Una pedagogía Rural Crítica: La construcción de una corriente

Columnas 21 de junio de 2022 Por Jorge Barrera
Nuestra escuela tiene una tradición muy rica en la enseñanza en el medio rural. Contrariamente al desarrollo educativo en otros países, en el Uruguay, comenzó por desarrollarse la educación primaria allá por finales del siglo XlX, de la mano de José Pedro Varela y otros distinguidos pedagogos. Sin embargo, siempre existió una dicotomía entre: la educación urbana y la educación rural.
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Si nos remontamos a principios del siglo XX, debemos reconocer una serie de limitaciones que hacían particularmente difícil educar en nuestra campaña. Ya por aquellos años se manifestaba como un serios problemas: la despoblación y el aislamiento, sin desconocer otros problemas sociales como la salud, la vivienda y la  pobreza.

En ese contexto surgen varios maestros, verdaderos pedagogos que trataron esa situación con enorme profesionalidad.

El Maestro Oscar Moreira Pereira recoge esas culturas educativa, en un excelente trabajo de investigación que rescata esas tradiciones, para analizarla desde nuestros días y con los nuevos aportes de la filosofía de la educación.

El maestro Moreira curso el magisterio en Cerro Largo, fue destituido en los años oscuros de nuestro país y en el año 2012, ya jubilado, comienza estudios en la facultad de Humanidades, cursando la licenciatura en Ciencias de la Educación.

El autor, del libro que nos ocupa, reivindica su origen arachán, mencionando que fue precisamente en Cerro Largo donde se desarrollaron experiencias significativas y muy ricas como: La misiones socio-pedagógicas y el primer núcleo escolar experimental de la mina.

En este artículo pretendo realizar un análisis de su libro, el que considero que es un excelente instrumento para poder conocer la historia escolar y la pedagogía rural de nuestro país, a partir del estudio de alguno de los más calificados maestros que se preocuparon por la problemática de la educación en nuestra campaña.

El libro es prologado por el maestro Limber Santos, una verdadera autoridad en la educación y un gran conocedor de nuestro interior profundo.

El trabajo comienza con una detallada introducción en la que se enmarcan las circunstancias históricas que se vivían a principios del siglo XX.

Un encuadre muy objetivo,  desde donde es posible  vislumbrar las circunstancias históricas en las que el magisterio nacional va desarrollando su pensamiento, referido a la educación y al campo.

La tesis que desarrolla a lo largo del libro es que la producción de los maestros: Ferreiro, Jorge Y Abadie Soriano,  en la década del 30, constituyó una incipiente corriente pedagógica critica.

El autor no comienza con la conceptualización sobre el significado  de la palabra “corriente”, sino que lo hace cuando ya ha descripto el desarrollo del pensamiento de los autores considerados.  En lugar de partir de reconocer ciertos atributos definitorios, recién luego de describir determinados hilos conceptuales comunes , pasa a  asignar las  características consideradas. Es allí cuando intenta una aproximación al concepto de corriente a través de sus notas esenciales:  “corriente pues se refiere al movimiento continuo ya sea permanente, ya sea accidental en una dirección determinada” (Moreira Pereira, Oscar; pág 111).

El libro está dividido en siete capítulos y la conclusión, todos ellos de lectura muy agil y accesible para principiantes, sin descuidar los aportes para los especialistas.

Luego de la introducción, donde el autor expresa con claridad el objetivo de la obra, los dos siguientes capítulos son de carácter histórico, brindando los elementos necesarios para la comprensión de los siguientes.

El capítulo cuatro enuncia cinco ejes temáticos comunes a los maestros estudiados. Es en esta parte del trabajo donde se reseñan las opiniones a partir del desarrollo de esas categorías.

