Aquel lejano 27 de junio de 1973

Columnas 26 de junio de 2023 Por William Marino
Ya han pasado 50 años del golpe cívico-militar ejecutado por las fuerzas fascistas de nuestro ejército. Aunque para analizar, o ver medianamente el problema de este Golpe, es que NO se comenzó a gestarse ni ese día, ni ese mes, ni ese año...
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A mediados de la década anterior, el ruido de los sables en América Latina, era muy ensordecedor. Todos apadrinados por el Departamento de Estado, desde los EE.UU. junto a muchos gobiernos europeos. Hoy poco y “nada” sabe el común de la gente de esos años, 1959-1972. Hasta 1959, Cuba, era considerada el “garito” de los EE.UU., triunfan los “barbudos” de Fidel, el Che y Camilo. Primero el asombro, luego las amenazas, vendrá después la invasión a la Bahía de Cochino, operación orquestada y organizada desde Guatemala por la CIA. Los grupos financieros de los EE.UU. lanzaron lo que se llamó la “Alianza para el progreso”. Junto a todo estos aparecieron los que enseñaban a torturan como lo fue Dan Mitrione que era un agente de la CIA y el FBI, que se instaló en el 2 piso de la jefatura de policía en San José y Yi. También vinieron a enseñar en el arte de la tortura, el Mosad, departamento de la policía francesa, cuyo accionar en Argelia fue terrorífica, tampoco olvidamos al M5 de Inglaterra. Toda América Latina era una olla de presión muy grande, donde la represión eran muy grande hacia los movimientos sociales, sindicales e indígenas. Los movimientos populares armados para derrocar a las dictaduras fascistas estaban a la orden del día.  En 1967, cae asesinado en Bolivia el Che, también caerán otros guerrilleros como Luis de la Fuente Uceda y Tania la Guerrillera.  El imperio y los medios de comunicación gritaban: “se debe de respectar la constitución” en Chile gana las elecciones la Unidad Popular con Allende presidente, que en 1973 será derrocado y asesinado por el ejército con el apoyo de los EE.UU.

    Pero y en Uruguay que pasaba. La unidad de la izquierda no se verá reflejada ni en las elecciones de 1962, ni en 1966, aunque ya aparecen el F.I. de L. y la Unidad Popular, cuyos abanderados serán los Comunistas y los Socialistas. En 1971 la izquierda será una sola: el Frente Amplio. Pero no fue fácil. Si bien es cierto que el surgimiento del M.L.N. T., también surgen movimientos armados de derecha, apoyados por todo un aparato de gobierno autoritario y represor.  Esos aparatos eran entre otros: la Juventud Uruguaya de Pie, (J.U.P.); la Liga Oriental Anticomunista, (L.O.A.); Comando Caza Tupamaros, el Mondel. Muchos grupos fascistas dirigidos por Nicolas Bols, Bardesio o el Foto Pone Radio del cerrito de la victoria.  Y eso le costó muy caro a la izquierda, pues se llevo decenas de vidas. Liber Arce, Susana Pintos, Hugo de los Santos, los ocho asesinados en la 20, Walter Medina, Simón Pere…. Y podríamos seguir con nombre de asesinados o secuestrados como Soledad Barret para ser marcada con esvásticas en sus piernas y las constantes balacera a liceos y locales políticos de izquierda. No se salvaron ni las casas de dirigentes políticos de izquierda.

     El golpe no fue espontaneo, como su resistencia tampoco. Fue todo un proceso, primero la Unidad Sindical en una sola Central, la CNT.  Luego será la Unidad social y popular, en el Congreso del Pueblo. Por último, la Unidad Política reflejada en el Frente Amplio. En la formación de la CNT, se volverá a discutir: “si hay golpe de estado”, “hay paro general”, consiga ya lanzada en 1964. Los militares brasileños, con Castelo Branco a la cabeza decían: que si no había golpe ellos invadirían el Uruguay.  Los militares fascistas, jamás tuvieron en cuenta que la clase obrera pudiera realizar esa huelga general, que si le costos al pueblo organizado “sangre, sudor y lágrimas’. Quince días de Huelga General, peleando por la Libertad contra el fascismo, jamás se vio en el mundo.  Esta huelga NO fue por aumentos de salarios o mejores condiciones de trabajo. Fue por LIBERTAD, contra el fascismo. No es casualidad de que el pueblo, estuviera contra el golpe. La derecha, la oligarquía encabezada por la Asociación de bancos, todos los grandes medios de comunicación radio, prensa y TV, la Asociación Rural, la Federación Rural, las grandes patronales todas, todas se lanzaron a despedir a los trabajadores. Alegres y contentas por no tener que pagar despidos. Muchos sumándose a un apoyo de alcahuetes serviles de los militares, pasaran a integrar como elementos civiles de un parlamento, que se llamaría Consejo de Estado; junta de vecinos, en todos los departamentos e integrar la dirección de organismos públicos.    

    La Huelga heroica, jamás vista, en el Uruguay, en América o el mundo, eso fue lo que los descoloco a civiles y militares derechistas. Por algo el coronel Bolentini, abogado asimilado a las FF.AA., le pide a la C.N.T. una reunión. Allí Bolentini ofrecerá un aumento de salario, a cambio había que levantar la huelga, No se aceptará y vendrá la requisitoria de toda la dirección de la C.N.T., al tercer día se desaloja Funsa, al otro día la refinería de La Teja.  Se apaga la llama de ANCAP. Las fábricas son desalojas y vuelta a ocupar. El 1 de julio con la CNT ilegalizada, se allanan todos los locales sindicales. En entierro de Ramon Pere, que fue asesinado el día 6, se transformo en un acto contra la dictadura militar. Dos días después asesinaran por la espalda a Walter Medina, mientras realizaba una pintada contra la dictadura. Para el día 9 se había convocado una manifestación a las “cinco en punto de la tarde” por 18 de Julio. La represión será feroz, brutal, de una manera jamás vista en Uruguay. Los detenidos ese día se sumarán por miles, pues la manifestación congrego decenas de miles de ciudadanos, porque le decían NO a la dictadura cívico-militar.

    Con todo esto podemos decir que la dictadura nacido huérfana de apoyo popular. Su agonía de muerte se extenderá por 140 meses y 4 días. Tiempo este de terror y muerte, cárcel y/o exilio, de hambre y represión, para los de a pie. El miedo cundió en el pueblo, pero aún se supo, como responde. Con hambre, con frio y con miedo, pero siempre peleando organizadamente a los militares y sus lacayos civiles. Muchos militantes tenían una organización detrás, no eran un revoltijo de militantes. Un viejo militante decía: ¨nos costo mucho, perdimos muchos amigos y compañeros, familias enteras se destruyeron, a los presos se los pretendió destruir física y psicológicamente. Los desaparecidos y asesinados en los cuarteles sumaron cientos. No tres o cinco como decían Sanguinetti o Lacalle Herrera´´. Mas adelante me diría: “Nuestros dirigentes sufrieron y mucho, pero el de a pie, no solo sufrió sino que se pierden en esa multitud que al parecer no tienen rostros, pero eran igual a nosotros”. 

    Pasaron 50 años y NO pudieron con el pueblo, que grita “NUNCA más TERRORISMO de ESTADO”.

                                 

WILLIAM MARINO 

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