Por qué los batllistas deberían votar Sí

Columnas 05 de marzo de 2022 Por Agustín Courtoisie
Qué poco que hablan algunos colorados del “suicidio heroico” de Baltasar Brum. La expresión entre comillas es de Arturo Ardao, de origen blanco independiente. Cuentan que fue al grito de “¡Viva Batlle! ” que se dio un disparo en el pecho, cercado por la policía, en respuesta al golpe de Estado de Gabriel Terra del 31 de marzo de 1933.
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Lili Delgado Brum de Cardozo, sobrina de Baltasar Brum, dio testimonio de las últimas horas de ese héroe olvidado del batllismo. Esa mañana había intercambiado algunos disparos con la policía para resistir el arresto. Más tarde, la familia creyó que pensaba asilarse en alguna embajada. Pero en determinado momento, fue al baño  “según él a prepararse, se lavó y peinó”. Relata su sobrina que luego de darle un beso a su madre, le dijo: “Siempre le dije en mis duelos que iba a volver, hoy no puedo decirle lo mismo”. Y le dijo a su compañera  al despedirse: “Blanca, lo que voy a hacer si no lo hiciera, la primera que me despreciaría sería usted” (citado por Caetano y Rilla, 1997, pág. 185). 

Se ha dado mucho espacio a la tesis de la insanía de Brum, sin mayor análisis, como factor determinante del suicidio. Por ejemplo, Reyes Abadie y Melogno (1995) transcriben de modo extenso el informe del diplomático estadounidense J. Butler Wright, tomado a su vez de una obra de Gerardo Caetano y Raúl Jacob (Reyes Abadie y Melogno, 1995, págs. 170-173). 

Que el desprendimiento de un trozo de yeso sobre la cabeza de Brum, hacía unos años, el deseo de exhibir sus conocimientos en el plano nacional e internacional, y su “exagerada locuacidad y su presunción de superioridad mental” según los dichos del doctor Mañé, a la sazón Ministro de RR.EE (testigo sesgado por ende), sean la base del diagnóstico de un diplomático estadounidense, sin calificaciones profesionales para la medicina y la psiquiatría, deberían mover a risa si no fueran repetidas una y otra vez. 

Si se va a jugar ese juego que ellos revisen su casa. Excede los fines de este artículo citar las investigaciones sobre rasgos psicopáticos de los presidentes de los EE.UU pero ofrezco una pista: https://cnnespanol.cnn.com/2012/09/13/los-presidentes-exitosos-de-ee-uu-comparten-un-rasgo-psicopata-segun-un-estudio/

Para profundizar en las raíces políticas y filosóficas de Baltasar Brum, es muy recomendable el hermoso Prólogo de Luis Víctor Anastasía en (Brum, 1999, págs. 19-72).

Y qué poco que hablan algunos colorados de hoy del asesinato de Julio César Grauert meses después del sacrifico de Brum, acribillado primero y torturado luego en un calabozo sin asistencia médica. Hablan poco y nada. Pero los batllistas de don Pepe no se olvidan, sea que pertenezcan todavía al Partido Colorado, estén a la intemperie, o bien prefieran mantener la calidad del mismo vino dentro de nuevos odres.

De modo similar, muchos blancos mediáticos de hoy probablemente ignoran quién fue el caudillo nacionalista Basilio Muñoz. En 1935 se produjo “el único levantamiento armado que conoció el país como reacción popular contra la dictadura de Gabriel Terra”, según Arturo Ardao en La Tricolor Revolución de enero (1996). El caudillo Basilio Muñoz condujo la insurgencia. Y contó con el apoyo de blancos independientes y batllistas. De aquellas resistencias, poco comentadas hoy, merece destaque el general del otro partido histórico, Julio César Martínez, a quien, según el caudillo blanco, “nadie podrá arrebatar el galardón de haber puesto su espada de soldado al servicio de la Asamblea General”. La historia se repite. Blancos y colorados progresistas unidos contra la reacción conservadora. Juntos, como el Toba Gutiérrez Ruiz y Zelmar Michelini.

