La derecha - izquierda - derecha

Columnas 18 de abril de 2021 Por William Marino
La columna semanal de William Marino.
comites de base
Foto: Santiago Mazzarovich / AdhocFotos

Alguien de los de a pie, esos militantes con Mayúscula me decía: “Marino no aprendemos más. Aún en medio de la pandemia le seguimos creyendo a la derecha mal nacida. Que es maniobrera y muy sabia, que no son estúpidos y menos ignorantes, que son capaces de comprar casi todo, aun la conciencia de muchos seres humanos, sin que estos se den cuenta”.

La pausa fue bastante larga en el tiempo, en apariencia. Porque solo habrán pasado unos minutos. Tal vez, para dos viejos como nosotros, que ya casi pisamos los 80 años de vida, nos traía otros recuerdos.  Seguro que sí que nos traía otros recuerdos... el primero, tal vez sería, a los compañero se los critica,  donde sea, pero ante el enemigo se lo defiende a muerte.

Aunque es difícil de entender quién es el enemigo político, la derecha le metió en la cabeza a la izquierda, que ellos son adversarios políticos. Ellos nos metieron en la cabeza que las clases sociales no existen, “que los patrones y el obrero-trabajador son hermanos”, pero eso sí a la hora de llevarse la tajada de la torta, la mayor parte es solo del patrón. Será por eso que apareció, ojo no de la nada sino de la lucha de los pueblos, la independencia de las colonias de América del Norte (1776); la Revolución Francesa (1789); Comuna de Paris (1871), que está cumpliendo los 150 años; la Revolución Mexicana (1911); la Revolución Rusa (1917); la Republica Española (1936); la Revolución Cubana (1959); otras tantas que cambiaron y otras que cayeron de un soplo muy fuerte.  

En un momento determinado mi amigo y compañero del alma me dice "¿te acordas del gallego Juan?"  Mi respuesta fue al instante, "como no lo voy a recordar!". El Gallego Juan no era gallego era Catalán.   Había llegado al Uruguay en la década del 50. Republicano y de la UGT, había combatido con las Brigadas formadas en el Movimiento Obrero con la lucha contra el fascismo de Franco.  Había llegado solo, sin dinero y sin saber nada de su familia. Su trabajo aquí fue vender panchos calientes en el destino de los ómnibus de Ciudadela y Cerro Largo. No era un hombre de muchas palabras, pero contaba con mucha nostalgia su vida en su ciudad natal.  Cuando lo conocimos era el auge de la Revolución Cubana (1963–1964). Muchas charlas, pues aquí los refugiados portugueses, guatemaltecos, paraguayos eran muchos. Todos tenían sus relatos, todos tenían su punto de vista de porqué se pierde una revolución.  Don Juan decía que la República Española había sucumbido ante las huestes del fascismo por los errores y horrores cometidos por los republicanos.  También decía que no bastaba decirse Socialista, Comunista, Anarquista o Ugetista para ser buena persona, para ser UNITARIO y pelear espalda con espalda a un enemigo ladino, que había invadido España con marroquíes de la peor calaña. Él decía y mi posterior lectura de los relatos de la guerra civil española me lo confirmó. Con la invasión de Franco, ese sí por Galicia, la alianza política de la izquierda se abocó más a su defensa territorial de sus diferentes nacionalidades que a la defensa de la España Republicana. Él decía que cuando las tropas franquistas atacaron a las milicias anarquistas, socialistas y comunistas dijeron (en los hechos), no es contra nosotros. Y los derrotaron y aniquilaron. Cuando atacaron a las milicias socialistas,  los anarquista y comunistas no fueron en su ayuda. Cuando Franco atacó a las milicias comunistas, ni socialistas y anarquistas los ayudaron. El gallego Juan, militante Ugetista, de las milicias obreras, siempre hablaba de la UNIDAD de los militantes de izquierda.

La historia nos enseña que la derecha es muy ladina y traicionera.  Solo el pueblo es capaz de apoyar a los de abajo, tener confianza en su semejante. Pero lo es cuando tiene participación en las decisiones buenas o malas. No es buena decisión: YO te puse YO te saco. Aunque tampoco es buena la decisión NO aceptar críticas de los de debajo de los de a pie. Cuando vemos que MUCHOS se hacen los burros, mirando para otro lado cuando se habla de los dineros de la fuerza política.  Algunos ya ni miran, simplemente te amenazan con aquello de “no les des de comer a la derecha”.   Alguien decía, hace muy poquito, que Seregni rara vez hablaba en primera persona, siempre en nosotros y eso fue con motivo de los 50 años de la fundación del Frente Amplio, que guste o no les guste, el aniversario, pasó sin pena ni gloria. Pero sin problema, igual le echamos la culpa a la pandemia. Esta pandemia que está sacando lo mejor y lo peor del ser humano. Lo mejor la solidaridad, la ayuda a su semejante. Lo peor, la mezquindad de algunos que son incapaces de ser solidarios.  La derecha al peor estilo del pitucaje, en pensamiento y manera de ser, esos son los que dirigen los destinos de nuestro país. En si por culpa de la propia izquierda, que no supo retener, voto mediante, el gobierno. NO lo gano la derecha, lo perdió la izquierda. Por suerte, no le pudimos echar la culpa a la pandemia.  Pero a la derecha le ha importado un pito el Covid19, tal es así que la ayuda a los más necesitados, demora y demora en llegar a destino. ¿Será que no nos dimos cuenta que el destino es Suarez y Reyes?

A pesar de todo, los medios de comunicación siguen haciendo política de la “más sucia”, siempre hacia la derecha, siempre en contra de los que menos tienen, siempre tratando de crear DESCONFIANZA entre los de abajo. Nos van comiendo de a poco el cerebro. Primero con aquello de “hacé la tuya”.  Hoy con esto de: “YO te pongo, yo te saco”. Al parecer esto es un decreto Real de Javier I,  Rey del Frente Amplio. La izquierda NO tiene dueños, ni reyes. Por favor, si me equivoco me lo dicen.       

                                             WILLIAM  MARINO                                                                          

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