Guerra o Pandemia

Columnas 27 de febrero de 2021 Por William Marino
“El silencio es un arma para quienes, quieren silenciar la voz del Pueblo”. Stacey Abrams (EE.UU)
afganistan

El mundo, los pueblos de este bendito planeta, siguen sin conocer que es la PAZ en la tierra. Guerra esta que trae muerte, asesinatos, exterminio de población civil, desapariciones de personas,  hambre y miseria para ancianos, mujeres y niños. Los señores de la guerra siguen en la búsqueda de bombas que destruyan la vida, pero no lo bienes materiales.

Hoy en los EE.UU. entró la realidad que la pandemia trajo más muertes, de estadunidenses, que los provocados en la I, II guerra mundial y los muertos en Viet Nam juntos. Más de 500.000 muertos ha provocado esta pandemia en los EE.UU, y podría llegar a sobrepasar los muertos de la guerra civil del siglo XIX.  

Hace ya más de un año que el Covid19 se lo ha declarado una pandemia mundial, con unos dos millones de muertos y más de cien millones de contagiados en todo el mundo. Hoy por suerte los laboratorios e industrias farmacéuticas han logrado una o varias vacunas, para el beneplácito de hacer fortunas con el sufrimiento de los pueblos del mundo.  Aunque la mayor industria, la de matar y destruir sigue en pie en decenas de países, con sus padrinos al tope, como lo son los EE.UU. y la OTAN.  Porque en el año que culminó recientemente, han existido decenas de guerras locales de baja intensidad, donde los muertos suman por miles y siempre del mismo bando, los más débiles; fruto de los bombardeos indiscriminados de una aviación que jamás se cansa en nombre de “la Paz y la Felicidad” de los pueblos que están matando y queriendo llevar al exterminio.  

Casi todas, por no decir todas, estas guerras de “baja intensidad”, donde los grandes medios de comunicación juegan un papel muy importante en muchos aspectos, detrás están el imperio yanqui y sus aliados. Atacan con pretextos o creando los mismos, como fue el 11 de septiembre (11S) con las Torres Gemelas y el ataque al Pentágono. Todo usado para atacar luego a Afganistán y así ajustar cuentas con el movimiento Talibán, por ellos creado.             

  Pero la invasión a Afganistán, “comenzó el 3 de julio de 1979 con la “Operación Ciclón”, es ese día que comienza la invasión con 30.000 mercenarios con armas convencionales y otras muy sofisticadas para su época: los misiles Tomahawk. La idea era arrasar el país, difundir el terror, derrocar el gobierno marxista del doctor Nayibola y tender una trampa a la URSS para convertirlo en su Viet Nam. Y lo consiguieron.  A su paso, violaron a miles de mujeres, decapitaron a miles de hombres, y provocaron la huida de más de 18 millones de personas de sus hogares. Caos que hasta hoy continua”.  Luego vendrá la creación del grupo de los Talibanes, con un agente de la C.I.A. a la cabeza: Osama Bin Laden. Todo orquestado y planificado por el Departamento de Estado de los EE.UU. y la bendición de Hillary Clinton, con foto incluida, que dará la vuelta el mundo.  En el 2001, se creara la auto destrucción de las Torres gemelas, pero también entro en el olvido las cartas enviadas con Antrax que fueron cinco y mataron a otros tantos americanos. Se dijo en aquel entonces que Kolin Powell juro que las enviaba Saddam Hussein, después se supo que las enviaba Bruce Ivins, biólogo de los laboratorios militares de Fort Derrick en Maryland quien se “suicido” en el año 2008.

    Estados Unidos anuncia que invadirá  Afganistán el 7 de octubre de 2001, el anuncio lo realiza su presidente, George W. Bush. Nadie esperaba que la guerra se extendiera tanto en el tiempo. Ya van 20 años, con un costo que es incalculable, aunque los más pesimistas hablan de más de UN BILLON de dólares y los muertos suman unos 5.000 soldados de la coalición liderada por los EE.UU.

Las aves de rapiña se sumaron a saquear aún más a este país. El gran tema son los muertos afganos, que  suman unos 90 mil, como dicen los americanos en sus declaraciones, o superan en largo el MILLON de civiles muertos en los continuos bombardeos a pueblos y ciudades perdidas en ese inmenso país.  

Hace unos cinco años, el desconocido Donald Trump, candidato a la presidencia, declaraba sobre esta aventura imperial: “La guerra de los EE.UU. en Afganistán es un caos y un desastre total”.   Durante su presidencia, al contrario de su antecesor, Obama, la ignoro, casi no la nombra y menos visitó y/o saludó esas tropas de ocupación.  Si trató de hacer las paces con los Talibanes, que, como nunca, hoy ocupan más de un 60 % del territorio, ocupan muchas ciudades en su totalidad o la comparten con las tropas del gobierno títere de los EE.UU, que hoy poco salen de sus fortalezas y/o zonas verdes.  Pero Trump, dentro de todas sus locuras, trató y llegó a un acuerdo con los Talibanes.

!El 1 de mayo del 2021 retiramos la totalidad de nuestros soldados" le dijo al Talibán, el gobierno títere le dijo tienen todo nuestro apoyo económico y militar.  Pero los intereses son muchos y los apoyos dentro del pueblo afgano muy pocos.  Esto trae a la memoria lo sucedido en Viet Nam, el poder de las armas, podrá exterminar, pero nunca ganar si no atrae al pueblo a su causa. 

 Hoy con un nuevo gobierno en los EE.UU, con toma del Capitolio incluido, el Presidente Joe Biden, comienza su aparición belicista en el medio oriente, lugar que Trump se quería alejar.  ¿Han ganado los halcones nuevamente la pulseada o Biden mantuvo su espíritu belicista escondido?    

Pero lo que ha salido a luz nuevamente, es algo que ya lo dijo el General y luego Presidente D. Eisenhower en su discurso de despedida el 20 de enero de 1961: “la vasta Industria Armamentista de los EE.UU. que ejerce una influencia total económica, política y aun espiritual que se siente en toda la ciudad, legislativa estatal y aun en las oficinas del gobierno federal. Reconozcamos la necesidad de este proceso. Sin embargo no dejemos de entender sus graves implicaciones. Nuestro suelo, recursos y nuestras vidas mismas están en juego, como la estructura misma de nuestra sociedad”.

El espíritu de Biden es de un Halcón de primera línea, pues hace muchos años que está y presidió la Comisión de Defensa del Senado, sin olvidar que fue el vice de Obama y, en ese periodo, las tropas de los EE.UU. y los mercenarios llegaron a tener unos 100.000 hombres destacados en Afganistán. También tiene sus manos manchadas de sangre en territorio Libio, Sirio, Irakí, Palestino. ¿El compromiso de retirar todos los soldados el 1 de mayo será cumplido?

                                       WILLIAM  MARINO

                                                                                  

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