“¡Nunca más terrorismo de Estado!” tronó el Hôtel de Ville de París

Columnas 26 de junio de 2023 Por Adolfo “Fifo” Guidali
“¡Nunca más terrorismo de Estado!” fue la consigna que amalgamó a centenares de personas, entre público y diversas personalidades internacionales que participaron el sábado en un coloquio organizado en el auditorium del Hôtel de Ville (alcaldía) de París, en el contexto de varias actividades, días antes de cumplirse el cincuentenario del golpe de Estado cívico-militar en nuestro país.
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La extensa jornada estuvo jalonada por cuatro mesas redondas cuyas temáticas ayudaron a comprender mejor, refrescar y profundizar en diferentes hechos y procesos de aquella época, que recuperan actualidad en momentos en que Europa y países occidentales, entre los cuales Uruguay, constatan cómo derecha y ultraderecha unen fuerzas y objetivos para llevarse por delante conquistas sociales históricas y consolidar las polarizaciones y desigualdades fruto del capitalismo neoliberal en boga.

A ese lema que se vuelve algo inclaudicable, se une el anhelo de la recuperación de Memoria, Verdad y Justicia. “La búsqueda de la verdad y la justicia no depende ni del tiempo ni del espacio”. En cuanto a la memoria, como bien señaló uno de los panelistas: “el daño del terrorismo de Estado se transmite de generación en generación, por lo que es necesario educar en la memoria para que estos hechos no vuelvan a repetirse”.

Y, mientras los nostálgicos de aquella etapa sórdida y oscura muestran indicios reivindicativos, más que nunca debemos insistir en que la impunidad (para la mayoría de los terroristas de Estado) amenaza a la democracia, en que la justicia avanza con preocupante lentitud y en que el Estado uruguayo tiene una deuda con toda la sociedad que lo integra.

Pero, tras esta breve pero necesaria contextualización, es el turno de aquellos que hicieron posible este evento cuya memoria, en este caso sin lugar a duda, nadie podrá borrar ni negar, por la honestidad, ecuanimidad y brillantez de los actores que le dieron vida.

La presentación del coloquio estuvo a cargo de Elena Salgueiro, la presidente de la Asociación ¿Dónde Están?, que, en su afán en la lucha por los desaparecidos durante las dictaduras en el Cono Sur de América, en particular de los uruguayos, hace suyos los valores y reivindicaciones mencionados.

Una incansable Elena fue artífice de buena parte de estos eventos que nos ocupan, con el apoyo incondicional de otros activistas de la asociación. A ella le tocó, tras una emotiva intervención, pasar el testigo a Geneviève Garrigos, consejera de París (adjunta a la alcaldesa Anne Hidalgo), una amiga de América Latina, quien apoyó la iniciativa y brindó parte de las infraestructuras necesarias, para que se encargase de la apertura.

“A priori” el coloquio parecía deparar una tarde maratónica, interminable. Sin embargo, el orden y temáticas de cada una de las mesas parecieron respetar la cadencia de un guion cinematográfico muy bien concebido que lo hicieron muy ameno. Incluso, no faltaron un par de breves pausas musicales a modo de relajación y, por supuesto, un brindis de despedida.

La primera intervención, cuyo título fue “Golpe de Estado y resistencias” fue moderada por Fabien Cohen, secretario general de France Amérique Latine.

Los expositores fueron José Olivera, presidente de Fenapes y miembro del Pit-CNT, y Zelmar Michelini, periodista y ex refugiado político. El primero, con claridad y precisión para alguien nacido ocho días antes del golpe, estuvo encargado de explicar “el rol de los sindicatos en la resistencia a la dictadura y en la defensa de los DDHH”, en tanto el segundo disertó sobre “el contexto histórico del golpe de Estado de 1973 en Uruguay”.

Olivera, quien había llegado desde Ginebra, donde participó en el pleno de la 111ª Conferencia Internacional anual de la OIT, haciendo hincapié en la urgencia de “revalorizar la profesión docente”; en París reivindicó papel del Pit-CNT como factótum de la coherencia, en “tanto columna vertebral del campo popular”, y el fracaso de militares y amanuenses para hacer desaparecer la histórica CNT, que siempre resistió los ataques de la derecha.

Advirtió sobre la necesidad, “en una coyuntura cultural compleja (…) del rescate de la memoria colectiva”. Criticó la teoría “de los dos demonios”, y enfatizó, al igual que prácticamente todos oradores, sobre el papel de las mujeres en la resistencia a la dictadura.

En cuanto a Michelini, contextualizó el golpe de Estado partiendo desde el año 1968, con la “Dicta-blanda” de Jorge Pacheco Areco y luego del golpista Juan María Bordaberry, gobernando sin solución de continuidad bajo la figura de “las medidas prontas de seguridad”, mecanismo que conculcaba derechos esenciales, llegando hasta la fatídica madrugada del 27 de junio cuando se concretó lo que ya se preveía.