No es casualidad que Baltasar Brum hubiese escrito en una tarjeta ante el golpe de Terra: “Ismael Cortinas (blanco) y yo defenderemos con armas la Constitución” (citado por Caetano y Rilla, 1997, pág. 184).

Todo eso fue Batlle

Viajando hacia atrás en el tiempo, es preciso entender por qué Baltasar Bum gritó el nombre de Batlle antes de inmolarse en marzo de 1933, pegándose un tiro en el corazón, ante el primer paso de la dictadura de Terra –muy pocos años después de la muerte de José Batlle y Ordóñez (1856–1929). Pero también es necesario explicar bien por qué Batlle y Ordóñez podría iluminarnos hoy ante el Referéndum en torno de 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC, N° 19.889, 9 de julio de 2020). 

¿Cómo dibujar en grandes trazos la figura del gran constructor de una época, principalmente entre 1905 y el año de su muerte? Nos brinda una ágil síntesis José Pedro Barrán, en un artículo del semanario Brecha (Montevideo, 30 de mayo de 1986, pág. 9):

“ …‘Obrerista’, ‘socialista’ y ‘comunista’ al entender de las clases conservadoras nativas y el capital británico; admirador de las grandes revoluciones, la francesa de 1789 y la rusa de 1917; furibundo anticlerical por considerar que la religión católica servía para ‘nublar la conciencia del pueblo’; irrespetuoso de las convenciones sociales al grado de vivir junto a su compañera antes de concurrir al Registro Civil en 1894; defensor del ‘matrimonio libre’ el divorcio por la sola voluntad de cualquiera de los dos conyugues y la ‘liberación de la mujer’; sí, todo eso fue Batlle” (citado por Caetano y Rilla, 1997, pág. 108).

Todo eso fue Batlle, sin duda. Y no es que el historiador recién aludido fuese un entusiasta de don Pepe Batlle. Sin embargo, después de señalar ciertas ambivalencias del líder histórico, reconoce que en definitiva Batlle y Ordóñez fue, “culpable o causante, como se prefiera”, “de ese rasgo de larga duración del siglo XX uruguayo que es la creencia en la democracia política como único medio legítimo para dirimir la contienda entre los proyectos de país que se disputan siempre el futuro” (Caetano y Rilla, 1997, pág. 108).

Otro investigador, Manuel Claps, ha sido mucho más crítico de Batlle y Ordóñez: por sus “políticas reformistas” por un lado y, por el otro, porque el autor entiende que no es aceptable calificar a un individuo como el “creador de su época” o el “principal constructor del Uruguay moderno” (Claps, 1979, pág. 5). Pese a todo ello, y como siempre es interesante evaluar los dichos de un testigo algo hostil, recordemos que Claps admite:

“El proteccionismo del Estado batllista puede analizarse en sus dos aspectos fundamentales: el proteccionismo que contribuyó a la consolidación de una industria incipiente, y el desarrollo del sector público, lo que fue logrado a expensas del intervencionismo estatal en lo aduanero, fiscal, monetario y financiero” (Claps, 1979, pág. 20).

Más adelante, respecto de la industria estatal y servicios nacionalizados, Claps especifica en una lista no exhaustiva “el Banco de la República, el Banco de Seguros del Estado, las Usinas Eléctricas del Estado, el Banco Hipotecario, el Consejo de Ferrocarriles y Tranvías, los servicios de correos, telégrafos y teléfonos, la Administración Nacional de Puertos, el Frigorífico Nacional, etcétera” (Claps, 1979, pág. 20) (Reyes Abadie y Melogno, 1995, págs. 77-88).

Pero, en todo caso, el batllismo original choca de modo espectacular con la obsesión del actual gobierno de coalición por entregar el puerto a los belgas (Artigas, 2021) (El País, 2022); facilitar la comunicación digital a empresas extranjeras (LUC, Artículos 471 a 476); reducir la regulación financiera (LUC, Artículos 215, 219, 220, 221, 224 y 225) y arriesgarse a perder soberanía en el “Mercado del Petróleo Crudo y derivados” (Artículos 235, 236, 237), con criterios en los cuales ni el actual Poder Ejecutivo y su claque parlamentaria creen, o intentan no aplicar para no generar malestar antes del 27 de marzo, día del Referéndum por la derogación de 135 artículos de la LUC (Zelko y Vallcorba, 2022).

