En Educación: ¿dato mata relato?

Columnas 07 de febrero de 2022 Por Jorge Barrera
Uno de los espacios políticos que es necesario ganar para lograr transformar la sociedad, de manera sostenida y durable, es, sin lugar a dudas, el de las representaciones sociales...
Plan Ceibal

Los cambios deben estar acompañados de la modificación de la percepción social; si no se logra valorar los resultados obtenidos, es como si nunca hubieran sucedido.

William I. Thomas ya lo afirmaba en 1928, fecha en la que dio a conocer su famoso teorema, que se  se enunció del siguiente modo: “Si las personas definen las situaciones como reales, éstas son reales en sus consecuencias” (Thomas, 1928)

Aunque puede parecer extraño, el teorema hace referencia a la capacidad de la sociedad para convertir en reales, situaciones ficticias que sus miembros suponen verdaderas, y tiene por consecuencia la adecuación del comportamiento de las personas a esa situación. En otras palabras, al llevar a cabo comportamientos concretos con respecto a una realidad que presuponemos, acabamos haciendo que esa realidad sea valorada como existente, aunque  no haya una realidad objetiva que la sustente. Este teorema fundamenta que no es necesaria la realidad objetiva, ya que tenemos la capacidad de convertir en reales, situaciones que no lo son, simplemente por el hecho de comportarnos como si lo fueran. En definitiva, cuando damos por hecho que alguien o algo es de una determinada manera, nos comportamos de acuerdo con eso y, aunque estemos equivocados, nuestra actitud acaba convirtiendo en real la situación.

Traigo a colación esta ley, porque, es fácil ver como fue utilizada por la coalición multicolor, para desplazar del gobierno al Frente Amplio, cuando fue capaz de convencer a la mitad del electorado que las fortalezas del gobierno eran debilidades y que los logros reales no existieron.

En este artículo me voy a detener en la educación, pero, la misma regla se podría aplicar en otras áreas de la administración pública, como la seguridad, el empleo, la industria, la energía, el salario, la agenda de derechos, la vivienda, los impuestos, el turismo y todas las restantes áreas relevantes de la administración.

Los logros del gobierno progresista.

El primer logro, aunque parezca más simbólico que concreto, fue que por primera vez en la Historia del País, la educación es considerada, legalmente, como un Derecho Humano. Tradicionalmente nuestra educación fue “laica, gratuita y obligatoria”. Pero a partir de la promulgación de la ley 18437, no sólo es obligatoria, sino un derecho humano, durante toda la vida.

La ley trajo muchos beneficios, que se vieron reflejados en: mayor participación docente y estudiantil en la gobernanza de la educación. Más becas, más pasajes gratuitos, más grupos, mejorando la ratio estudiantes por grupo, lo que implica la posibilidad de una atención más personalizada, e impacta positivamente en los aprendizajes, sobre todo en los contextos más desfavorecidos.

Veamos algunos indicadores que refuerzan los argumentos de este discurso:

En pocos años las escuelas de tiempo completo y extendido aumentó su cobertura a más del doble. Uno de cada cuatro escolares asistían a ellas en el año 2017. Esto representaba que 89.000 niños y niñas concurrían a 319 centros de horario completo o extendido.

Otro ejemplo es el plan ceibal, ejemplo en el mundo, Gracias a su presencia fue posible  mantener el sistema durante la pandemia.Un pequeño agregado, es bueno entender que el plan ceibal no solo representa el acortamiento de la brecha digital al entregar una computadora a cada niño, sino, tambien implicó, la disposición de una biblioteca virtual,una plataformas de aprendizaje gratuito, una importante variedad de recursos digitales y la formación en nuevas tecnologías, entre otros muchos beneficios.

Otro adelanto significativo fue la universalización de la enseñanza del idioma inglés en 3to, 5to y sexto año de primaria. Manejar una segunda lengua es una competencia imprescindible en el mundo de hoy.

Se realizó una fuerte descentralización de la educación:

Con la creación de la UTEC, se dió un paso fundamental en la descentralización de la educación, fortaleciendo la euidad geográfica en el acceso a la educación terciaria.

