La construcción de una identidad propia en Geopolítica. Brasil en el siglo XX

Columnas 12 de septiembre de 2022 Por Leonardo Batalla
El presente ensayo busca mostrar las complejidades que presenta la construcción de una identidad propia en el complejo tablero geopolítico del siglo XX. La base argumentativa principal es el trabajo realizado por Gisela da Silva Guevara (2020) denominado Geopolítica latinoamericana: mirando al mundo desde el Sur.
Brasil

Un intento fallido 

Da Silva analiza el rol de Brasil y las contra- representaciones asumidas durante los gobiernos de Kubitschek y Goulart ante los modelos de desarrollo dados como recetas por el Norte dominante. Esta postura brasileña se identifica en los años 50 y 60; si bien las actitudes de los gobiernos no fueron idénticas marcaron un reposicionamiento histórico de Brasil a nivel continental donde la claridad identitaria estaba atravesada por una contradicción entre lo que debo querer ser y lo que quiero ser, sustentado por y en «creencias causales geopolíticas»1.

En esta coyuntura surge la figura de puente entre el Norte y el Sur como vía de comunicación ineludible en algo que está «naturalmente» separado. Los desarrollados del Norte y los subdesarrollados del Sur debían entrar en fluido contacto para avanzar en dos temas centrales, la seguridad y el desarrollo. La línea argumental tiene como fundamento la idea del «razonamiento geopolítico práctico» de Ó Tuathail y Agnew (1992), donde América es vista y presentada como «imaginaria y universal, sin límites espaciales» en los planteos presentados por los gobiernos de EEUU y Brasil donde este se ve como un país occidental díscolo perteneciente a «otro Occidente más pobre, más enigmático, más problemático, pero no menos occidente»2. A su vez David Slater (1993) señala la invisibilización que ostenta el Norte ante las miradas alternativas del mundo presentadas desde el Sur. Este proceso de construcción de contra- representaciones para nada esclarece la identidad brasileña, sino que, se ingresa en una posible mimetización no deseada donde se conforma «una compleja hibridación identitaria no solo entre el Norte y el Sur, como3 también entre el Sur y el Sur»4. 

Contexto 

Los años 60 trajeron un nuevo actor que irrumpió en la guerra fría, esta dejaba poco espacio para posicionarse en un lugar diferente a la oferta dicotómica. El surgimiento de una alternativa no alineada fue percibido en Brasil como una visión geopolítica de interés que cuestionaba el aparente rol definido para los países que no aceptaban alinearse con los bloques dominantes. Si bien para Badie (2018) algunos actores internacionales atentaron contra este proceso, e impidieron su consolidación, los gobernantes de Brasil cargados de ambigüedades no estaban dispuestos a renunciar a la figura de un nuevo Sur anti statu quo. Por otro lado, Slater (1993) señala que en ese momento el desprecio de la concepción dominante occidental intentaba disciplinar aplicando posturas paternalistas a los pueblos visualizados como inferiores y carentes de historia. Esto no fue aceptado pasivamente por los pueblos del Sur que, buscando su reconocimiento, elaboraron teorías con intención contrahegemónica. Esas elaboraciones emanadas de África y Latinoamérica fueron pilares para los planteos de contra- representación dando pie a la geopolítica crítica. La teoría crítica de la dependencia es importante en ese contexto. Ante ello, es sustancial añadir que la modernización y la dependencia tienen vínculos no ocultables, por ejemplo, Germani 5 (1969) impulsor de la teoría de modernización plantea lo que: « (...) en verdad, muy poco podría entenderse acerca de la situación de América Latina si no se tuvieran constantemente en cuenta las diversas formas y grados de dependencia implicados en la "situación periférica" (...) »6. Por otro lado, Cardoso y Faletto 7 entienden que realizar valoraciones económicas y políticas sin considerar las diversas estructuras y los procesos históricos de los países de Latinoamérica es un grave problema teórico, y de hacerlo, el resultado se transformaría en un análisis erróneo. Además, realizan una crítica metodológica al Norte supervisor, pues consideran que se intenta aplicar una receta donde el camino transitado por los países desarrollados será el mismo que recorrerán los países en vías de desarrollo. Esto se hace sin contemplar la realidad histórica y temporal, principalmente, sin considerar las características de los desarrollos históricos de las relaciones de producción capitalistas. No es posible realizar ese traslado ya que existen condiciones económicas y políticas que difieren entre América Latina (AL) y los países capitalistas centrales, pues «cada forma histórica de dependencia produjo un acuerdo determinado entre las clases, no estático, sino de carácter dinámico»8 (p.35). Todo este acumulado desembocó en acciones concretas del gobierno de 

