¿Por qué la izquierda uruguaya debería escuchar a Pablo Iglesias?
En una mesa durante la campaña de las elecciones de Madrid, Pablo Iglesias se retiró del debate ante la impresentable candidata Rocío Monasterio de VOX. Ella se había atrevido a negar lo que la derecha fascista le venía haciendo a Pablo de modo impune: amenazarlo a él y a su familia de varios maneras. Entre ellas, el envío de un paquete a su casa con una carta y cuatro cartuchos de fusil.
En una entrevista reciente, le preguntaron cuál había sido el mayor error durante su actividad política profesional. Después de un silencio incómodo, contestó que su principal error fue el de no haber entendido al principio la importancia de la organización y las estructuras orgánicas de un partido político.
Entretanto, mientras muchos medios conservadores y los del fuego amigo siguen consignando el valor de la casa que compró para vivir con su familia, la segunda observación (episodio de los cartuchos de fusil) parece dar respuesta para evitar la primera (importancia de “la orgánica”). No alcanza con tener ideales y sueños fraternales. Hay que organizarse.
La mala noticia es que no basta tampoco con eso.
Es que hay que dar la batalla cultural, en tiempos en que los asesores más oscuros parecen aplicar mejor a Gramsci que sus antiguos lectores de izquierda.
Quizás por eso hoy 16 de junio a las siete de la tarde, en el Teatro El Galpón (Montevideo), se presenta el intelectual, comunicador y político español Pablo Iglesias Turrión. Si usted lee estas líneas antes de esa hora y le apasiona (o le duele) la comunicación política, debería salir cuanto antes hacia allí y tratar de escucharlo.
En cambio, si ya se dio cuenta de la serie de hechos políticos sustanciales que viene generando Carolina Cosse, sobre todo desde el lanzamiento del “Plan V” (y así redoblar sus apuestas después de la negativa del oficialismo al préstamo del BID), concurra al Club Welcome, Emilio Frugoni 934, hoy también pero a las ocho de la noche. Ese evento forma parte del ciclo de diálogos de la Intendente de Montevideo con las vecinas y vecinos (la actividad está organizada por la Coordinadora B).
A mí me gusta hasta el nombre de esa calle y el del club. Vecino entérese: la propuesta de Carolina Cosse de un gran movimiento por el ambiente en Montevideo, no es otra cosa que un formidable llamado al empoderamiento y a la construcción participativa de la ciudadanía ambiental. Esto es una muy buena noticia que va mucho más allá de intereses sectoriales o filas partidarias. Como sostenía el filósofo francés Bruno Latour, el cambio climático redefine todos los problemas del mundo actual: las desregulaciones, las desigualdades, las trágicas migraciones y hasta el propio negacionismo del propio cambio climático.
Claro que me parte el corazón no poder estar en los dos lados a la vez.
Pero como quiero escuchar en persona a Cosse en el Club Welcome, paso ahora a explicar por qué, mientras tanto, si al lector le preocupa la comunicación política (y no es para menos) le pido que vaya y oiga a Pablo Iglesias en el Teatro El Galpón.
La visita importa mucho, porque Iglesias fue ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030 del gobierno español, vicepresidente segundo del gobierno de Pedro Sánchez (PSOE) y dirigente de Podemos, que aún integra la alianza con los socialistas. Renunció a todas esas responsabilidades para presentarse a las elecciones de la Asamblea de Madrid, donde le fue muy mal.
Iglesias dio un paso al costado como dirigente político después de ese resultado y hoy es el comunicador vibrante de La Base en YouTube. Mire usted los dos primeros minutos del programa y después me dice los puntos que calza Iglesias para dar la batalla cultural: “La izquierda transforma pero pierde el relato” (La Base #75, 2022). En las referencias más abajo incluyo el link de esa edición del programa. Son muy útiles y también disfrutables sus anteriores experiencias en comunicación cultural y política en Fort Apache, La tuerka y Otra vuelta de tuerka.
Es cierto que la conferencia de Pablo Iglesias tiene un título un poco largo pero el contenido luce muy sugerente: “Comunicación política y redes sociales en la era de la posverdad”. Recordemos también que la Fundación Liber Seregni (Uruguay) junto al Instituto República & Democracia (España) han organizado la presentación.
Hasta allí lo más relevante desde el punto de vista comunicacional (Iglesias además ha venido en rol docente para dar cursos sobre comunicación política, pero eso excede los propósitos de este artículo).
Quiero enfatizar que hay algo de fondo que le da amplio sustento a todo lo que dice Pablo Iglesias. Y refiere a todo lo que intentó hacer junto a sus compañeras y compañeros del espacio político de Unidas Podemos, en su búsqueda de generar alianzas con diferentes sectores de la izquierda española. En otras palabras: hay un respaldo en todo lo que intentó y también en todo lo que efectivamente hizo (que se olvida o se conoce poco). Contra toda la desinformación de los medios hegemónicos, que contaminan bastante a la propia izquierda o quizás algunos de sus sectores, alguien tiene que decirlo: Podemos pudo.
