El índice de inflación en diciembre de 2022 fue del 8,29%, un valor ligeramente inferior al registrado en noviembre (8,46%), pero aún por encima del rango objetivo del gobierno de Lacalle Pou (3%-6%).

Los productos que tuvieron una mayor incidencia en este índice fueron alimentos y bebidas no alcohólicas (0,18%), vivienda (-0,47%) y transporte (0,12%). Dentro de alimentos y bebidas no alcohólicas, los que más influyeron fueron cereales y derivados, carne congelada o refrigerada, leche, productos lácteos, huevos y frutas y frutos secos.

Por su parte, en vivienda, se destacó la disminución de la factura de suministro de energía eléctrica (-11,20%) debido a la bonificación anual “UTE premia”, así como el aumento de los alquileres (0,51%). En transporte, se registró una baja en los precios de los autos (-2,42%), motocicletas (-2,55%) y pasajes de avión (-9,17%).

El proceso inflacionario se disparó en todo el mundo debido a la guerra de Ucrania y el aumento de los precios de los alimentos y la energía, alcanzando un máximo del 8,4% en América Latina en junio, el nivel más alto desde 2005, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Este valor máximo regional no incluye a los países que tienen una «inflación crónica»: Venezuela, Argentina, Cuba, Haití y Surinam. El aumento en el precio de los combustibles fue un factor clave en el crecimiento repentino del costo de la vida, junto con la mayor volatilidad cambiaria y el impacto de la pandemia de covid-19, que interrumpió las cadenas de suministro globales y obligó a muchas autoridades a emitir más dinero del que estaba disponible previamente.