por sus interés creados de “morder” algo de los cientos de millones de dólares, que dejan caer esos que están detrás de sus escritorios a sus socios amigos. Hoy todos los medios de comunicación hablan que los EE.UU. abandona Afganistán. Sus socios de la OTAN, ya abandonaron el barco como las ratas cuando el barco se hunde.

      En estos días, café mediante, un amigo me decía que esta huida era casi igual a la de Saigón. En mi opinión no, esta es más trágica. Muestra algo que muchos no pueden o no quieren entender. El imperio norteamericano está cayendo de a pedazos, pero está arrastrando con sus mentiras y falsas verdades, en este caso a la Comunidad Europea, que no sabe qué hacer.  

    En Vietnam, los consejeros militares de la época querían reducir a la edad de piedra al Pueblo, con sus constantes bombardeos a ciudades, con su agente naranja, con su Napal, con sus 600.000 hombres allí estacionados para derrotar a un pueblo que luchó 10.000 días corridos y fueron derrotados, saliendo a la disparada, dejando armas y bagajes en el campo de batalla. 

     Hoy es otro país, con otra geografía muy distinta, dicen que lleno de montañas, casi desértico. Pero el argumento es casi el mismo, se llega allí para imponer un nuevo gobierno al estilo occidental y cristiano. “Eso sí, asesinamos a todos los que estén en contra del mismo. Creamos ejércitos bien armados que sostendrán esa estructura social y política, a un costo de casi 3.000 billones de dólares”.

     Según quien hable podrá decir que se gastaron unos 86.000 millones de dólares para crear un ejército de 350.000 hombres. Los EE.UU. enviaban mes a mes el dinero para pagar los salarios, pero resulta que esos soldados, como se les debían varios sueldos, no quisieron arriesgar su vida para defender a un Gobierno corrupto impuesto por ellos mismos. Eso que hace tiempo que se dice que el ejército Talibán no tenía más de 70.000 seguidores y mal armado.   

        A seis día de la caída de Kabul, el periódico Chinese Global Times le realizó un reportaje al Dr. Latif Pedram, jefe del partido del Congreso Nacional de Afganistán, donde dice que los EE.UU. pusieron fin a su guerra de 20 años porque “el pueblo afgano obligó a los EE.UU. en el campo de batalla y en la política a que anunciara el fin de su ocupación”. Para este líder afgano, el asesinato de Osama Bin Laden y la derrota de Al-Qaeda, no justifica los 20 años de ocupación.

      Otra pregunta con una muy interesante respuesta es: ¿Cuál es el legado que los EE.UU. en lo político y social deja al retirarse del país?  “Lo que Afganistán ha heredado de los EE.UU. es pobreza, una tasa de desempleo en aumento, la destrucción de los servicios sociales, el aumento sin precedentes de la distinción de clases sociales, una brecha de riqueza, la destrucción de la clase media, una vasta red de mafias económicas, una economía sumergida, aumento del cultivo, producción y contrabando de drogas, adición entre más de 4 millones de jóvenes, guerra étnica, el colapso de los buenos valores, el crecimiento de una cultura de corrupción, lavado de dinero y mentiras”.  Luego dirá: "además, el asombroso aumento de los burdeles, el colapso de la moralidad individual y la prostitución son parte del legado que dejan los estadunidense en Afganistán. EE.UU. también decepcionó a la gente y arruinó sus expectativas de democracia, derechos humanos y derechos civiles. Se revelaron los rostros del imperialismo estadounidense y del colonialismo pos moderno, ocultos bajo la democracia estadounidense y los derechos humanos.  

       Dirá más adelante: "para un intelectual o incluso un ciudadano Iraquí, libio o afgano común, Estados uUnidos es un rostro de agresión, derramamiento de sangre, asesinato, saqueos y crímenes de lesa humanidad. Para nosotros, la herencia de los Estados Unidos, es una tierra desbastada y un sistema político manchado de sangre y odio. El Afganistán dejado por los EE.UU. es un ejemplo del Infierno en el libro “Divina Comedia” por el italiano Dante Alighieri".  

     Después de esta opinión de un líder afgano, que no es un talibán, simplemente vamos agregar algo más. El presidente en ejercicio, el día domingo 15 de agosto, cuando los talibanes tomaron Kabul, huyo del país en un helicóptero con su familia abordo y solo se pudo llevar 157 millones de dólares, dicho en un secreto a voces entre sus colaboradores. Las fotos que aparecen tomadas por los periodistas occidentales que quedan varios aún, en el aeropuerto de Kabul, o están muy mal tomadas, cosa que no creo, o en Afganistán no quedan casi mujeres, pues allí poco se ven. El imperio se está cayendo pero sigue aferrado con uñas y dientes. Los EE.UU. y sus aliados y laderos, aún los chiquitos, siguen sin nombrar que ellos, la CIA, el Departamento de Estado, el Pentágono,  son los creadores, son los padres de esa criatura.

                                                   WILLIAM  MARINO     

      

  

 

 

 

 

 

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