Rocha: una elección trascendental

Columnas 14 de julio de 2020 Por Rodrigo Tisnes
El domingo 27 de setiembre el pueblo uruguayo cerrará el ciclo electoral 2019-2020. Un ciclo iniciado hace más de un año atrás, con las elecciones internas de cada partido, y culminará ahora -postergación mediante debido a la pandemia (hasta eso nos obligó a cambiar)- con las elecciones departamentales y municipales.
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Rocha: una elección trascendental Por Rodrigo Tisnes

Cada elección departamental es un mundo, porque cada departamento del país tiene su propia realidad, su idiosincrasia particular, y cada partido y sector busca acomodarse lo mejor posible frente a ese dato inobjetable.

Se confunden quienes creen que las elecciones nacionales tienen algo que ver o tienen una incidencia mayor en las elecciones locales.

De no ser así, no podría explicarse que el Partido Nacional sistemáticamente gane, a veces casi sin competencia hacia afuera (o sea, sin que los otros partidos incidan mucho en el resultado) las elecciones departamentales en 10 o 12 departamentos del interior. En algunos de ellos (Flores, Durazno, etc) gobierna sin interrupciones desde hace casi 80 años, con la excepción de la Dictadura. Si ´´cambiar está bueno´´, flaco favor le hicieron los asesores de marketing y publicistas de Lacalle Pou a todos esos intendentes blancos que van por la reelección en sus departamentos, y en los que además gobiernan sin interrupciones desde, al menos, 1985.

Pero ese es un problema que deberán resolver ellos en todo caso.

El Frente Amplio enfrenta otros desafíos de cara a las elecciones departamentales. Mientras que en Montevideo y Canelones el escenario aparece como bastante resuelto, con la única duda posible acerca de la diferencia final con la oposición; en los departamentos del Interior el desafío es aguantar la embestida que, enancada sobre la victoria de la coalición en el balotage, y enfervorizada con los buenos números que las encuestas le dan al gobierno nacional en su gestión (pandemia mediante) plantean una suerte de traslado del escenario nacional hacia la esfera departamental.

De este modo es que en casi todos los departamentos en los que gobierna el Frente Amplio se ha intentado replicar, a escala departamental, la coalición conformada entre octubre y noviembre del año pasado.

Y digo ´´intentado´´ porque como escribí al principio, se equivoca quien cree que las elecciones de octubre y mayo son parecidas. En realidad, cada elección, desde la interna, es distinta, y sólo se pueden comparar entre sí: internas con internas, nacionales con nacionales, y departamentales con departamentales. Por ejemplo: en Soriano, desde octubre de 2004 el Frente Amplio es el partido más votado en cada elección nacional, sin embargo, llegan las departamentales y el Partido Nacional gana esas elecciones con relativa comodidad.

Está la dificultad adicional de que las reglas de juego son distintas. En las departamentales no hay balotage y el partido que gana, así sea por un solo voto, automáticamente obtiene la mayoría de las bancas en la Junta Departamental. Por tanto, para intentar replicar la coalición a nivel departamental,  los partidos políticos deben acordar ir bajo un mismo lema partidario, lo que invisibiliza a los partidos que no presentan candidaturas propias a la Intendencia, y deja fuera de competencia a quienes fueron candidatos en junio y octubre por los partidos que se suman al lema de mayo.

En el caso concreto de Rocha, donde el partido que se presenta como ´´coalición´´ es el Partido Nacional, quedan por fuera de la posibilidad de presentarse en mayo, quienes fueron candidatos a la diputación por Cabildo Abierto, el Partido Colorado, el Partido Independiente y el de la Gente. Además de todas aquellas personas que en junio fueron en listas de estos partidos.

Rocha, precisamente, mi departamento, fue el primero donde, a instancias del actual diputado nacionalista del departamento, se intentó conformar esta coalición.

Que finalmente resultó en una coalición bi-color, conformada por el Partido Nacional que presenta dos candidatos propios a la Intendencia, y Cabildo Abierto, que presenta un candidato de Cabildo, aunque dentro del Partido Nacional. El sector mayoritario del Partido Colorado, la lista 600 de Talvi, resolvió marcar sus propios votos y presentarse a la elección departamental, así como la histórica lista 23, del exIntednente Adauto Puñales, ahora encabezada por su hija. Los partidos Independiente y de la Gente se han sumado a esta coalición, pero en principio su peso electoral parecería ser bastante reducido.

Lo que se apreció de afuera, fue una suerte de apresuramiento, de apuro, por conformar esta coalición a nivel departamental, dejando de lado negociaciones y discusiones internas en cada partido, especialmente el Partido Nacional. Primó una suerte de lógica matemática en el Diputado nacionalista: vio la votación de octubre, sumó votos, pasó raya y dijo ´´esta es la mía´´.

Se entiende. Rocha no es el departamento más grande, ni el más poblado, ni el que genera mayor actividad económica en el país. Pero es un departamento que en 15 años de gestión frenteamplista se ha transformado radicalmente: de ser la tristeza del país por no poder pagar los sueldos de sus funcionarios, hace 180 meses que viene pagando esos mismos salarios que antes no se podían pagar, se han hecho obras, se cuenta con planes de ordenamiento territorial y costero (comenzados en gobiernos anteriores, vale la pena reconocerlo, porque es una política de Estado departamental) se ha ido achicando y pagando las deudas heredadas, se está por inaugurar una planta de tratamiento de residuos, se construyó una Terminal de Ómnibus en la capital y otra en Chuy, se recuperó el histórico Teatro 25 de Mayo, se recicló y construyó el Centro Cultural ´´María Elida Marquizo´´, se inauguraron once centro culturales, uno en cada localidad, grande o pequeña del Interior. En suma: se han hecho cosas.

Por supuesto que falta mucho por hacer y debe hacerse más. En materia de Cultura hay un campo más que propicio para innovar en un nuevo quinquenio, en materia de Turismo hay que seguir trabajando por desestacionalizar la actividad, y se debe seguir haciendo obras que cambien la realidad material de los vecinos, mejorando su calidad de vida.

Pero Rocha no importa sólo por eso. Así como para cualquier partido político sería un hito histórico ganarle al Partido Nacional la Intendencia de Cerro Largo o la de Flores, Rocha se ha convertido en un símbolo. Junto a Canelones, es el único departamento del Interior en el que, desde que se ganó por primera vez en mayo de 2005, se ha mantenido en el gobierno departamental. En todos los otros se han ganado y se ha perdido, pero Rocha, donde nace el sol de la patria, es el único no metropolitano en que el Frente ganó y se ha mantenido, primero, como el sol que nos besa con ´´rayo primero´´ como dice el himno departamental.

Y como es un símbolo, van a intentar golpear en lo simbólico: van a intentar poner en duda la gestión de la Intendencia, van a cansarse de decir y argumentar lo bueno que es cambiar (de vuelta, ¿cómo harán en aquellos departamentos donde son gobierno?) y lo necesario que es tener al gobierno departamental ´´alineado´´ con el nacional, argumento ridículo por donde sea, como bien demuestra el ejemplo de la cantidad de gobiernos departamentales blancos que coexistieron con gobiernos nacionales del Frente.

Por ello estas futuras elecciones departamentales son tan trascendentes en Rocha.

 

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