Izquierda Caviar

Columnas 23 de junio de 2021 Por Ramón Fonticiella
Existen simpatizantes de la derecha o seguidores de las ideas que impulsa el actual gobierno, que denominan izquierda caviar a militantes del campo popular que tienen recursos económicos para hacer una vida digna.
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Quienes usan la denominación, seguramente, creen que solamente los necesitados tienen derecho a ser de izquierda. ¡Qué confusión tremenda!. Posiblemente consideran que ser igualitarios sólo vale para quien aspira a repartir lo que es de otro.

El caviar de consumo humano, es la hueva del pez esturión, pequeñísima en tamaño pero enorme en su precio. Reservada para comidas de altísimo costo, es  privativa de mesas de personas o corporaciones de recursos monetarios. Claramente el caviar y la izquierda no tienen relación frecuente.

La expresión izquierda caviar a nivel nacional, puede distar mucho de la originaria, acuñada por los franceses en 1988 para criticar al gobierno socialista de Francois Miterrand, a quien le reclamaban más izquierda . Los que hoy usan el término en Uruguay, en general, tratan de ridiculizar a profesionales, comerciantes, productores, empleados con buenos sueldos, que tienen cómo vivir razonablemente bien en lo económico, pero militan por un país más igualitario para quienes poco o nada tienen. Les critican que sean de izquierda, aunque tengan bienes, o que no pasen las urgencias para las que reclaman soluciones.

En cualquiera de las hipótesis esos críticos livianos evidencian que no han entendido la profundidad de ser de izquierda.

Un militante izquierdista empobrecido o acaudalad no reclama para sí, lo hace para el colectivo del país. Que un profesional, un trabajador o un empresario pueda tener una propiedad digna, vehículos, pasar desahogado o viajar, no le impide ser solidario y procurar que su bienestar se extienda institucionalmente a la mayor parte posible de la sociedad. Quienes tratan de izquierda caviar a los que luchan por la izquierda sin pasar apremios, parecen egoístas, que sólo quieren solucionar su situación personal. ¡Qué triste sería que quienes militan en política, en el partido que fuere, sólo lo hicieran para favorecerse ellos!  Tengo claro que esa especie abunda, pero aliento la esperanza de que no siga aumentando.

Hace muchas décadas un militante izquierdista me dio una lección inolvidable. Ya jubilado de su profesión, cambió de coche. Era una época donde tener auto o cambiarlo, era más difícil que ahora. Yo, relativamente joven y mal formado le dije “linda vida para un comunista, auto nuevo...”. El veterano con gran filosofía y fraternidad me contestó “ser de izquierda no obliga a estar empobrecido; si no tengo para mis necesidades, mal puedo ayudar a los demás a evolucionar a una vida mejor...” Fue una enseñanza que me acompañó toda la vida. Si la plata no me alcanza para la luz, el alquiler, vestir a la familia, menos posibilidades tengo de militar para cambiar el mundo de todos. Esto no significa ser egoísta, ni tramposo, ni explotador; sólo ayuda a analizar y trabajar con más eficacia. Quien en esas condiciones no lo hace, es porque sólo piensa en sí mismo, por tanto no es de izquierda.

No existe la izquierda caviar. Otra actitud, no es de izquierda.

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