Con estos antecedentes, la periodista Véronique Brocard dio paso al segundo panel, integrado por Guillermo Dighiero, médico investigador y ex embajador uruguayo en Francia, Leonel Harari y Marita Ferraro, profesora universitaria. Los tres uruguayos fueron refugiados políticos, y menos Dighiero los otros también presos políticos en nuestro país.

Desde una perspectiva sociológica se podría hablar de “estudios de casos, puesto que bajo el rótulo “Exilio y solidaridades” cada uno comentó su experiencia personal, destacando la solidaridad recibida pero también anécdotas, algunas jugosas, sobre el inevitable choque cultural, más allá de que el Uruguay siempre fue una sociedad francófila.

La jurista e investigadora en La Haya, Niki Siampakou fungió como moderadora de la tercera mesa: “Justicia e Impunidad”.

La misma tuvo como protagonistas a Aua Baldé, una brillante jurista especializada en Derecho internacional de los DDHH. Esta joven mujer oriunda de Guinea-Bissau, ex colonia portuguesa, preside el Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas de la ONU.

Baldé disertó sobre “las observaciones previas del grupo de trabajo de la ONU sobre las desapariciones forzadas durante la preparación de la visita a Uruguay en julio de 2022”. Una serie de recomendaciones del organismo sobre los números rojos del Estado uruguayo en la materia.

Por video-conferencia, desde Montevideo, se unió Martín Fernández, abogado de víctimas del terrorismo de Estado, miembro del IELSUR, investigador y docente de Derecho penal en la Udelar. En tanto encargado de presentar varios casos (Maidanik y otros) ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos CIDH), realizó un balance de su experiencia y conclusiones.

El tercer expositor fue Pablo Chargoñia, también abogado de víctimas del terrorismo de Estado, coordinador del equipo jurídico del Observatorio Luz Ibarburu (OLI) y experto ente la CIDH. En una alocución muy clara y pedagógica, en muchos aspectos coincidiendo con Fernández, analizó “la evolución de la impunidad de los crímenes de terrorismo de Estado en Uruguay desde 2013”. 

Ambos hicieron hincapié en la lentitud de la justicia para instruir los numerosos casos pendientes y, aún reconociendo algunos avances, destacaron el coraje de las víctimas denunciantes y la necesidad de apoyo a las familias de las víctimas.

La cuarta y última mesa redonda, por completo femenina, analizó un tema tan sensible como complejo: “Coordinación represiva y Justicia transnacionales”.

Por supuesto, gran parte del debate giró alrededor del Plan Cóndor, desde sus orígenes hasta los avances que se han logrado para enjuiciar a esta “Internacional del terror”.

Lauriane Bouvet, miembro del buró de la Asociación ¿Dónde Están? Coordinó exposiciones de altísimo nivel.

Estas fueron presentadas por Francesca Lessa, profesora e investigadora sobre América Latina y desarrollo internacional en la universidad de Oxford (GB), Aurora Meloni, quien representa a la parte civil en el juicio que desde 1999 presentó contra el “Plan Cóndor” en Roma. En 2021 se logró que 14 represores latinoamericanos fueran condenados (por contumacia) a cadena perpetua por crímenes contra ciudadanos italianos.

Finalmente, Sophie Thonon, reputada abogada especialista en DDHH y presidente delegada de France Amérique Latine, muy cercana a nuestros países, explicó porqué la justicia transnacional sufre ciertas restricciones. La razón es que algunos crímenes de lesa humanidad cometidos en el extranjero quedan limitados por la existencia de determinadas figuras penales locales, aplicables sólo a determinados acontecimientos o momentos históricos. Por ejemplo, “en Francia no se pueden juzgar con la misma vara crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial que los posteriores en Indochina o en la Guerra de Argelia”.

Garrigos fue la encargada de clausurar el coloquio tras casi siete horas de una esclarecedora intensidad. Cabe señalar que la dictadura en Uruguay (1973-1985) es poco conocida en Francia, donde en aquella época las chilena y argentina acaparaban el interés mediático. Para muchos fue un ejercicio de memoria al que añadieron información y explicaciones, otros quedaron estupefactos ante una historia que desconocían por completo.

Durante todo el coloquio planeó sobre la sala el espíritu del magistrado Louis Joinet, un gran defensor de los Derechos Humanos en todo el mundo, denunciando en particular a las dictaduras del Cono Sur, a quien Elena Salgueiro destacó en su presentación. Fallecido en 2019, quien presidiera el Secretariado Internacional por la Amnistía en Uruguay (SIJAU), se integró en varias actividades de apoyo a la lucha por la recuperación de la democracia en nuestro país, donde estuvo en diferentes ocasiones, durante y post-dictadura.-

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