En próximas notas vamos a avanzar mucho más, ofreciendo diversos fundamentos para explicar por qué los batllistas deberían votar Sí. 

Explicaremos por qué Battle y Ordóñez no solo defendía la institución del referéndum y un amplio derecho a la huelga, sino que incluso reconocía la acción positiva de los “agitadores”. También explicaremos por qué sería el más firme enemigo de las disposiciones de la LUC relativas a educación, el más ardoroso apologista de la educación pública y la laicidad, y un formidable opositor de toda enseñanza privada.

Reivindicaremos con entusiasmo a Luis Batlle Berres, a quien pocos colorados se atreven hoy a recordar, quizás porque sostuvo que «apresurarse a ser justo es asegurar la tranquilidad», tal como enfatizó en su discurso de asunción de 1947.

Encontraremos argumentos demoledores de Enrique Tarigo, en su polémica televisiva de 1980 contra el proyecto de Constitución militar derrotada por plebiscito, que calzan perfecto en las actuales circunstancias contra la LUC autoritaria. Son argumentos que nos permitirán tocar su núcleo duro y su simplote populismo penal: la LUC es una norma analfabeta por completo de todo lo que se ha investigado sobre políticas de seguridad en el mundo.

Por  último, contra los que se quejan de que los partidarios del Sí ponen palos en la rueda o lesionan el peculiar sentido de los coaligados acerca del “derecho a gobernar”, aportaremos evidencias históricas de que fue el batllismo de don Pepe Batlle el que insufló en los uruguayos “el derecho al Estado” (O’Donnell, 2008). Es que los derechos del ciudadano no flotan en el aire, ni alcanza con que sean proclamados en el papel. Se necesita un Estado fuerte para proteger a los más débiles.  

 

REFERENCIAS

Artigas, Sebastián (2021). “Katoen Natie: la entrega colonial del Puerto de Montevideo”. Red Internacional – La Izquierda Diario 12/8/2021. https://www.laizquierdadiario.com.uy/Katoen-Natie-la-entrega-colonial-del-Puerto-de-Montevideo

Brum, Baltasar (1999). Estudios políticos y de Derecho. Prólogo de Luis Víctor Anastasía. Montevideo: Edición de la Cámara de Representantes de la República Oriental del Uruguay.

Caetano, Gerardo y Rilla, José (1997). Historia contemporánea del Uruguay. De la Colonia al Mercosur. Montevideo: Colección CLAEH y Editorial Fin de Siglo.

Caetano, Gerardo (2021). La república batllista. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental.

Claps, Manuel (1979). José Batlle y Ordóñez. Estudio preliminar y selección documental de Manuel Claps con la colaboración de Mario Daniel Lamas. Montevideo: Ediciones de Casa del Estudiante.

El País (2022). “El FA amplió denuncia penal por concesión a Katoen Natie y ésta salió a rebatir argumentos”. https://www.elpais.com.uy/informacion/politica/senadores-fa-presentaron-ampliacion-denuncia-penal-concesion-katoen-natie.html

O’Donnell, Guillermo (2008). “Algunas reflexiones acerca de la democracia, el Estado y sus múltiples caras”. Revista del CLAD Reforma y Democracia, núm. 42, octubre, 2008, pp. 5-30. Caracas: Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo

Reyes Abadie, W. y Melogno, Tabaré (1995). Crónica general del Uruguay. Volumen IV. El Uruguay del Siglo XX. Tomo II. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental.

Zelko, Braulio y Vallcorba, Martín (2022). “El precio de los combustibles: entre falsas promesas y la defensa de la LUC”- La Diaria 14/02/2022. https://ladiaria.com.uy/economia/articulo/2022/2/el-precio-de-los-combustibles-entre-falsas-promesas-y-la-defensa-de-la-luc/

 

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