Pudo, en los términos en que se pueden hacer cosas en política. Nunca se alcanza todo. Es menester negociar y establecer acuerdos, dinámicos por naturaleza. E incluso cuando se hacen cosas concretas muy importantes, la traducción mediática suele distorsionar todo, cuando no miente en forma descarada.
Si tuviera que mencionar unos pocos elementos que justifican prestarle especial atención a Pablo Iglesias, mencionaría la aprobación legal del Ingreso Mínimo Vital en España, su postura controversial pero equilibrante en la cuestión de Cataluña y su constante prédica laica, republicana, antimonárquica y antifascista.
Sobre todas esas cuestiones pueden obtenerse sustanciosos datos en Nudo España (Arpa, 2018), el libro que recoge sus diálogos con Enric Juliana o en las entrevistas concedidas este año 2022 ante la publicación de Verdades a la cara. Recuerdos de los años salvajes (Iglesias, 2022). Apenas voy a referirme a la primera de ellas.
El Ingreso Mínimo Vital se aprobó en España y fue presentado por Pablo Iglesias con estas palabras:
“Hoy es un día histórico para nuestra democracia y para mí es un honor como vicepresidente de derechos sociales de este gobierno anunciar que hoy nace un nuevo derecho social en España: el ingreso mínimo vital es una prestación no contributiva de la seguridad social, que garantice ingresos mínimos a quienes carecen de ellos”(Iglesias, 2020).
Y más adelante:
“Se recibirá siempre que se cumplan los requisitos de acceso como ocurre por ejemplo con el derecho a una pensión de jubilación o a la prestación por desempleo. Por lo tanto se garantiza que esta red de seguridad va a estar disponible para todo aquel que lo necesite” (Iglesias, 2020).
La norma incluye estímulos específicos para la búsqueda de empleos formales. Si alguien pregunta por la cantidad de euros que involucra cada caso (personas solas, grupos familiares, etcétera) las cifras precisas pueden encontrarse en medio de las didácticas explicaciones del entonces jerarca político que pudo lograrlo, participando junto al gobierno del Sánchez (Iglesias, 2020).
En futuras notas, voy a ocuparme de los diversos formatos que se han ofrecido en los últimos años en materia de políticas sociales y políticas de ingresos mínimos o rentas básicas, a traves de las evaluaciones y las propuestas del último libro de Abhijit V. Banerjee y Esther Duflo: Buena economía para tiempos difíciles (Taurus,2020).
En síntesis, dos propuestas de lujo en un mismo día, para distintos públicos: el gran movimiento por el ambiente y la ciudadanía ambiental (Carolina Cosse) y la comunicación política que permita mejorar las chances y superar la paradoja de las izquierdas que transforman la sociedad y la vida de la gente, al menos en algún grado, pero después pierden las elecciones.
Concurrir al Teatro El Galpón o al Club Welcome hoy no es sólo para entonar a la fuerza política más grande del país para que se atreva a ser un poco más audaz y conquiste los votos necesarios mediante comunicaciones más idóneas. No es solo eso.
Porque no alcanza con tener dirigentes o sectores más audaces, más progresistas, o más ambientalistas, o más afiliados a las perspectivas de género. Son las uruguayas y los uruguayos de a pie, más allá de sectores, o de izquierdas y centros, los que tienen que portar más banderas de fraternidad, más banderas verdes y banderas moradas.
Es la única manera de mantener la esperanza ante aquellos que apenas saben esgrimir cuatro cartuchos de fusil, en un paquete enviado a una familia.
REFERENCIAS
El Hoff Post (2020). Pablo Iglesias y las claves del Ingreso MínimoVital. https://www.youtube.com/watch?v=ntuUKOh8p58
El País (2021). España aprueba la ley de eutanasia y se convierte en el quinto país del mundo en regularla. https://elpais.com/sociedad/2021-03-18/espana-aprueba-la-ley-de-eutanasia-y-se-convierte-en-el-quinto-pais-del-mundo-en-regularla.html
Iglesias, Pablo (2022). Verdades a la cara. Recuerdos de los años salvajes. Edición de Aitor Riveiro: https://www.youtube.com/watch?v=F9yFSjzTR7Q
Intendencia de Montevideo (2022). Montevideo y su ambiente después del No al Préstamo BID. No se desanime el navegante por las placas fijas de color verde que quedaron como traza de la demora en la transmisión. El video comienza en el minuto 35:50. https://www.youtube.com/watch?v=0rXAGAtEDZM
La Base #75 (2022). La izquierda transforma pero pierde el relato. https://www.youtube.com/watch?v=ZHCzZC829Fg
* Las opiniones del autor se formulan a título personal y no reflejan necesariamente las de las instituciones académicas o políticas a las que pertenece.