John Locke: el padre del liberalismo político y el fundador del empirismo
John Locke fue un filósofo inglés nacido en Wrington, el 29 de agosto de 1632, en las cercanías de Bristol. Esta ciudad tuvo uno de los castillos más poderosos del sur de Inglaterra. Esta atravesada en su centro por el río Avon, que desemboca en el puerto de Bristol. Este puerto, desde el siglo Xll, ha sido uno de los más importantes del país. En el año 1247 se construyó un nuevo puente sobre el río y la ciudad empezó a expandirse, convirtiéndose en 1373 en un condado por derecho propio. Durante este período también funcionó un importante astillero.
Locke vivió su vida en un periodo turbulento de Inglaterra. Fue la época de la primera revolución y de la decapitación de Carlos l. Estudió en la universidad de Oxford. En 1658 consiguió el grado de maestro en artes y fue llamado a enseñar en la misma universidad.
El padre de Locke era un puritano que combatió al lado del Parlamento.
Locke parecía estar destinado a la vida religiosa, sus primeras inquietudes fueron espirituales o referidas a la medicina y a las cuestiones políticas. Pese a su gran importancia en la filosofía inglesa, sólo tardíamente se preocupará por esta disciplina.
En 1675 se retiró a Francia, donde vivió durante cuatro años, allí se relacionó con los principales pensadores de su época y comenzó a escribir su ensayo.
Locke huyó a Holanda, en 1683, y permaneció hasta la revolución, durante ese tiempo estuvo empleado en la Junta de Comercio. Allí dedicó su vida, al trabajo literario y a las numerosas controversias suscitadas por sus libros.
Contrariamente a Hobbes, Locke consideraba que el estado natural del hombre es la igualdad. El creía que el poder estatal se funda en la voluntad de los individuos, por lo tanto, todo el poder deriva del pueblo. El Estado tiene el cometido de servir a los particulares y su bienestar común, con la obligación de proteger sus derechos y propiedades. Esos postulados lo convirtieron en uno de los padres del liberalismo político.
En la época en la que Locke estaba en Oxford, la universidad era todavía escolástica; al filósofo le molestaba, tanto, el escolasticismo como el fanatismo de los independientes.
Desde el punto de vista filosófico estuvo muy influido por Descartes. El filósofo francés había introducido el principio de que el conocimiento es siempre conocimiento de ideas.
En su obra: “Ensayo sobre el conocimiento humano”, Locke, en principio, inspirado en la estructura del discurso del método, parte de llevar la duda hasta el extremo del escepticismo y luego propone un método. Así mismo reformula el concepto de idea cartesiano, manteniendo el supuesto de que todo lo que conocemos son ideas. La gran diferencia está en la afirmación de que éstas no pueden provenir de otra cosa, sino, de la experiencia. De este modo niega la posibilidad de la existencia de ideas innatas. Todo proviene de la experiencia, Esta afirmación lo aleja definitivamente del pensamiento del filósofo francés.
El ensayo no se trata de un examen "físico" ni de un estudio metafísico de la esencia del entendimiento; se trata simplemente de una descripción de los modos como se adquiere el conocimiento y como se formulan los juicios.
“Locke, por lo general, desdeña la metafísica. A propósito de alguna especulación de Leibniz, escribe a un amigo: «Usted y yo estamos bastante hartos de este tipo de enredos». El concepto de sustancia, que dominaba en la metafísica de su tiempo, lo considera vago e inútil, pero no se aventura a rechazarlo del todo. Admite la validez de los argumentos metafísicos de la existencia de Dios, pero no se detiene en ellos, y parece sentirse algo molesto con los mismos. Siempre que expresa ideas nuevas y no repite meramente las tradicionales, piensa en cuestión de detalles, más que en largas abstracciones. Su filosofía es fragmentaria, como la obra científica, no estatuaria y toda de una pieza como los grandes sistemas continentales del siglo XVII “. (Russel, Bertrand, 1948)
Otra diferencia importante con Descartes radicó en el concepto de razón. Para el filósofo de Touraine la razón era una fuerza única, infalible y omnipotente. Para Locke, en cambio, ninguno de estos atributos le corresponden. No hay una unidad de la razón, sino que ésta, hay que formarla mediante una cuidadosa disciplina. La infalibilidad resulta imposible por la limitada disponibilidad de ideas, y por último, tampoco es omnipotente, entre otras razones, porque no es quien pone los principios y por el carácter imperfecto del lenguaje que utiliza.
Descartes consideraba que tenemos ideas adventicias, es decir, ideas que nos vienen de fuera a través de la experiencia, pero también ideas innatas, como la idea de Dios, que pese a no tener ninguna experiencia de Él, está en nuestro entendimiento. Locke, en cambio sustentaba la doctrina de que todo nuestro conocimiento, con la posible excepción de la lógica y de las matemáticas, deriva de la experiencia.
