El Terrorismo verbal de Mieres

Columnas29 de julio de 2022 Por Darío León Mendiono
A la salida de la reunión entre el Poder Ejecutivo y el Consejo Honorario de la Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancarias, el Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, hizo afirmaciones absolutamente infundadas, inadmisibles para un Ministro que tiene la responsabilidad de establecer puentes de diálogo para encontrar soluciones a problemas complejos.
Pablo Mieres

Acaso el objetivo sea amedrentar, generando la falsa sensación de una crisis inminente en uno de los subsistemas de seguridad social, para justificar una reforma que descargue todo su peso sobre los hombros de las y los trabajadores.

Conocemos bien el tema porque nos tocó integrar el equipo negociador de AEBU, en oportunidad de discutir con el Poder Ejecutivo en el año 2008 la reforma de la Carta Orgánica de la Caja Bancaria, que se consagró con la ley 18.396.

En esa ocasión, se sentaron las bases de una transformación que innovó en el modelo de financiamiento tradicional que tiene el sistema previsional en el mundo, basado en el aporte patronal básico y el aporte del trabajador. En ese sentido, se incorporó la Prestación Complementaria Patronal que a trazo grueso significa que las empresas del sistema financiero complementen el aporte patronal, con una contribución  vinculada al negocio.

No es un impuesto, no se traslada al precio del dinero. Es una partida complementaria en función de la evolución del negocio, de acuerdo a los saldos mensuales de los activos propios - excluidos los depósitos por encajes en el BCU - para las instituciones financieras y del valor de las primas emitidas mensualmente, en el caso de las empresas de seguros.

Tranquilo que no explotó nada Mieres...Solo en la mente fantasiosa de alguien que no se preocupó en estudiar con seriedad el tema, o que tiene aviesas intenciones, puede surgir la idea de un descalabro a corto plazo de la Caja Bancaria, cuando existen herramientas previstas en la propia ley de reforma de su carta orgánica, para atender las contingencias emanadas de las tensiones demográficas y los vaivenes del mercado de trabajo.

Hay que decir también, que entre fines de 2019 y 2021 hubo una disminución de aproximadamente dos mil aportantes al sistema, fruto de la pérdida de puestos de trabajo en el sector financiero privado y del no ingreso de personal al sector financiero público, derivado de la eliminación y no provisión de vacantes.

A eso, hay que sumarle la creación de aproximadamente unos tres mil doscientos puestos de trabajo que a través del "outsourcing"  las instituciones financieras contratan por fuera del sistema para hacer tareas vinculantes, pero que no tributan a la Caja Bancaria.

Sin embargo - aún en este contexto -, basta con que el Poder Ejecutivo disponga la aplicación del porcentaje establecido en la ley 18.396 de la Prestación Complementaria Patronal (PCP), para que la Caja Bancaria no solo no tenga déficit operativo, sino que tampoco necesite aportes del Estado y mantenga una situación equilibrada de sus egresos e ingresos.

En la actualidad, para la recaudación de la PCP se aplica un porcentaje de 2,5 por diezmil. Vale decir que la ley establece un 4 por diez mil y faculta al Poder Ejecutivo a disminuir la alícuota, lo cual se hizo oportunamente ya que las proyecciones actuariales hace más de una década, permitían augurar solidez y estabilidad en el mediano y largo plazo.

Pero Mieres, prefiere el terrorismo verbal para instalar la sensación de que si esto no se resuelve ya con alguna medida contundente, no se podrán pagar las jubilaciones de los bancarios y el Estado (y toda la sociedad) tendrá que hacerse cargo.

Francamente, es una vergüenza la postura que adoptó públicamente el Ministro, en la antesala de la presentación del proyecto de Reforma de Seguridad Social por parte del Poder Ejecutivo al Frente Amplio.

Una burda estrategia para posicionarse en el tema de fondo, que es el que subyace en toda esta puesta en escena.

Me pregunto que dirá ese proyecto sobre la Caja Militar, de la que Mieres no ha dicho nada, tal vez para no incomodar a su socio Manini en su aventura multicolor.

Todos sabemos y nadie puede hacerse el distraído o distraída, que la tendencia en el sistema financiero indica un aumento sostenido de la productividad y el crecimiento de las ganancias, apoyado en la tecnología y la versatilidad de los canales digitales, con un nivel de empleo decreciente.

El hecho, es que el cambio en el modelo de financiamiento de la Caja Bancaria, ha permitido asociar la justicia contributiva al crecimiento del negocio. Trabajan menos personas pero tienen mayor productividad, por tanto una pequeña parte de ese margen extraordinario se vierte al sistema de seguridad social.

Nuevamente estamos frente a la contradicción principal que ha estado presente en todas las reformas que se plantea este Gobierno, la relación entre capital y trabajo como relación de poder social en la que se pretende endurecer las condiciones de vida de la masa asalariada, en aras de satisfacer los intereses de los sectores más acomodados de la sociedad, los famosos "malla oro".

Quieren usar a la Caja Bancaria para que todo el mundo odie a los trabajadores del sistema financiero, cuando en realidad, este subsistema de seguridad social debería ser un modelo por lo menos a considerar en cualquier reforma del sistema que se llevara adelante en este país.

Un modelo de financiamiento que incluya el aporte patronal básico sobre la nómina y una partida complementaria en función de la naturaleza del negocio, además del aporte del trabajador. Al fin y al cabo, si la empresa gana más, crece su volumen de actividad, mejora su rentabilidad: ¿No es justo que una parte de eso contribuya a mantener la estabilidad del sistema?

¿Si el negocio crece, porque no debería trasladarse una pequeña parte de ese crecimiento a la seguridad social del trabajador?

Hay ramas de actividad de gran dinamismo, en las cuales las ganancias son extraordinarias. El sector agro exportador, la industria frigorífica, las grandes superficies de consumo, las empresas tecnológicas, holdings y conglomerados de diverso tipo que amasan fortunas.

Pero se quiere cortar por el lado más fino. Se insulta la inteligencia de la gente, intentando instalar la idea de que hay que trabajar más y jubilarse con menos para sostener el sistema, mientras la tasa de ganancia de las empresas no tiene límite.

La mesa está servida. El Pueblo una vez más sabrá qué hacer para romper las cadenas.

 

Darío León Mendiondo es miembro alterno del Secretariado Ejecutivo del Frente Amplio (Nuevo Espacio), ex dirigente sindical (AEBU).

 

 

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