Felipe

Columnas 19 de abril de 2021 Por Ismael Blanco
Por los principios de los 90' conocí a Felipe. Recientes eran los reveses del “Voto Verde” y la división de la izquierda. A mi se me sumaban otras tristezas, que digamos por juventud, pude de alguna forma sobrellevar...
Felipe Michelini
Foto: Magdalena Gutiérrez

El Uruguay con que me había encontrado no existía, su geografía me resultó desconocida, porque muchos ya no estaban, o porque algunos recuerdos los había construido más en mi imaginación que en la realidad. 

 Siempre lo pensé y lo confirmé con los años, que a uno lo salva otra persona y uno construye y se proyecta a través de los afectos y a partir de allí viene la pasión.

La facultad de Derecho terminó siendo entonces el centro de mi acción vital y en ella Felipe; su cátedra de Derechos Humanos resultaba apasionante, tanto por su forma como por su contenido. El tiempo y las acciones nos fueron aproximando tanto dentro como extramuros de la Universidad.

Con Felipe, comenzamos a recorrer caminos y territorios que nos unían en la búsqueda de la transformación y de la justicia. Pude comprobar que aún los adversarios mas acérrimos lo respetaban, porque más allá de principios o posiciones, la actitud humana de Felipe no daba lugar a fisuras.

Recuerdo muchos momentos de alegrías y de las otros, pero de todos ellos quiero detenerme en uno, muy amargo, porque vino del flanco que más duele, del propio, que ya la historia hizo su trabajo y que a Felipe a mi entender lo deja en una cima humana, me refiero a la sesión de la Cámara de la madrugada del 20 de mayo de 2011.

A pesar de que una vez más se había logrado hacerle un amaño a la Verdad y a la Justicia y de la peor manera; esa mañana, junto con otros compañeros fuimos a rendirle homenaje a Zelmar y a las 19 horas marchábamos una vez más en silencio junto a un pueblo doliente y valeroso que no se rendía ni se doblaba ante asesinos y traidores. 

Felipe fiel amigo, de esos pocos que están en los momentos más difíciles sin que sea necesario llamarlos, estudioso, firme, compenetrado en sus argumentos, contundente en sus principios sin perder ni por un instante su grandeza y sempiterna bondad. 

Te puede interesar