Periodistas del Interior: ¿Especie en peligro de extinción?

Columnas 18 de noviembre de 2020 Por Tany Mendiondo
En su nueva columna semanal, el Diputado Tany Mendiondo se propone analizar el rol de los medios, el periodismo independiente en el Interior de Uruguay y los limites y alcances de la pauta nacional para su desarrollo.
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Encontrar los caminos que nos acerquen a la verdad, seguramente nos pondrá en la catapulta para el desarrollo cultural, social y económico del Uruguay. Nos han oído una y mil veces condenar las redes sociales, por su mal uso no porque en sí mismas no signifiquen una gran herramienta para la democratización de la información. La patología radica en aquellos que la usan para desinformar y difamar. Quienes somos del interior permanentemente sostenemos de que los medios de comunicación formales, los periodistas, son fundamentales a la hora de comunicar la veracidad de los hechos. No siempre es así. Y no lo atribuimos a intencionalidades, los medios del interior, que hasta el gobierno del Frente Amplio se repartían entre partidos políticos, tienen enormes dificultades para sustentarse. En los casos que conocemos su funcionamiento se explica en la necesidad de tener fuentes de trabajo periodistas locales, los que se ven obligados a hacer enormes esfuerzos en la venta de publicidad.

Sobreviven los que pueden, y como la calidad bien entendida comienza por casa, los gobiernos del Frente Amplio serán recordados por dos cosas: rigurosos llamados públicos para la concesión de ondas y el reparto de la publicidad del estado a través del centralismo de agencias y organizaciones con el seguro destino de la inmensa cantidad de los recursos a los medios capitalinos. Y algún esmirriado derrame para el interior. Hacemos el mea culpa, en eso no supimos o no pudimos cambiar las cosas. También hay nuevas tecnologías que han cambiado muchas cosas: Esos muros permanentes que son los celulares y las distintas redes, también han quitado espacio a los medios tradicionales y con ello el trabajo de los periodistas.

El Uruguay se caracterizó y se caracteriza por periodismo y periodistas independientes, solo comprometidos con la verdad. Son profundamente investigadores, nunca se quedan con lo que les dicen, más bien utilizan esto para tirar de la piola. Esa fortaleza es la única que puede poner proa a la verdad y arrinconar lo peor de las redes y su anonimato irresponsable. Estamos seguros de que si en todas las emisoras del país, en todos los departamentos, ciudades pequeñas, donde exista un micrófono, o prensa, o televisión, hubiera periodistas con vocación de rigor e investigación, las propias redes verían arrinconadas sus mentiras. Tenderían a desaparecer los trolls y los truchos de todos los tipos que tenemos en la vuelta.
Hace unos días un periodista decía: “uno ya no sabe a quién creerle porque lo que dicen es tan contrapuesto que no se entiende”. Esa reflexión es la renuncia al espíritu del periodismo ¡se imaginan para el que escucha, lee, o mira televisión lo que significa que quien debería ser éticamente responsable por la comunicación veraz sostenga lo dicho! El Uruguay es un país de avanzada, no solo los periodistas tienen derecho legal a la verdad, cualquier ciudadano puede hacerlo y de hecho lo hace, se llama Derecho de Acceso a la Información Pública y se promulgó en la ley 18.381 de octubre de 2008.

Nos desvela y estamos trabajando para obtener recursos equitativos de forma que quienes hacen periodismo en el interior del país se dediquen, como corresponde, a hacerlo ética y profesionalmente, sin preocuparse de los recursos que el estado debe asegurar haciendo que la pauta pública llegue a todos lados. Esto no es un problema de quien tiene más audiencia, mucha de ella cautiva, el objetivo democratizador y de mantener la población informada en sí mismo es asimétrico, proporcionalmente para lograr el objetivo se debería poner más recursos en pequeñas localidades que en los grandes medios masivos, y casi monopólicos, de comunicación.

Para finalizar, la subsistencia de los medios del interior, y lo sostengo desde mi experiencia propia, es tan dificultosa que uno siente pena por la dispersión de quienes nos entrevistan que seguramente tienen la cabeza “en varios lugares”: en la venta de esa publicidad pequeña pero que suma, los mensajes de celular para algún sorteo vinculado a lo anterior, los mensajes de la gente que sin ningún rigor y desde el más profundo desconocimiento la mayoría de las veces, terminan instalándose como iguales con los entrevistados. Todo eso lo vemos permanentemente.

Cuando seamos justos en el reparto de la pauta nacional, ese día deberemos hacer absolutamente exigentes para con los medios y periodistas de todo el país, porque volvemos al principio: el camino de desarrollo de cualquier nación tiene en sus entrañas un fin común que se construye desde verdades objetivas, con mucho rigor y paciencia, donde tanto la dirigencia como el periodismo tienen un rol fundamental. Acá no cabe excusarse diciendo que cada uno dice lo que quiere y nunca se sabe la verdad, acá hay que investigar y apretar porque ese es el rol del periodismo. Y mucho nos tememos que en las actuales circunstancias y cambios culturales y tecnológicos los periodistas estén en peligro de extinción.

-Tany Mendiondo-

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