Entre picadas y cazuelas

Columnas 03 de agosto de 2021 Por Ramón Fonticiella
Se tensan las cuerdas que lanzarán la campaña del referéndum contra la LUC. El gobierno es quien primero armó el arco y elige las flechas, además de correr con la gran ventaja de ser el caballo del comisario y el que dispone de la caja grande, la del Estado que debería ser de todos.
Reunion de legisladores
Foto: Camilo Dos Santos

Los promotores de la iniciativa hicieron una carrera formidable al juntar 800.000 firmas, pero para ganar el oro debemos convencer a medio país y por ahora sólo tenemos seguro un cuarto.

Leyendo crónicas de la reunión del presidente con todos los legisladores de la coalición, queda claro que ya largó, asesorado por un profesional quien presentó a todos una fotografía de la realidad social ante la circunstancia. No se sabe quién paga el servicio, pero en tanto asesor del presidente seguramente lo pagamos todos los uruguayos, como los sueldos y gastos de la casa presidencial del Prado. Una primera señal, menor pero clara de que para ganar el oro, unos correremos de alpargatas y otros con los sofisticados calzados de las mejores marcas, también pagados por los de alpargatas. 

Lo más  importante es que el gobierno no se queda encerrado para defender la LUC,  el buque insignia de su plan político: sale a disputar en mar abierto. Señal muy fuerte. Mientras el Frente discute internismos y detalles que a la masa no le interesan. En la duda leer a Oscar Botinelli en su portal de Factum.

Las declaraciones de Lacalle Herrera son las que más me preocupan, porque confirman la visión que muchos tenemos de este gobierno de batllistas, militaristas e independientes: manda el herrerismo, histórica posición política populista para juntar los votos, pero clasista al decidir los destinos del país. Recuerden el cierre de El Espinillar y el salvataje del Banco Pan de Azúcar en su gobierno. Si son muy jóvenes, pregunten. Luis Lacalle Herrera dijo a El Observador, que este gobierno tiene la agenda que él tenía en su presidencia. Señal esperada, pero reveladora.

Según El Observador, en la casa presidencial del Prado Luis Lacalle Pou esperó a todos sus legisladores con picada de chorizos, queso y carnes; el día antes había recibido a los líderes multicolores con una cazuela de mondongo y postre rogel. Más allá de que el pago lo habrá hecho el Pueblo, las señales fueron claras: salir a hablar con los que no son de nadie políticamente, es decir salir a conquistar esa masa que sólo quiere estar tranquila, vivir bien sin mucha preocupación por el de al lado.

Estas señales son el árbol que ojalá no nos tape el bosque. Las expresiones del presidente a sus directores de ente sobre “mandan ustedes, no los sindicatos”, las de su papá “si mañana “ la gente puede ejercer la libertad de comprar nafta donde sea más barata, hablan de PRIVATIZACION. Quieren reducir el Estado que mantiene hospitales, fuerzas de seguridad, jubilaciones, educación, etc. etc.. Los privados, aunque la nafta esté más barata, no sostendrán al Pueblo.

La privatización de lo que venga, desmantelando el Estado, sólo le sirve a unos pocos poderosos...

Fijate de qué lado estás.

 

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