La Memoria: El futuro de los pueblos

Columnas 14 de mayo de 2022 Por Gastón Castillo
"...Los derechos de la democracia no están reservados para un selecto grupo dentro de la sociedad, son los derechos de todas las personas ’’ Olof Palme
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Foto: Nuevo Espacio

A lo largo de la historia latinoamericana los pueblos han encontrado sus propias formas de expresión, así mismo en los procesos autoritarios que vivieron nuestras naciones, los pueblos, casi siempre desde sus organizaciones, definieron sus propios métodos y modelos de lucha, lo cierto es que el Uruguay no ha sido una excepción, a días de conmemorar un nuevo 20 de Mayo debemos realizar algunas reflexiones, no solo sobre el contexto autoritario sino también sobre el presente y el futuro. 

Hannah Arent argumentaba que ‘’Bajo las condiciones de tiranía es más fácil actuar que pensar’’, ese concepto es válido para varios países de la región pero no en el Uruguay, lo cierto es que en el marco de un sistema autoritario nuestro país fue un claro modelo de organización popular, claros ejemplos se podrían demostrar, la huelga general, la defensa de las instituciones educativas y de los centros de trabajo, incluso varios políticos de la época -en su mayoría desde el exilio- ya consideraban un factor de extrema importancia la organización popular. 

Uno de ellos era Zelmar Michelini que en uno de sus artículos desde el exilio en Argentina avizoraba ‘’... la organización supone, previamente, la discusión de toda una estrategia, la planificación de los medios, la concentración de los fines…’’ en cierto modo acercándonos a un nuevo 20 de Mayo podremos realizar diversas afirmaciones sobre la organización para vencer al autoritarismo, pero la dificultad por el nivel de persecucion, clandestinidad, represion y tortura a las que fueron sometidos quienes eran opositores al regimen, fraguaban toda ilusion o esperanza de cambio. 

Quienes cuentan con el poder, generalmente, cuentan con la hegemonía discursiva mediática y con los recursos necesarios para imponer su modelo, aún más cuando el sistema autoritario impone su régimen con ‘’mano dura’’ eliminando toda disidencia, lo cierto es que esta intención dictatorial fue desdeñada por el fracaso de sus propios objetivos, ni cometiendo crímenes atroces, ni exiliando a sus propios hijos y hermanos y menos aún colocándolos como botín de enfrentamiento, pudieron silenciar sus voces. Utilizando el miedo y la paranoia no vencieron a una generación de soñadores y plasmadores de las utopías, con sus ‘’doctrinas de seguridad nacional’’  amparadas y financiadas por sus aliados oportunistas, tampoco coartaron la esperanza, ya lo dijo Aung San Suu Kyi cuando afirmo que ‘’Todos los regímenes militares utilizan la seguridad como la razón por la que deben perpetuarse en el poder. Es nada original’’ 

Lo cierto es que estos regímenes dictatoriales utilizaron el Estado no sólo para acumular riqueza y confiscar bienes sino también que lo utilizaron para desaparecer a sus propios hermanos. Si bien, quienes se creyeron los auténticos monarcas del oscurantismo autoritario por las que atravesaron nuestras naciones pensaron que con silenciar algunas voces iban a ocultar un pensamiento político, estos traidores a su patria jamás imaginaron que miles de personas de manera intergeneracional iban a seguir reclamando las causas por las que aquellos héroes fueron callados. Lo cierto es que esa llama de la hermandad despertó en forma de margarita marchando año a año para pedir Memoria, Verdad y Justicia. Esta fecha no fue elegida al azar, el 20 de Mayo fue el asesinato de Zelmar, del Toba, de Barredo y Whitelaw como también de la desaparición de Liberoff quien aun permanece desaparecido. 

Esa lucha de hijos, abuelas, madres y familiares no fue (ni es) en vano, Zelmar Michelini afirmaba que ‘’Quienes supieron vencer a los grandes imperios, tenían muy claros los lineamientos de su lucha’’ y lo cierto es que esas familias desamparadas por un estado que no daba soluciones al paradero de sus familias se organizaron y fijaron sus lineamientos de lucha por Verdad y Justicia. En extremo silencio los 20 de Mayo no solo se marcha, sino que también se expresa una señal política contra el ocultamiento, es inevitable no reconocer el avance a lo largo del Siglo XXI en la búsqueda de la verdad, pero lamentablemente aquellos cómplices de los inimaginables crímenes de estado ya han muerto sepultados bajo sus propios secretos y atrocidades y quienes aún siguen vivos ocultan sus responsabilidades y por ende la información que podrían saber. 

Esto no es una cuestión de partidos políticos es una cuestión de Estado, donde también existen dos modelos de país, por un lado aquellos que queremos saber el paradero de nuestros compañeros/as , de los que queremos el encuentro y la reparación y por el otro aquellos que celebran su propia cobardía de no decir la verdad, esos que prometían en las campañas electorales frenar la búsqueda de los desaparecidos y pausar las políticas de Derechos Humanos, o aquellos que proponen exculpar a Terroristas de Estado solamente porque son ‘’avanzados en edad’’, lo cierto es que los militares y civiles implicados no pensaron en cuestiones de edad o salud cuando aprisionaban, torturaban o desaparecían a sus propios compatriotas mientras el dolor de las familias aun sigue en pie.

 El sistema político tiene dos opciones, avalar los discursos de odio sobre el pasado reciente, revivir la teoría de los dos demonios o incluso aliarse políticamente (como ocurre en algunos casos)  a sectores reaccionarios hoy convertidos en partidos políticos, pero a largo plazo esa opción es peligrosa, la otra opción más viable y duradera es construir bajo una misma mesa políticas de Derechos Humanos desde todos los sectores democráticos para encontrar más datos y evitar el avance del fascismo hoy convertido en una opción libertaria o conservadora radical.

Soy optimista sobre el futuro de esta, mi patria, sabemos que las nuevas generaciones somos las constructoras de la próxima era y ante esto me surge una gran responsabilidad, como persona, como militante y como dirigente, de estar a la altura de aquellos grandes hombres y mujeres constructores de utopías y de esperanzas, en búsqueda de la pública felicidad colectiva. 

Este 20 estaremos, pero también estarán ellos y ellas junto a sus familias, los 197 marcharan junto a nosotros, junto a los adultos, a los jóvenes y a los niños que encumbran en una margarita el futuro de su propia vida. La lucha no acaba porque como dice la canción ‘’Los amigos del barrio pueden desaparecer, pero los dinosaurios van a desaparecer…’’

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