La guerra OLVIDADA

Columnas 28 de julio de 2022 Por William Marino
Hace cinco meses atrás, según la prensa del mundo occidental y cristiano, existe una guerra despiadada y cruel, como nunca había surgido en la historia de la humanidad. Dos países se enfrentaban en una lucha muy desigual, por un lado Ucrania, país libre y feliz. La otra parte era el oso Ruso, con una bandera roja con la hoz y el martillo.
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Europa toda se unía, junto a los EE.UU., sin recordar que en Rusia ya no existía más el Socialismo, que la URSS había desaparecido y allí se había instaurado el capitalismo. Francia, Alemania, Inglaterra, Italia, España, Canadá, Australia, junto a una veintena de países europeos más, se ponían de rodillas ante los EE.UU., que apoyaba y apoya a un “loco” llamado Zelenski, para conquistar Rusia y otros países de Asia.

Una guerra comenzada por el “payaso Zelenski” en el 2014, que es cuando comienza con la persecución de los rusos parlantes en Ucrania. Es en la región del Donetsk, con una población que en su mayoría habla dos idiomas: el ruso y el ucraniano. Es allí donde el batallón Azov, que llevan como estandartes los símbolos nazis, comenzara a prohibir las publicaciones en ruso, luego los carteles, también en las escuelas, luego todo lo que tenga olor a izquierda.

No solo partidos políticos sino también sindicatos, con asesinatos incluidos. Los medios de comunicación de la Unión Europea jamás se dieron por enterados. Hace unos cinco meses, Rusia dijo basta y reconoció a la República Popular de Lugansk, en el territorio del Donbas.  Se había separado de Ucrania, al igual que Crimea. Esa fue la razón de una “invasión”, a un país dominado por el nazismo, prácticamente los mismos que invadieron en 1941 a la URSS.

Zelenski y su camarilla son locos, pero no tontos. Saben que con Rusia no podrán, pero eran y son alentados por la OTAN (25 países la conforman), la CIA y la USAID (los EE.UU.) el FMI, el BRyF, la Unión Europea, más Australia, Japón, Canadá. Además de muchos países aliados a los EE.UU. (como Israel y la isla de Taiwán) y otros por miedo a las sanciones económicas que el frente europeo ejerce a iniciativa de los EE.UU. Pero como decía el Chapulín Colorado, Rusia dijo: “no contaban con mi astucia”. El gas, el petróleo, sus derivados, los fertilizantes, el oro, el trigo, el maíz, todo se vende pero en rublos. No más dólares ni euros. 

Seguro, ahí se acordaron, por lo cual lloraron y patalearon, peor que gurí chico, que se quedaban sin combustibles, se quedaban sin alimentos. Pues aliados de Rusia son Irán, Siria, Venezuela, China, India y un sinfín de países que ven el fin del dominio del dólar como moneda de poder económico. Muchos piensan que todo el mal que le desearon a Rusia, por el tema de las sanciones, se les dio vuelta en su contra.

Los países integrantes de la Unión Europea traen a la memoria del mundo que hay gente que sufre de hambre en África y Asia, diciendo que el precio del petróleo y de los alimentos, pero también los faltantes de los mismos, es por culpa de la guerra. Zelenski desde un primer momento exigió, no solo armamento, sino también dinero para mantener su infraestructura. Hoy día nadie sabe a ciencia cierta cuánto dinero en especie y efectivo se le ha otorgado, pero la suma podría llegar a los 100.000 millones de dólares. La gran pregunta es cómo se les cobrará a Ucrania.

Por otro lado la cantidad de armas que los EE.UU. y la Unión Europea le están proporcionando a Ucrania es verdaderamente impensable, por eso otra pregunta con un gran interrogante es ¿dónde van a parar? Días pasados, un avión ucraniano cargado de armas cayó al norte de Grecia, al decir de los pobladores de los lugares cercanos “las explosiones duraron horas y eran tan fuertes que se sentían a decenas de kilómetros de distancia”.  ¿De dónde salieron realmente estas armas y cuál era su destino?  Sabemos, porque así lo han manifestado gobernantes y una de las directoras del banco central europeo, que en ucrania: “no existe el control, nadie controla nada”. 

 Al decir de los rusos, que “van ganando terreno en el día a día”, aunque “los ucranianos siguen ganando en la comunicación con todas sus variantes”. Seguro, pues la comunicación y las RR.PP. dependen directamente de la OTAN, la CIA y la USAID. Aunque hoy se puede observar también que los grandes medios de información, en especial los de EE.UU. y Europa, han rebajado la calidad de información y la frecuencia. Pues las mentiras tienen patas cortas y ellos lo saben. Aún en los videos que suben a las redes sociales se pueden observar y escuchar cosas como: "los rusos asesinos emboscaron a indefensos civiles ucranianos", "los rusos siguen bombardeando ciudades indefensas, son miles los civiles muertos". Bombardeos a escuelas y hospitales. Aunque ya los que realizan los comunicados a favor de ucrania hablan de: “Habría, sería, podría, son noticias sin confirmar”.  La OTAN y los EE.UU. saben que el gobierno de Ucrania miente y es por eso que deben de mostrar una ofensiva real y no virtual. Sus patrones piden resultados y no palabreríos.

 Aunque en Europa se está aún en pleno verano, el otoño esta ahí. Luego vendrá el riguroso INVIERNO. ¿Qué va a pasar con los combustibles para la calefacción? Esa es la gran pregunta. Pero junto a esto los grandes consorcios de venta de armas, siguen juntando dinero a paladas, más que nada las grandes empresas norteamericanas. El dólar se sigue devaluando, el euro está en su piso más bajo. Mientras el Rublo y el Yuan están cada vez más firme.

Europa y los EE.UU. también están en guerra, pero es una guerra económica por la falta de productos alimenticios y la inflación. También podemos ver que los países sancionados por las potencias Europeas están teniendo nuevos centros de poder, con un país que hace 15 años era impensable que emergiera tan rápido. Ni Europa o los EE.UU. podrán ignorar a países como China, Rusia, India, Irán, Venezuela o Brasil. Por eso no hay que olvidar la ruta de la seda, que podrá unir China con Portugal por carretera y/o tren. El capitalismo NO va a desaparecer, pero sí está cambiando y mucho el centro del poder.       

                                              WILLIAM  MARINO

 

 

 

 

 

          

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