Los Mártires Estudiantiles

Columnas 15 de agosto de 2021 Por William Marino
El 14 de agosto de 1968 estará grabado con letras en oro y brillantes, la lucha contra el autoritarismo del gran poder económico, encaramado en lo más alto del gobierno uruguayo ejercido por el partido colorado. Ese día fallece el primer mártir Estudiantil: Líber Arce, baleado dos días antes.
Liber arce

Jorge Pacheco Areco era el símbolo de la mano dura y el autoritarismo contra el pueblo. Este gobierno aceptó que sus aparatos represores fueran adiestrados y asesorados por organismos represores de los EE.UU. como lo son la CIA, el FBI y la escuela de la Américas, por aquel entonces ubicada en la zona del Canal de Panamá.  Fue todo un sistema, en un mundo muy convulsionado y violento. Donde el FMI, el BIRF, la OEA, la CIA., todos sacaban su tajada a costa de los pueblo del Tercer Mundo, transfiriendo las riquezas, de las más diversas maneras, hacia los países del primer mundo, que aun se creían los dueños y amos del mundo. 

La República Española aun latía en el corazón de los pueblos, el asesinato por parte de la CIA de Gaitán en Colombia, el asesinato de Sandino, la invasión a Guatemala por parte de los Marines de los EE.UU. en defensa de la United Fruit Company, el derrocamiento de Batista, hijo predilecto de los EE.UU, por parte de unos “12 barbudos”.  

Era lo que nos imponían a los países de América Latina: gobiernos corruptos, militares y policías entrenados para matar y asesinar a sus pueblos. No en vano a lo largo del siglo pasado solo en América Latina, es decir al sur del rio Bravo, los muertos por asesinatos, desaparecidos, torturados, suman millones. Muchos aún se asombran y no quieren hablar de ello, pero es así.  

El Uruguay no era ajeno a muchas cosas, las ventajas de la 2da Guerra Mundial y aún la de Corea, ya no rendían fruto. En 1959 gana el gobierno el Partido Nacional. En abril de 1960  firma una Carta de Intención con el FMI, que trajo como consecuencia en toda la década del 60 y 70, inflación y desocupación que al rebelarse el trabajador, trajo represión, violencia, tortura y muerte por parte de los aparatos represores del Estado. Es la época en que aparece la guerrilla urbana en el Uruguay, y también los escuadrones de la muerte, integrados por civiles de la JUP, además de policías y militares, con vínculos al maestro en torturas, Dan Mitrione y la propia embajada de los EE.UU. Actuaban con total impunidad, desde  su oficina ubicada en el 2* piso de la Jefatura de Policía de Montevideo. 

Líber Arce, fue el primer estudiante asesinado, pero no el único. Por solo nombrar algunos: Susana Pintos, Hugo de los Santos, Heber Nieto, Walter Medina, los y las jóvenes del liceo de Treinta y Tres, los ataques al liceo Bauza. Cuando matan a Hugo y Susana los heridos de bala fueron más de 50 estudiantes.  En 1966 bandas armadas fascistas, habían raptado y torturado a una joven estudiante, exiliada paraguaya, Soledad Barret.                  

Es dentro de este contexto, tal vez mucho más grave de lo que yo digo, que en 1968 la lucha estudiantil es por boleto gratuito y mayor presupuesto para la enseñanza, ya que el mismo no llegaba ni al 2 % de Presupuesto Nacional. El Gobierno Blanqui-Colorado, bajo la batuta de Pacheco Areco, decreta las Medidas Prontas de Seguridad, que estará presente a lo largo de todo su periodo de gobierno. La prohibición de manifestar, censuras y clausuras de diarios, revistas y audiciones de radio, eran cosas de todos los días, incluso llegando a decretar la no importación de revistas y libros de otros países.

Arce, había nacido en 1940, vivía en la calle Chimborazo casi Gral. Flores, en el Cerrito de la Victoria. Estudiaba en la facultad de Odontología y trabajaba en el puesto que sus padres tenían en la feria, además de ser un militante social y sindical, lo era también político, pues integraba la UJC.

El recuerdo sobre él, es que era un compañero callado, siempre leyendo algún libro que lo hiciera más grande en sus actividades, políticas, sociales y/o sindicales. El mes de agosto venía mal, el Ministro del Interior “ordenó allanar” varia Facultades, que se llevó a cabo la noche del 9. Después fue el caos, la destrucción, de los materiales de estudio y el mobiliario en dichas casas de estudio, que se realizó durante los allanamientos, dejó una sola idea, la meta era “destruir los centros de estudios”.  Las manifestaciones relámpago se sucedían día tras día. El doce al mediodía se realizó una marcha estudiantil desde la facultad de Odontología a la facultad de Veterinaria. Al llegar a esta última se aproximó una “chanchita”, con varios policías, que bajan revolver en mano.  

Los estudiantes trataron de refugiarse en la facultad, pues los policías trataron de entrar y los estudiantes se “pararon de firme”.  Es allí, en la puerta misma de la facultad, que el suboficial Enrique Tegliachi, descarga su revólver de reglamento sobre los estudiantes y luego saca una pistola calibre 22, con la cual realiza varios disparos más. A Líber una bala le secciona la arteria femoral a la altura de la ingle. La policía no deja sacar al herido.  Dos horas se demora en llegar al hospital de Clínicas, que está a pocas cuadras de allí. A pesar de todos los esfuerzos que realizan los médicos, fallece el 14 de agosto. El policía asesino será juzgado y remitido, por homicidio, aunque nunca se supo si realmente fue a la cárcel. El entierro de Líber Arce fue el más grande de la historia. Más de 250.000 personas acompañaron el féretro en su última morada el cementerio del Buceo.          

                                        WILLIAM  MARINO      

   

      

 

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