Reflexiones sobre el Idealismo Trascendental de Kant

Columnas 27 de abril de 2024 Por Jorge Barrera
Continuando la serie de artículos sobre Kant, ese titán de la razón que desafió los límites de nuestro entendimiento, nos adentramos nuevamente en su pensamiento. Su posicionamiento crítico trasciende el debate entre racionalistas y empiristas.
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Afirma que el conocimiento surge de ambas fuentes. La realidad última, a la que denomina “noúmeno”, según Kant es incognoscible, no obstante, es posible conocer el fenómeno,  que es la forma que tiene de conocer el sujeto trascendental, es decir el hombre en general. Existen algunas categorías a priori de la experiencia sensible, por ejemplo el espacio y el tiempo . No podemos conocer fuera de ellas. Es la manera como ordenamos el noúmeno que se nos presenta como un caos. En resumen en el conocimiento el hombre pone una parte y la experiencia pone otra.

Kant rescata de ese modo la posibilidad del conocimiento y posibilita la existencia de la ciencia”. (Barrera, 2023)

En su obra maestra, el “Crítica de la Razón Pura”, nos conduce al corazón mismo de la epistemología y la metafísica. El idealismo trascendental es su creación más audaz. Como un alquimista del conocimiento, destila la esencia de nuestra experiencia.

Kant nos dice: “Los pensamientos sin contenidos son vacíos; las intuiciones sin conceptos son ciegas”. ¿Qué significa esto?

Imaginemos un lienzo en blanco. Los pensamientos abstractos flotan como sombras, sin anclaje en la realidad. Pero, ¿qué son los pensamientos sin la materia de la experiencia? Nada más que abstracciones, fantasmas de la mente. Necesitamos llenar este lienzo con colores, con la riqueza sensorial de la intuición. Aquí entra en juego la sensibilidad, nuestra ventana al mundo exterior.

Pero la sensibilidad sola no basta. Las intuiciones sensoriales, como las pinceladas en un cuadro, requieren estructura y significado. Aquí entra el entendimiento. Los conceptos, las categorías del entendimiento, dan forma a nuestras percepciones. Sin ellos, las intuiciones serían meras manchas de color, sin coherencia ni propósito.

Cuando observamos por ejemplo una naranja, lo que percibimos es su color, su aroma, el gusto, la forma, Es decir una serie de sensaciones. Sin embargo lo que nosotros percibimos es una naranja. ¿Cómo se realiza esta síntesis?

Es el sujeto trascendental quien  emerge como el arquitecto de nuestro conocimiento. Es el puente entre lo sensible y lo inteligible. Kant nos invita a explorar este puente, a descubrir cómo los pensamientos y las intuiciones se entrelazan para formar nuestro mundo.

El sujeto trascendental, ese navegante entre dos mundos, es el hilo dorado que teje nuestra comprensión.

Así, en la encrucijada de lo finito y lo infinito, nos encontramos con Kant y su idealismo trascendental.

¿Qué significa intuiciones sin Conceptos?: Las intuiciones son las percepciones sensoriales los conceptos es una “representación universal”. En contraposición a una intuición, que es una “representación singular”

En resumen, esta frase destaca la interdependencia entre la sensibilidad y el entendimiento en la formación del conocimiento. Los pensamientos abstractos necesitan ser conectados a la experiencia sensorial, y las intuiciones sensoriales requieren conceptos para tener sentido.

Para justificar la objetividad y la posibilidad del conocimiento Kant recurre al sujeto trascendental. Éste es un concepto complejo que juega un papel fundamental en la filosofía de Kant. Es un sujeto universal, activo, a priori, uno y no empírico, que aporta las condiciones de posibilidad de la experiencia. Sin embargo, también tiene sus límites, ya que no puede conocer la "cosa en sí".

El sujeto trascendental kantiano tiene varias características importantes, entre las que se destacan:

1. Universalidad: Es un sujeto universal, presente en todos los seres humanos. Esto significa que las estructuras a priori que aporta el sujeto trascendental son las mismas para todos nosotros, lo que permite un conocimiento universal y objetivo del mundo.

2. Actividad: No es un sujeto pasivo que simplemente recibe información del mundo exterior. Por el contrario, el sujeto trascendental es activo y participa en la construcción de la experiencia. Aporta sus propias formas a priori (espacio, tiempo, categorías) al material sensible recibido, lo que permite organizar y darle sentido a la experiencia.