El ingreso de estudiantes del interior a Udelar aumentó 631% desde el año 2000.

Se aumentaron de los recursos dedicados a la educación:

Para mejorar la inclusión se redujo el tamaño de los grupos en todos los niveles educativos. En primer año de escuela el promedio de niños y niñas por clase pasó de 25.8 en 2004 a 22.2,  en 2019 y en 6º año de 27.3 a 22.1. Por otra parte, las escuelas de los quintiles más bajos presentaron aún un menor valor del promedio de alumnos por grupo.

En el caso de los liceos de ciclo básico se ha producido un proceso similar, aprovechando la creación de 49 liceos y el “bono demográfico” que ha llegado a educación media. Así es que mientras en 2008 el grupo promedio de ciclo básico era de 31.1 alumnos en 2019 ese número bajó a 25.8

La creación del departamento del estudiante, permitió la mejora de la calidad educativa  de los adolescentes  con dificultades.

El departamento del estudiante brindó apoyo, tanto a estudiantes como a docentes, para lograr una mayor inclusión de los estudiantes. Entre otras medidas concretas se implementción  adaptaciones curriculares, logrando transitar de un paradigma uniformador a una nueva modalidad que reconoce, por primera vez, las diversidad en los estilos y formas de aprendizaje. Por otra parte, el CES desarrolló una política para atender la discapacidad, creando el Centro de Recursos para estudiantes ciegos y con baja visión, coordinando con el CEIP y la educación privada para el ingreso de estudiantes con discapacidad visual a educación media y creó el Centro de Recursos para estudiantes sordos (CERESO). A su vez creó 8 Liceos MANDELA que le dio continuidad a la Red de Escuelas Mandela del CEIP.

Se rompe con el criterio academicista de la Educación Secundaria, dando cabida a nuevas formas de educación superior a través del Fortalecimiento de los bachilleratos tecmológicos y la creación del bachillerato de arte, entre otros logros.Así mismo,  La educación tecnológica tuvo un fuerte impulso en este período, promoviendo la continuidad educativa en todas las propuestas del CETP, con un crecimiento del 60% en su matrícula.

Se profundizó la atención a las poblaciones más vulnerables, así, en 2005 se creo el programa de maestros comunitarios, que en 2019 contó con 546 maestros en 318 escuelas se creo, también, el programa de salud visual y atención odontológica. Se protocolizó la intervención en casos de violencia domestica.

Además, al incrementar los recursos destinados a la educación se mejoraron las condiciones para docentes y estudiantes.

El boleto gratuito fue extendido hacía nuevos colectivos.

Con la extensión del beneficio de boleto gratuito a estudiantes de segundo ciclo, se beneficiaron 120.000 estudiantes.

Para mejorar la calidad educativa es necesario inversión en Infraestructura.

Entre 2005 y 2019 se realizaron 839 obras nuevas y ampliaciones para atender la demanda educativa. Se crearon 231 nuevas escuelas, 49 liceos, 48 centros del CETP-UTU, 1 centro del CFE y quedaron iniciadas y financiadas 101 obras nuevas para el próximo período. La generación de estos nuevos centros educativos y miles de nuevos grupos en distintos puntos del país favoreció el acceso a la educación en todo el territorio del país.

La mejora en la cobertura es un indicador de mejora en la educación.

En 2008 Uruguay extendió la obligatoriedad de la educación desde los 4 años, alcanzando la universalidad en este nivel.

Se incrementó la asistencia de los adolescentes de 14 años en el año 2006 representaba el 90%, en el año 2019 el 95,2. En cuanto a los niños de 3 años pasó del 46% al 72,5%, entre los 6 y los 11 años de edad, es decir, en el tramo propio de escolarización primaria, la cobertura educativa se universalizó.

Entre los 12 y los 14 años de edad se consolida una participación superior al 95  %. Entre los 15 y los 17 años, la cobertura educativa aumenta en 12 puntos porcentuales, al tiempo que se registra una tendencia creciente en la participación si se compara el  2006 con el 2017. La diferencia en estas edades es un incremento de 9,4; 10,9 y 12,9 puntos porcentuales, respectivamente. En los estudiantes de 15 años, se pasa  de 82% al 91%. En el estudiantado de 16 año, del  76% al 88%. En el estudiantado de 17 años se pasa del  67% al 80% y en los de 18 años del 55% al 62,2%.

