Cerebros ¿secos o vigorosos?

Columnas 26 de julio de 2022 Por Ramón Fonticiella
Al Quijote, “...del poco dormir y mucho leer se le secó el cerebro...”. A 415 años de la primera edición de Don Quijote de la Mancha, y con todos los respetos, me permito utilizar la frase en sentido dubitativo.
Ramon Fonticiella
Ramón Fonticiella

La sequedad o vigor del cerebro seguramente dependerá del tipo de lectura que se haga y, naturalmente, del respeto que del sueño tenga el lector... Se puede dormir y leer. Se debe leer y dormir, así el cerebro no se secará nunca: cada vez será más vigoroso. Pensaremos más, con nuestra cabeza y podremos trabajar para ser dueños de nuestro destino.

Una de las virtudes de leer lo que a nuestro intelecto y destino social conviene, es nutrir la inteligencia de elementos que nos ayuden a interpretar el presente, a veces en base a nociones del pasado, pero siempre para proyectar el futuro.

Por ejemplo, leyendo a Gerardo Caetano en sus libros fundamentales sobre la historia uruguaya, entendemos el destino que al hombre uruguayo le asignan las diferentes visiones del mundo que hoy día imperan, muy similares a las que alimentaron la historia nacional en estos dos primeros siglos de existencia.

No es ninguna novedad que hoy, con mayorías parlamentarias armadas con diferentes piezas, el pensamiento conservador, trate de imponer un formato de país que pretende desde hace cien años. Una República con dos claros bloques antagónicos, donde una oligarquía (gobierno de pocos), subordine a un Pueblo mayoritario y le someta a generar riquezas que no disfrutará. 

Hace cien años un eminente jurista y ganadero fundador de la Federación Rural, de descollante intelecto, emitía con fervor conceptos como estos: ”No podemos más, gimen los contribuyentes, la carga es demasiado pesada, disminuidla siquiera un tercio. (...) y siguen los impuestos aumentando el sudor de los que trabajan, para anticipar el descanso de los que viven más o menos descansadamente...”. O “(...) que por el contrario, el bracero(peón) se dé cuenta de que el bienestar que puede ambicionar, así como el que ya disfruta, le viene del patrón y por el patrón (...). Yo no soy partidario del aumento de los sueldos; pagadle a vuestros peones lo justo, y lo que excede de lo justo, colocádselo al fin de cada año en un banco.” Palabras de discursos de Dr. José Irureta Goyena, fundador de la Federación Rural, máxima figura intelectual del conservadorismo radical. En 1918, en otro célebre discurso expresaba:”(...) “Si la Federación (Rural) logra mover a la campaña su obra será de aplastamiento. Es difícil hacer rodar un monolito, pero si rueda, la omnipotencia avanza junto con el monolito. El rural es conservador y políticamente tiene la psicología del conservador.” (Tomado de “El Liberalismo conservador”. Gerardo Caetano. Banda Oriental)

Leer la historia de este país vigoriza el cerebro, ignorarla lo puede dejar seco. 

Poco de lo que hoy impulsa el gobierno multicolor, empujado por el herrerismo, es ajeno a ese pensamiento que cien años atrás trató de liquidar la obra de Batlle, que en este siglo perfeccionó el Frente Amplio.

Ejercitemos el cerebro. Pensemos con el nuestro. No dejemos que se seque.

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