El primer eje es : “Escuela y la sociedad rural”. Allí se recogen las ideas, tanto del maestro Jorge como de Abadie Soriano, quienes coinciden en la opinión de que no existe, en nuestro país,  una única ruralidad. Expresando que al menos se puede hablar de dos; una referida al norte ganadero y la otra más cerca de lo metropolitano, la agrícola. Así mismo, es opinión de ambos maestros que cada región necesita su escuela particular, con sus características propias. Asumen que la influencia del ambiente en la escuela no debe ser para limitarla, sino, para vitalizarla.

El segundo eje esta referido a la edificación escolar. Allí se expresa que la mayor parte de los edificios escolares no reunían las condiciones mínimas para desarrollar su función.

El tercer eje aborda el problema de los maestros rurales y su aprendizaje profesional. No sólo su formación de base, sino también su aprendizaje permanente. La relevancia de la problemática deriva, directamente, de que, según Jorge:  “En un sentido estricto la suerte de la escuela rural depende de las condiciones pedagógicas del maestro, sumado a “las visita de  inspección espaciadas y breves...en muchas escuelas los maestros trabajan solos, atendiendo todos los grados, el aislamiento físico y cultural es un problema que agobia al cuerpo docente”. Para completar el panorama, Moreira hace referencia a lo emanado del primer congreso de maestros del año 1937: “La preparación que actualmente se le da al maestro, no es la más apropiada para actuar en la formación del tipo que hoy esbozamos...”.  Del mismo modo estima el Maestro Jorge que “la formación profesional del maestro es la menos eficiente de todas las formaciones que se brindan en el país”.

El cuarto eje atiende a la situación de los niños del medio rural. Abadie Soriano expresa que no representan una categoría homogénea, sino que, existen niños que provienen de “hogares bien constituidos , con sus necesidades básicas satisfechas y existen otros niños que no tienen las mínimas condiciones para trascurrir la niñez”. En la zona ganadera están presentes los niños de los rancheríos: “Niños escuálidos, sucios, sin ropas, sin alimentos, que viven en la miseria, la ignorancia y el abandono”. Por otra parte, en la zona agrícola, “el niño campesino, desde los seis, siete u ocho años,  realiza, muchas veces, tareas abrumadoras para su tierna edad...” . Así describen la población estudiantil de nuestras escuelas y son  elementos que ayudan a  explicar por qué los aprendizajes son más descendidos.

El ultimo eje que desarrolla es: la función de la escuela rural. Comienza por explicitar el programa rural de 1917, señalando las áreas de conocimiento que consideraba.

El referido plan era de tres años. Los contenidos estaban divididos en cinco categorías: la primera comprendía los contenidos de lecto escritura y cálculo, la segunda agricultura, la tercera economía domestica y urbanidad, la cuarta Ciencias sociales y la quinta; canto y gimnasia.

La repetición, la deserción, la inasistencias y las bajas promociones son señalados como los problemas más importantes que padecen los estudiantes.

Sumadas a todas esas dificultades, los niños egresan de la escuela a muy temprana edad. Por ese motivo deben atravesar un periodo laguna, entre el egreso de primaria y el ingreso al sistema laboral. Ese espacio es contraproducente, ya que propicia que los niños se olviden, mucho de lo aprendido. por desuso.

A continuación, en el siguiente capítulo,  el Maestro Moreira desarrolla las propuestas para mejorar la educación rural, a partir de las principales ideas de los tres maestros estudiados.

Expresa que: “Mientras los maestros Jorge y Abadie Soriano valoran especialmente el entorno y las condiciones socio-económicas en la acción de la escuela rural, el Maestro Ferreiro...se ubica esencialmente en lo estrictamente académico y curricular” (Moreira, Oscar; pág 69)

Referido a los aportes del Maestro Roberto Abadie Soriano, la principal fuente nombrada, en el trabajo, son los artículos publicados en los Anales de instrucción Primaria, del año 1938.