Por su posición, respecto a las fuentes del conocimiento, puede ser considerado como el fundador del empirismo
En el Ensayo destaca la importancia de indagar sobre el entendimiento, expresa que: “el entendimiento como los ojos, nos hace ver y percibir las demás cosas”. Expresa que “el fin de esta obra es el origen, la certeza y la extensión del conocimiento humano, a la vez que los fundamentos y grados de las diferentes formas del conocer, en ellas distingue: la creencia, la opinión y el asentimiento, hasta llegar a aquellos que tienen mínimo de certeza o la mera probabilidad”. (Locke, John, 1986)
Locke se ocupa de argumentar, contra los racionalistas, tanto contra los antiguos como Platón, como en oposición a los modernos como Descartes, así mismo, mostrará sus discrepancias con los escolásticos., como hemos dicho, afirma que no hay ninguna idea ni principio innato, todo conocimiento surge de la experiencia. Mantiene, sin embargo, el principio cartesiano de que tener una idea significa percibirla, esto es, ser consciente de la misma. Se va a basar en este supuesto, precisamente, para realizar su crítica a las ideas innatas.
Más adelante se dedica a mostrar, en detalle, de qué forma da origen la experiencia a las diversas clases de ideas. Habiendo rechazado las ideas innatas, dice: “Supongamos, pues, que la mente es, como si dijéramos, papel blanco, sin nada escrito, sin ninguna idea; ¿de qué forma se llena? ¿De dónde viene ese vasto almacén, que la afanosa e ilimitada fantasía del hombre ha pintado con una variedad infinita? ¿De dónde proceden todos los materiales de la razón y del conocimiento? A esto responderé con una palabra: de la experiencia; en ella está fundada todo nuestro saber y de ella deriva, en definitiva” (Locke, 1986).
A lo largo de los capítulos del ensayo, trata de explicar cómo el entendimiento forma sus ideas a partir de la experiencia. Usa el término idea para referirse a cualquier contenido mental.
Las ideas surgen del exterior, y llegan a través de los sentidos o del interior a partir de la posibilidad de conocer nuestros propios estados mentales. Las clasifica en ideas de sensación e ideas de reflexión. Así mismo, reconoce la existencia de una tercera categoría que llama ideas mixtas, estas están formadas por la combinación de las dos primeras.
Luego Locke pasa a determinar el grado de objetividad y subjetividad de nuestro pensamiento, considera que las ideas dependen de nuestras percepciones individuales como el color, el sabor, etc.
La siguiente distinción que realiza Locke está referida a la existencia de ideas simples e ideas complejas. En las ideas simples el espíritu es absolutamente pasivo, las recibe, ya sea desde afuera o por el sentido interno, entendiendo, por esto último, a las operaciones internas aplicadas en nuestra mente.
Locke establece una división de las ideas simples. Expresa que en primer lugar hay algunas que nos vienen por un solo sentido, como el color que nos viene sólo por la vista. Otras en cambio nos vienen por más de un sentido como la presencia del fuego, donde la vista nos auxilia pero también el tacto a través del calor. En tercer lugar otras nos vienen por la reflexión y en cuarto lugar otras entran a la mente por la reflexión y la percepción.
Al poder de producir alguna idea en nuestra mente lo llama cualidad, así por ejemplo una bola de nieve es capaz de producir en nuestra mente la idea de blanco, de frío o de redondez.
Las cualidades las clasifica en primarias y secundarias. Las cualidades originarias o primarias: son aquellas inseparables de los cuerpos en cualquier estado en el que se hallen, como por ejemplo la extensión, la figura, el movimiento, el reposo y el número.
Según Locke, las cualidades secundarias o subjetivas como el color, el olor, el sabor; “no se hallan en las cosas mismas”. Estas últimas son explicables únicamente por la organización y los estados del sujeto.
Ya hemos expresado que para el filósofo inglés el conocimiento era de las ideas. Distingue la existencia de dos tipos de ideas según su constitución: simples y complejas.
Las ideas simples son como los átomos y son el material con el cual el espíritu elabora las ideas complejas.
Las ideas complejas se reducen a tres categorías: modos, sustancias y relaciones. Los modos son aquellas ideas complejas que no encierran en sí la suposición de que subsistan por sí mismas, sino que son afecciones de la sustancia, vendrían a ser como atributos. Las ideas de sustancias representan aquellas cosas distintas y particulares subsistentes por sí mismas, como la propia idea de sustancia. Ideas de Relaciones: Locke afirma que las ideas complejas son consecuencia de la comparación de una idea con otra como la idea de causa y efecto, identidad y diversidad. La primera fundamental en el desarrollo de la ciencia y la segunda en la fundamentación de la unidad de la persona. Entre las relaciones coloca Locke también las leyes morales. El bien y el
mal dependen de la conformidad con la ley, que puede ser divina, jurídica o consuetudinaria. De este modo, aún las ideas de virtud o de vicio, dependen de la experiencia a partir de la posibilidad de conocer nuestros propios estados mentales, ya que surge por la relación de ideas simples que nacen de la reflexión o de la sensación.
Bibliografía
Abbagnano, Nicolás. (1982), Historia de la filosofía. Hora S.A. Barcelona.
Barrera, Jorge, (2022), Descartes, la búsqueda del método (mediomundo.uy)
Ferrater Mora,José.(1984). Diccionario de Filosofía Alianza Editorial S.A. Madrid. España
Locke, John, (1986), Ensayo sobre el conocimiento humano. Clemente Fernández. Los filósofos modernos, selección de textos.
Russel, Bertrand. (1948). Historia de la filosofía occidental.Traducción: Julio Gómez de la Serna & Antonio Dorta.