David Hume: la culminación del "Empirismo inglés"

Columnas 15 de febrero de 2023 Por Jorge Barrera
David Hume nació el 26 de abril de 1711 en Edimburgo. Estudió jurisprudencia en la universidad de esta ciudad. Tras un débil y brevísimo intento de ejercer la abogacía en Bristol y de trabajar un tiempo en el negocio de su padre se trasladó a Francia. Allí continuó sus estudios en La Flèche, el colegio de los padres jesuitas donde se formó Descartes. Permaneció allí tres años (1734-1737), para proseguir sus investigaciones.
teoria-david-hume-wide

Acuciado por el deseo de celebridad literaria —su "pasión dominante", según propia confesión—, escribió durante su estancia en Francia el Treatise, tratado sobre la naturaleza humana, publicado en 1738 sin el menor éxito. Publicado poco después en tres volúmenes. Este trabajo, que ya contenía gran parte de su pensamiento se dijo que "falleció al salir de las prensas", ya que no lograr concitar la atención de los intelectuales de su tiempo.

Luego de ese primer tropiezo, trató, sin lograrlo, de ocupar una cátedra de ética y de "filosofía pneumática" en Edimburgo,  después de este nuevo insuceso, fue preceptor y luego secretario del general St. Clair, con quien se marchó durante un tiempo al extranjero.

En una breve Autobiografía, que compuso pocos meses antes de su muerte, lleva la fecha de 18 de abril die 1776, Hume, después de aludir a la enfermedad visceral que le aquejaba, añadía: "Ahora cuento con una pronta disolución. He sufrido poquísimo a, causa de mi mal; y lo más extraño es que a pesar de la gran decadencia de mi organismo, mi espíritu no ha tenido nunca un momento de abatimiento. Si tuviera que decir qué período de mi vida querría escoger .para volver a vivirla, estaría tentado de indicar precisamente este último. Tengo todavía el mismo ardor que siempre he tenido en el estudio y me acompaña la misma alegría."

Con Hume se llega al momento más importante del desarrollo del empirismo inglés y a un verdadero callejón sin variedad de salidas en el pensamiento moderno. Sus ideas son la lógica consecuencia de los problemas que había planteado Descartes y que fueron desarrollados por los racionalistas del continente y reformulados por Locke y Berkeley. No puede extrañar que arribe al escepticismo radical como conclusión previsible.

Locke se había planteado básicamente dos problemas:

1) De dónde recibe el hombre las ideas y conceptos

Si podemos fiarnos de los sentidos
Toda conocimiento es conocimiento de ideas, ahora bien distingue lo que llama ideas simples, en las que el espíritu es absolutamente pasivo, las recibe, ya sea desde afuera o por el sentido interno, entendiendo, por esto último, a las operaciones internas aplicadas en nuestra mente.

Los sentidos sólo reciben impresiones simples.

Las ideas, “ Las clasifica en ideas de sensación e ideas de reflexión. Así mismo, reconoce la existencia de una tercera categoría que llama ideas mixtas, estas están formadas por la combinación de las dos primeras.” (Barrera, Jorge; 2022 )

Por su parte, Berkeley desarrolla un pensamiento tal, que su meollo se encuentra en la crítica a lo que Locke llamó las cualidades primarias. El filósofo irlandés solo reconoce la existencia de cualidades secundarias. Niega la existencia de entidades abstractas tales como el espacio o la materia, de ese modo se emparenta con el nominalismo. Lo único que existe es lo que podemos percibir, es decir una entidad con un tamaño, una forma, un color y toda la multiplicidad de sensaciones que provoca en nuestro espíritu. No existe un espacio en sí mismo, sino que lo existente es este espacio que percibo. Fuera de la percepción nada existe. Con todo ello, y no obstante su aspecto paradójico, presenta una afirmación coincidente con el "sentido común" siempre que éste sea fundado en la experiencia y no en la abstracción.

Para llegar a las anteriores conclusiones Berkeley intenta demostrar que todas las cualidades dependen enteramente de la percepción sensible.

“Berkeley, el representante del idealismo inmanente, considera que los cuerpos, es decir, las cosas, los árboles, las mesas, las sillas, etc., no son más que complejos de impresiones de la mente que los percibe.” (Ajdukiewicz, Kazimierz.1986).