En el libro se hace referencia a: La escuela rural y sus relaciones con el ambiente. Las ideas directrices son que la escuela rural debe ser diferente que la urbana, la educación debe estar en consonancia con cada ambiente y los intereses de cada región, porque el medio rural no es homogéneo. Es interesante el planteo de que la sociedad rural, por su aislamiento, es conservadora y llena de prejuicios y que la esccuela debe ser capaz de destruir las causas culturales que han generado esas condiciones. Esta reflexión se podría considerar como generadora de cierta pedagogía crítica “in nuce”.

El segundo punto que desarrolla es: La formación de los maestros. No se pliega a la tesis de que el maestro rural deba ser de origen rural y formarse en institutos Normales rurales, no obstante, entiende que los institutos deben formar maestros capaces de actuar   adecuadamente en el medio rural.

Con respecto al plan de estudio, considera que no es posible pensar en un único proyecto para todo el País.

En lo relativo a los contenidos del programa, deben primar las tendencias a adaptar la enseñanza a las exigencias de la vida práctica: “El trabajo y en especial el agrícola, debe ser auxiliar de la función educativa, pero jamás formar agricultores u obreros especializados...La escuela es una institución educativa y no productiva” (Ibid, pág 76)

Los aportes del Maestro Jorge.

Parte de la premisa que los problemas de la escuela rural se inscriben en los problemas de la ruralidad. La fuente trabajada para el estudio del pensamiento del maestro son: ”El problema de la asistencia en el medio rural” (1938) y “Trabajos pedagógicos” (1957)

Los tópicos referidos son “El programa”, “El método” y “El maestro”.

El Maestro Jorge es crítico del programa de 1917. En cuanto al método asume una posición ecléctica entre la escuela nueva y los métodos tradicionales. Por último, considera que “todo el peso de la labor de la escuela recae en el maestro, en sus cualidades pedagógicas y en su capacidad de sacrificio y su resiliencia” (ibid, pág 85)

Aportes del Maestro Agustín Ferreiro

No son los temas socioeconómicos su prioridad, sino que se centra en la orientación general de la enseñanza, la inadecuación de los programas y  la deficitaria formación de los maestros. El Maestro Ferreiro propone soluciones muy concretas a problemas pedagógicos: “conocidos y tolerados por todos”. Sitúa los problemas de la escuela rural a partir de la centralidad del maestro y de los alumnos: “El maestro lleva sobre sus hombros toda la responsabilidad en materia de la educación del niño”

Si logro llevar esto a la conciencia de los maestros la idea de que todos estamos capacitados para la construcción de nuestros propios caminos, se habrá cumplido la finalidad que persigo con este trabajo” (Ferreiro, A. 1946:22).

Esta invocación a construir sus propios caminos se hará carne en el magisterio rural.

Para Ferreiro la especifidad no está en la estructura curricular, sino, en el trabajo cotidiano del educador.

Por otra parte, la centralidad del alumno, también está presente en toda su obra. En cuanto a la del niño hace referencia a las desmedidas expectativas que la socieddad tiene para la escuela”

También crítica la excesiva presión social, se espera: ”que a los doce años salga de sus aulas como si tuviera treinta”. Así mismo, es crítico con el sistema escolar; dice que la escuela anula la espontaneidad y que tiende a un aprendizaje memorístico que no tiene sentido y es peligroso.

Sobre el final de la obra, el maestro Moreira plantea certeras preguntas: “¿La producción de estos maestros rurales constituye una corriente pedagógica? ¿Constituye una incipiente corriente pedagógica crítica?”

Espero que esta breve reseña de: “Una Pedagogía Uruguaya Rural y Crítica” sea un aliciente para leer  una excelente investigación sobre la educación rural en nuestro país. Todos los docentes deberían leer este trabajo, así mismo, el libro es un insumo fundamental para la formación de las nuevas generaciones de maestros que, seguramente, tendrán que vivir la experiencia de la enseñanza en el medio rural.

Bibliografía

Moreira Pereira, Oscar. (2021). Una Pedagogía Uruguaya Rural y Crítica: La construcción de una corriente. Linardi y Risso. Montevideo

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