En estos quince años la educación terciaria tuvo un incremento superior al 36 %

Pero no sólo en el ingreso, sino que tammbién hubo nayor equidad en el egreso.

En 2017 concluyó sus estudios primarios el 97,7  % de los jóvenes de 14 y 15 años de edad, sus estudios de educación media básica el 71,6  % de los de 17 y 18 años y los estudios de educación media superior el 40,9  %.

Mientras en el año 2006, sólo el  35% finalizaron el segundo ciclo de educación secundaria en el  2017, finalizaron el  41%.

Todo esto fue acompañado por una mejora de los resultados educativos:

En el caso de educación media básica, los indicadores de promoción han aumentado. Entre 2010 y 2019 en el CES la promoción mejoró 12.6 puntos, especialmente en los liceos de nivel sociocultural bajo, llegando al 80.7% 4 En el caso de educación media superior del CES desde 2016 se produjo una mejora de 5.6 puntos. También se produjo un incremento de las promociones en Ciclo Básico Tecnológico de 1.8% y en FPB de 2.7% desde 2008

En resumen, sería imposible explicitar todos los avances logrados, además, es evidente que en esta materia, como en tantas otras, todo lo hecho siempre parece insufuciente. Pero, es importante valorar los logros para poder seguir avanzando en la misma dirección.

Siguiendo el informe realizado por profesionales que tuvieron responsabilidad en estos quince años de gobierno, podemos afirmar:

Que se amplió la cobertura de la educación en todas las edades, niveles y modalidades, se  diversificó y se extendió las ofertas y propuestas a todo el país. Se ha mejorado la infraestructura de la educación como hacía muchos años que no ocurría y se generalizó el acceso a las tecnologías de la información y comunicación a todo nivel.

Se han combinado políticas universales con políticas, focalizadas para ofrecer más oportunidades a quienes menos las han tenido por su origen social, étnico, territorial, de género o por sus discapacidades.

Se ha profundizado la integralidad de la educación y se han impulsado transformaciones curriculares que permitieran mejorar los aprendizajes. Se avanzó en la articulación de las políticas educativas con las políticas sociales, que favorecieron las condiciones de educabilidad, como el incremento de las asignaciones familiares, la extensión del boleto gratuito, los apoyos al transporte estudiantil, el fortalecimiento de la alimentación escolar, el sistema de becas, la salud bucal y visual, así como la coordinación con el Sistema Nacional de Cuidados.

Se han multiplicado las oportunidades para acceder a niveles educativos reservados antes para unos pocos, como la educación en la primera infancia y la educación terciaria. Se dignificó la labor de la docencia y de los trabajadores de la educación en general con incrementos salariales, mejoras en las condiciones de trabajo, transformaciones en las carreras de grado para darles un nivel universitario y se ofrecieron nuevas oportunidades para la formación permanente y la oferta de estudios de posgrado largamente reclamadas por los colectivos docentes.

Se abrieron canales de participación inéditos en la educación uruguaya y se ofreció información y datos que permitieron que el debate trascendiera las fronteras de las instituciones, transformando la educación en un tema de debate público nacional. “ (AAVV,2020)

Con todo lo dicho, ¿no será tiempo de que los datos maten el relato?

Bibliografía

El niño en América: problemas de conducta y programas, William I. Thomas y Dorothy Swaine Thomas, Nueva York, Knopf, 1928

logro-y-nivel-educativo-alcanzado-por-la-poblacion-2017.pdf (www.gub.uy)

2005-2020 Una nueva educación se abrió paso. Avances y desafíos. Montevideo, agosto de 2020. Rosita Inés Angelo, Ana María Lopater, Miguel Brechner, Laura Motta, Irupé Buzzetti, Edith Moraes, María Dibarboure, Wilson Netto, Héctor Florit, Ana María Olivera, Luis Garibaldi, Nilsa Pérez, Javier Landoni, Miguel Venturiello, Margarita Luace.

 

 

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