A 49 años del golpe Fascista

Columnas 24 de junio de 2022 Por William Marino
“Solo os pido una cosa: si sobrevivís a esta época, no olvidéis. No olvidéis ni a los buenos ni a los malos. Reúnan con paciencia los testimonios sobre aquellos que cayeron, por ellos y por vosotros. Un día, el hoy pertenecerá al pasado y se hablara de una gran época y de los héroes anónimos que han hecho historia. Quisiera que todos supieran que no hay héroes anónimos. Eran seres con nombre, con rostro, con deseos, con esperanza y el dolor del último no ha sido menor que el del primero” Julius Fucik (Checoslovaco asesinado el 8 de setiembre de 1943 en Alemania, por el Nazismo)
dictadura

El 27 de junio de 1973, está inscripta en la noche más oscura de nuestra historia reciente. Esa madrugada los militares dieron un golpe de Estado, que perdurara hasta el 15 de febrero de 1985.

Los que vivimos los días anteriores, tal vez recuerden el frío que hizo por esos días. La noche del 26 fue muy fría así la recuerdo yo, sería porque estábamos muy cerca del mar o del Rio de la Plata. Desde la tarde nos encontrábamos realizando tareas de propaganda, en el viejo local del seccional Puerto, del Partido Comunista, que se hallaba ubicado en la calle Piedras e Ituzaingó, cuando a eso de las 21 horas llegó el compañero Kamiski, con la orden de irse, pues se venía el Golpe.

Irse era una manera de decir, pues cada uno sabía ya de antemano donde tenía que ir y qué hacer.  Hoy muchos de los que hablan, contra ese Golpe, nada realizaron para que el mismo no se concretara.  El 25 de abril, el Presidente Bordaberry envía al Senado la solicitud de desafuero de Enrique Erro, solicitada por la Justicia Militar, cosa que no será votada por el Senado.

El 17 de mayo, un oscuro diputado del Partido Colorado, el Dr. Carlos María Fleitas, presentará el mismo pedido de desafuero en la cámara de diputados, que tampoco tendrá los votos suficientes.  La represión en las calles de las fuerzas de seguridad, tanto policial como militar, era cosa de todos los días, en Montevideo y en el Interior de nuestro país.

La inflación galopante desde los años del gobierno de Pacheco Areco, Partido Colorado, con el apoyo del sector herrerista, hacía estragos en los ciudadanos de bajos recursos. Las huelgas por salarios eran la lucha de todos los días.  Los estudiantes, junto a los obreros, peleaban por un presupuesto con inversiones públicas y que lo destinado a la enseñanza fuera, por lo menos, de un 3 % del presupuesto nacional. Los atentados con bombas por parte de las bandas fascistas de la Juventud Uruguaya de Pie (JUP), el MONDEL, el MED, y otros grupos fascistas, eran moneda corriente. La embajada de los EE.UU. tenía una oficina en el 2 piso de la Jefatura de Policía, que se había instalado hacía ya varios años. En ella, supo estar el maestro de la tortura, Dan Mitrione, el mismo que daba clase de cómo torturar de la manera más eficaz.  

La Central Obrera hacía muchos años que había dicho “si hay Golpe Militar, la huelga general con la ocupación de los lugares de trabajo, será de inmediato”. Y así fue, esa misma madrugada del día 27 de Junio, todas las grandes fábricas de país fueron ocupadas por sus trabajadores. 

La Federación Rural y la Asociación Rural, la Asociación de bancos del Uruguay, los grandes industriales, los diarios El País, la Mañana, El Diario, las radios más rancias de este país, junto a los canales de televisión, 4, 10 y 12 cantaron loas a ese nuevo “poder”, que asomaba en la vida del país. Hoy hasta resulta cómico cuando oímos hablar del advenimiento de los militares al poder, pues los personajes de derecha de los Partidos Blancos y Colorados digan que los militares vinieron, porque los Tupamaros se habían levantado en armas; cuando los Tupamaros, ya estaban derrotados en el plano militar, hacia más de un año.

Estos personajes, todos de derecha, parece ser que estuvieron contra los militares. Pero y los civiles que los apoyaron, los civiles que integraron el Concejo de Estado, el primero que fue encabezado por el gran “caudillo” blanco, el Dr. Martin R. Echegoyen, o el otro que encabezó, como intendente, la Intendencia de Montevideo Oscar Rachetti. Tampoco fueron dos, tres o cinco los desaparecidos como decía la derecha. Fueron cientos los desaparecidos, fruto del Plan Cóndor. Decenas de miles serán los presos y detenidos solo por pensar diferente. La tortura y la muerte, será moneda corriente en cárceles y cuarteles.  Decenas de miles tuvieron que irse del país, rumbo al exilio. En su inmensa mayoría gente de izquierda y muchos Blancos como Wilson Ferreira Aldunate y Héctor Gutiérrez Ruiz.  ¿Pero qué pueden decir los seguidores “cagancheros” y los colorados como Sanguinetti, que estuvieron peleando contra la dictadura Cívico-militar? Ellos han sido y son los dueños de los grandes medios de comunicación, de eso se han valido siempre.

Siguiendo una de las máximas del líder del fascismo Gebbels, “repite siempre una mentira, mil veces, que terminara quedando como cierto en la gente". Por eso el gran papel de los comunicadores, serios y responsables en estos tiempos, que todo cambia en el área de la comunicación. 

Comenzamos este articulo con un mensaje del periodista Julius Fucik, y podríamos mencionar a compañeros como Walter Medina, joven de 17 años vendedor de diarios, estudiante, socialista, asesinado por la espalda por un policía de la seccional 17, el 8 de julio de 73, mientras escribía, “NO a la DICTADURA – elecci…..”  

Pero cuantos anónimos aún tenemos que recuperar, pues ya nos hemos olvidado de Pitterli militante político y sindical del barrio Porvenir, muerto en prisión en el penal de Libertad; del Bocha Pérez, vendedor de diarios, militante sindical y político (Reducto); del Ronco militante barrial y político (Cerro); del Minifalda, militante del barrio Piedras Blancas; del viejo Medina vendedor de diarios en Gral. Flores y Bvar. Artigas; del Chulo; de la Tota del Cerrito de la Victoria, de Niurka del diario El Popular; de Kamiski de la Ciudad Vieja; del Viejo Gadda y los Pereira de Aires Puros; el Barret Díaz “el Chino”, médico y militante político sindical.  ¿Cuántos más podríamos recordar con nombre y apellido?  Decenas, cientos, miles, que hace 49 años enfrentaron a ese golpe de Estado dado por los que tenían que defender la patria y le dieron una puñalada por la espalda.

                                            WILLIAM  MARINO          

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