La modernidad, desde Descartes en adelante,  utilizó los argumentos escépticos, como recurso metódico, para demostrar la posibilidad del conocimiento. Hume, en cambio,  lleva el empirismo hasta una conclusión radical: la experiencia no puede fundar la plena validez del conocimiento. De ese modo arremete contra todo dogmatismo, concluyendo que el conocimiento, encerrado en sus límites, no es cierto, sino solamente probable. La posición de Hume renueva, así, en el espíritu del empirismo creando el probabilismo académico. La importancia del pensamiento de este filósofo quedó inmortalizada en la famosa expresión de Kant: “Leyendo a Hume, me desperté de mi sueño dogmático”

Si tuviéramos que resumir el pensamiento de Hume, diríamos en un primer momento que viene determinada por la formulación de los dos grandes principios del empirismo clásico del siglo XVII:

1) Todas nuestras representaciones se fundamentan en la experiencia.

Las cuestiones de hecho, es decir, las proposiciones fácticas no son reductibles a relaciones de ideas.

Dice Abbagnano que Hume quiso ser y fue el "filósofo de la naturaleza humana" :

"La naturaleza humana, dice (Tratad., I, 4, 7), es la única ciencia del hombre; y con todo, ha sido descuidada hasta ahora. Yo habré hecho bastante si contribuyo a ponerla un poco más de moda: esta esperanza me ayuda a disipar mi carácter melancólico y me da fuerzas contra la indolencia que a veces me domina." En realidad, todas las ciencias se vinculan con la naturaleza humana, aun aquellas que parecen más independientes, como las matemáticas, la física y la religión natural; porque también éstas forman parte de los conocimientos del hombre y caen bajo el juicio de las potencias y facultades humanas. Por esto, el único medio de llevar adelante la investigación filosófica es la de encaminarla directamente hacia su centro, que es la naturaleza humana; desde el cual podrá después moverse fácilmente hacia la conquista de las demás ciencias, todas más o menos relacionadas con ella (Ibid., introd.). Pero la naturaleza humana, para él, es fundamentalmente sentimiento e instinto más bien que razón.

Según Ferrater Mora:

 “La distinción entre impresiones e ideas simples y complejas permite a Hume resolver una cuestión fundamental. Una teoría del conocimiento empirista tiende a derivar todas las ideas de las impresiones originarias. Y, en último término, esto es lo que Hume se propone hacer. Pero no sin reconocer una importante restricción. En efecto, aunque hay, en general, una gran semejanza entre las impresiones complejas y las ideas complejas, no puede decirse que las segundas sean siempre copias exactas de las primeras. Por tanto, no puede establecerse tal completa semejanza entre las impresiones y las ideas complejas. En cambio, cuando se trata de impresiones e ideas simples, la semejanza puede ser afirmada. No puede ser probada universalmente, pero: “no puede darse, al parecer, ningún ejemplo de falta de semejanza.”

Hume, preguntándose si vale verdaderamente la pena gastar tiempo y fatiga en estudiar problemas abstrusos y difíciles como las vivaces impresiones de los sentidos o el curso ordinario de la vida eliminan en seguida de la mente, cualesquiera que sean las soluciones, llega a concluir que no puede obrar de otro modo. Siente que su mente se recoge en sí misma y que tiende naturalmente a considerar los  problemas de la filosofía.


Bibliografía

Abbagnano, Nicolás. (1982), Historia de la Filosofía. Hora S.A. Barcelona.

Ajdukiewicz, Kazimierz. (1986). Introducción a la filosofía Epistemología y metafísica. Ediciones Cátedra, S. A . Madrid. España.

Barrera, Jorge, (2022), Descartes, la búsqueda del método (mediomundo.uy)

Barrera, Jorge, (2022). https://mediomundo.uy/contenido/5746/john-locke-el-padre-del-liberalismo-politico-y-el-fundador-del-empirismo

Barrera, Jorge, (2022). https://mediomundo.uy/contenido / 5759/george-berkeley-ser-es-ser-percibido

Ferrater Mora, José.(1984). Diccionario de Filosofía Alianza Editorial S.A. Madrid.

Russel, Bertrand. (1948). Historia de la filosofía occidental. Traducción: Julio Gómez de la Serna & Antonio Dorta.

Xirau, Joaquín (1973). Descartes, Leibniz, Rousseau. Universidad Nacional Autónoma de México, México.

Xirau, Ramón. (2011). Historia de la filosofía.  Universidad Nacional Autónoma de México, México.

Te puede interesar