La coordinadora: entre la Quimera y el Molinete

Columnas 16 de agosto de 2021 Por Ismael Blanco
Tomó estado público la noticia de que la recientemente designada Coordinadora del Frente Amplio María Josse Rodríguez fue expulsada del sindicato bancario en la crisis de 2002, por firmar un acuerdo con la patronal con el cual resolvía su situación personal, a espaldas del gremio.
Quimera

Esto tiene un retrogusto muy amargo y traiciona a los propios; a sus compañeros y a la inmensa masa de trabajadores que agremiados lucharon y luchan dignamente  con conciencia de clase para reivindicar sus derechos.

Que determinados empleadores hubieran ofrecido a unos pocos condiciones mejores de trabajo a condición de traicionar al sindicato no escandaliza a nadie porque así actúan muchas patronales. Pero sí resulta inadmisible para un frenteamplista y para un militante gremial que se precie de tal, aceptar del empleador esa oferta  disolvente tras bambalinas; en beneficio propio; accediendo  condiciones laborales más beneficiosas,  entre cuatro paredes y a espaldas de los suyos; dejando de lado el sacrificio de la mayoría de sus compañeros, mirando solamente por su propio interés, en definitiva  no teniendo conciencia de clase.   

Para quienes integramos la izquierda la ética no es una anécdota y mucho menos puede convertirse en una leyenda, algo que fue y que ya no es; es un requisito esencial para nuestro proceder. La ética es nuestro propio sustento, la base misma donde se apoya nuestro discurso, nuestro pensamiento y nuestras acciones. Sin ello, todo es charamuzca y un triste cuento que merece desaparecer en el olvido. 

Estoy convencido que las ideas de izquierda son superiores, porque buscan la emancipación humana, superadoradora de que en este mundo la gente se diferencie a razón de la suerte del lugar que le haya tocado nacer.  Pero las causas y las ideas son superiores, no así necesariamente los hombres y las mujeres que dicen sostenerlas. Cada uno de nosotros, todos los días y todas las horas de esos días, estamos a prueba de cumplir coherentemente en nuestras acciones, con lo que proclamamos ser. 

Las opciones personales, las de cada uno de nosotros, las de quien esto escribe y las de aquel que puede estar leyendo esto, siempre implican consecuencias y hasta renunciamientos. Y para ciertas responsabilidades; aquellas donde uno pasa a ser referente de un un cuerpo de ideas y en este caso de la historia gloriosa de Frente Amplio se exige un piso alto en materia de conductas y de coherencia. 

Que en más de una ocasión esto no haya sucedido no enerva la exigencia. Muy por el contrario, la causas de la derrota electoral reciente, que es más que la perdida de un acto eleccionario, esta llena de hechos donde la tolerancia a la desviación y a la liviandad ideológica prosperaron. De laxitudes, frivolidades y de flojedades ideólogicas esta empredado el camino al infierno donde se queman los sueños de la gente. 

El reproche que le hacemos a la Sra. María Jossé Rodríguez es por respeto a esa gran mayoría que conforma el pueblo frenteamplista; ese que no se desmoraliza y sigue creyendo y luchando día a día en defensa de nuestras banderas; ese que no ocupa cargos ni los espera; ese que no traiciona y nos sigue a pesar de los traspies y errores cometidos. 

Ya han trascurridos varios días del conocimiento de este hecho y la respuesta ágil y contundente de la dirección de la fuerza política es inexistente. Esto confirma el diagnóstico que muchos de nosotros tenemos del estado esclerozado de la estructura dirigencial. Silencio peligroso que da lugar a pensar si lo que se esta buscando es apañar este comportamiento. Si antes que se publiquen estas líneas la dirección política toma las medidas pertinentes me sorprendería gratamente. La vida lo dirá. 

Es bueno recordar que hace bien poco y sin miramiento le pidieron la renuncia en forma inmediata al cargo de secretario político al compañero Rafael Michelini que nunca traicionó nuestros ideales, porque cometió el “pecado”  de expresarse  en una forma que no gustó en el afán de nuestra lucha contra la LUC. 

El proceder de la Sra. María Josse Rodríguez es otra cosa y sí es gravísima, sin embargo no se actua tan sumariamente.

Tengo que pensar que ciertas cosas pasan y no por casualidad. Es llamativo cuán tan fácilmente y de modo reiterado metemos la cabeza en la guillotina.  

Si hoy con autoridad cuestionamos a la derecha que gobierna por el negociado de la entrega del puerto a Katoen Natie; a los despilfarros de Germán Cardoso en el Ministerio de Turismo; a las actuaciones de Moreira; a la gestión de la pandemia; la suba de los combustibles; a la rebaja de sueldos y jubilaciones no podemos por tratarse de propios ser ligeros y tolerantes con acciones reñidas con nuestros principios.

A todo esto yo me pregunto: ¿La idea no es volver mejores? Que el descargo de María Jossé Rodríguez sea decir que el hecho ocurrió hace 20 años supera lo vergonzoso. 

Que diga que tenía una familia que sustentar y que esa fue la razón para traicionar sus principios sindicales e ideológicos la descalifican para asumir el rol de direccíon del Frente Amplio. Que sus actos tuvieran la condena del gremio al que pertenecía al extremo de ser expulsada de AEBU caracterizan al hecho como gravísimo. 

La historia de la izquierda y de los sindicatos en nuestra patria esta forjada por heroínas y héroes que dieron hasta sus vidas en defensa de sus principios e ideas. 

No merecen ellos; no merecemos nosotros ni las nuevas generaciones que se mancille la historia sagrada del Frente Amplio convalidando a personas que no estuvieron a la altura de las circunstacias ni ideas que dicen defender. 

No se puede tolerar que otra vez el cupulismo del Frente Amplio de la "calle Colonia" defraude y desconozca al pueblo frenteamplista. 

La única salida a esta tan deshonrosa situación es que María Josse Rodríguez renuncie inmediatamente y sin más al cargo de coordinadora que fue investida hace sólo unos días y que por verguenza no debió aceptar. 

El oportunismo político y los oportunistas son el veneno que destruye los sueños de la gente.

 "Un revolucionario puede perderlo todo: la familia; la libertad y hasta la vida. Menos la Moral"  Fidel Castro Ruz

 

 

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