Kubitschek en su idea de enlazamiento Norte-Sur y Sur-Sur. De Kubitschek a Quadros y Goulart 

El planteo de recomposición de la unidad continental pasaba por la Operación Panamericana (OPA) y, a través de ella, se sustentaba un apoyo a AL y se construía una experiencia desarrollista para enfrentar al comunismo. Con esto se buscaba que Brasil fuera el principal actor excepcional y fuera visualizado como el motor del desarrollo. Lo que Brasil no podía ser con las potencias del Norte lo compensaba cumpliendo el rol de estas con los países del Sur, es ahí que la figura del «hombre cordial» con los países tercermundistas se hizo presente.

Este proceso constituyó un punto de inflexión en la reunión de Bandung que, aunque no contó con la presencia de países de AL, potenció un sentimiento tercermundista que fue apropiado por ellos. Igualmente, el sentimiento de «destino manifiesto» nunca escapó a las consideraciones de la política exterior brasileña. La aparición de posturas anti statu quo, a la que adherían Quadros y Goulart, ponían en escena una identidad propia del Sur resistida por el sistema internacional que continuaba con su intentona disciplinadora. Una respuesta a esto fue la geopolítica de la integración presentada por Rivarola (2011) que buscaba abandonar el papel de subordinado en pos de encontrar la autonomía. La agenda de Quadros tenía como objetivo posicionarse fuertemente frente a EEUU; ese otro occidente se acercaba a los países africanos que luchaban por su independencia. Todo este proceso histórico se potenció con la crisis de la «cuestión cubana» representando un desafío para Brasil y su postura de no intervención que confrontaba con la intención norteamericana. Con Goulart, la contra- representación tercermundista se alejaba de los EEUU y se reflejaba en discursos poco conciliadores. Los gobiernos de Quadros y Goulart: «según la academia, con la PEI9 Brasil debería ampliar su autonomía en el plan internacional, apartándose de los condicionantes impuestos por la bipolaridad»10, esto para Hirst (s.f.) marcó un antes y un después. 

Algunas reflexiones 

Brasil transitó por diferentes posturas geopolíticas para intentar ser el otro occidente; el puente entre el Norte-Sur y el Sur-Sur. Tales posturas, por lo menos, cuestionan su identidad ya que su actitud de liderazgo careció de originalidad. No abandonó lo aprendido como dependiente e intentó trasladar este rol a los otros. 

Para finalizar, quiero incorporar una cita de Simone De Beauvoir 11 que nos ilustra sobre la complejidad que implica la construcción de la identidad: 

Ningún sujeto se plantea, súbita y espontáneamente, como lo inesencial; no es lo Otro lo que, al definirse como Otro, define lo Uno, sino que es planteado como Otro por lo Uno, al plantearse este como Uno. Mas, para que no se produzca el retorno de lo Otro a lo Uno, es preciso que lo Otro se someta a este punto de vista extraño. (p.4) 

Volviendo a Brasil, podríamos decir que no pudo cumplir con el rol de contra- representación, dado que careció de un proceso desmimetizador de su papel de OTRO ya que al querer ser el UNO para los nuevos actores emergentes de la época debía abandonar ese papel histórico de ser el OTRO definido por lo UNO. Este momento histórico ya pasó, quizás en una nueva lógica multipolar el papel de Brasil no esté aún definido. 

Referencias:

1 Da Silva Guevara, G (2020), Geopolítica latinoamericana: mirando al mundo desde el Sur. Universidad Externado de Colombia. (p. 142 )

2 Idem. (pp.141-142) 

3 «como» símil «sino»

4 Idem. (p.144) 

5 Germani, Gino (1969). Sociología de la modernización: Estudios teóricos, metodológicos y aplicados a América Latina, Paidós, Buenos Aires, Cap. 1.

6 Idem. (p.9)

7 Cardoso, Fernando H y Enzo Faletto (1986, original de 1969). Dependencia y desarrollo en América Latina, Siglo XXI, México, Cap. 1.

8 Idem. (p.35) 

9 PEI: Política exterior independiente.

10 Da Silva Guevara, G (2020), (p. 174)

11 De Beauvoir, S. (1948-49), El Segundo sexo, Recuperado de https://www.segobver.gob.mx/genero/docs/Biblioteca/El_segundo_sexo.pdf 

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