3. A priori: Las formas y categorías que aporta el sujeto trascendental son a priori, es decir, no dependen de la experiencia. Son estructuras innatas que el sujeto posee antes de cualquier contacto con el mundo exterior. Esto permite que el conocimiento sea universal y necesario, es decir, que sea válido para todos los casos y no pueda ser refutado por la experiencia.

4. Unidad: El sujeto trascendental es un sujeto uno e indivisible. Es el "yo" que unifica todas nuestras experiencias y les da coherencia. Esto permite que tengamos una experiencia unificada del mundo, a pesar de que la información sensorial que recibimos es fragmentada y diversa.

5. No es un yo empírico: El sujeto trascendental no debe confundirse con el yo empírico, es decir, con el yo que experimentamos en el mundo. El yo empírico es un sujeto individual y contingente, que está sujeto a las leyes del espacio, el tiempo y la causalidad. El sujeto trascendental, por el contrario, es un sujeto universal y necesario, que no está sujeto a estas leyes.

6. Límite del conocimiento: El sujeto trascendental también tiene sus límites. No puede conocer la "cosa en sí" (el noumeno), es decir, la realidad tal como es en sí misma, independientemente de la experiencia. Solo puede conocer el "fenómeno", es decir, la realidad tal como se nos aparece a través de nuestras formas a priori.

¿Cuáles son las estructuras a priori que aporta el sujeto trascendental?

Las estructuras a priori que aporta el sujeto trascendental kantiano se dividen en dos grandes grupos:

1. Formas puras de la intuición sensible:

Espacio: Es la forma a priori de la intuición externa, es decir, la condición de posibilidad de que podamos percibir los objetos como externos a nosotros mismos y extendidos en las tres dimensiones. El espacio no es una propiedad de los objetos mismos, sino una forma que aporta el sujeto a la experiencia.

Tiempo: Es la forma a priori de la intuición interna, es decir, la condición de posibilidad de que podamos experimentar el paso del tiempo y ordenar los sucesos en una secuencia temporal. El tiempo no es una propiedad de los sucesos mismos, sino una forma que aporta el sujeto a la experiencia.

2. Categorías puras del entendimiento:

Las categorías son conceptos puros a priori que el entendimiento utiliza para organizar y darle sentido al material sensible recibido a través de la intuición. Kant identificó doce categorías, agrupadas en cuatro tríadas:

Tríada de la cantidad: Unidad, pluralidad y totalidad.

Tríada de la cualidad: Realidad, negación y limitación.

Tríada de la relación: Sustancia, causalidad y dependencia.

Tríada de la modalidad: Posibilidad, existencia y necesidad.

Las categorías no son conceptos empíricos, es decir, no se derivan de la experiencia. Son estructuras innatas que el entendimiento posee antes de cualquier contacto con el mundo exterior. Esto permite que el conocimiento sea universal y necesario, es decir, que sea válido para todos los casos y no pueda ser refutado por la experiencia.

La interacción entre las formas puras de la intuición y las categorías puras del entendimiento es lo que permite al sujeto trascendental construir la experiencia. Las formas puras de la intuición proporcionan el material sensible (las impresiones sensoriales), mientras que las categorías puras del entendimiento le dan forma y significado a ese material. De esta manera, el sujeto trascendental no es un receptor pasivo de información, sino un sujeto activo que participa en la construcción de la experiencia.

En resumen, Kant nos invita a explorar la interacción entre pensamientos y experiencia, entre abstracciones y realidad. Los pensamientos vacíos sin contenido tangible carecen de sustancia, mientras que las intuiciones ciegas sin conceptos no pueden interpretarse ni comprenderse plenamente. La sensibilidad nos conecta con el mundo exterior, pero es el entendimiento el que da estructura y significado a nuestras percepciones. Así, en la danza entre lo abstracto y lo concreto, surge el conocimiento humano.

 

 

Bibliografía

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Barrera, Jorge, (2022), Descartes, la búsqueda del método (mediomundo.uy)

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Barrera, Jorge (2024). Kant: “gigante en los hombros de gigantes” (mediomundo.uy).

Barrera, Jorge (2024). Trescientos años del nacimiento de Immanuel Kant. Primera entrega (mediomundo.uy).

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