Los presocráticos supuestos, descubrimientos, teorías y problemas a los que se enfrentaron

Columnas 24 de febrero de 2021 Por Jorge Barrera
En "Doxografía y Filosofía para profanos", hemos abordado el estudio filosófico a partir de autores. Partimos de Thales de Mileto y fuimos realizado un breve viaje por la filosofía presocrática. Existe otro modo de abordar el estudio, no menos interesante y proficuo...
escuela-pitagorica
“Los pitagóricos celebran la salida del sol” / Óleo de Fyodor Bronnikov, (1827—1902)

Las primeras reflexiones sobre el origen del cosmos.

Se trata de analizar supuestos, descubrimientos, especulaciones y problemas,  construidos por los pensadores en una determinada época. En este artículo intentaremos realizar una aproximación a la filosofía presocrática desde esta perspectiva.

Antes de ingresar directamente en el análisis del pensamiento filosófico, haremos una breve referencia a su antecedente inmediato, “el mito”.

Existe consenso entre los investigadores en el hecho de que  la filosofía comienza con el paso del “mito” al “logos”.

El mito (μῦθος, mythos, «relato», «cuento), es una narración  fantástica, donde generalmente se describen las hazañas de personajes populares en una cultura. Estas narrativas tienen, entre otras funciones, el servicio de brindar explicaciones sobre temas misteriosos.

En el  mito, el mismo personaje, adquiere formas diversas, cualidades y características, similares a lo que sucede en los sueños. Por ejemplo: un dios se convierte en un cisne.

El origen y la constitución del mundo es,  y siempre ha sido, uno de los temas que preocupa desde siempre al hombre,  Así pues, antes que el pensamiento filosófico hiciese su aparición en Mileto, ya los Griegos habían explorado ese tópico. En principio desde el conocimiento vulgar. Desde allí, seguramente,  fue desde donde partieron los primeros filósofos.

Para tratar de reconstruir la concepción popular del mundo que poseían los griegos, podemos hurgar  en referencias homéricas dispersas.

A modo de ejemplo,  enumeraremos a algunas de estas concepciones míticas: El cielo es una semiesfera sólida, similar a un cuenco. El cielo cubre a tierra plana, la parte inferior del espacio entre el cielo y  la tierra, tiene aire o “neblina”, la parte superior es el “eter”. La tierra se proyecta hacia abajo y ahinca sus raíces dentro del “Tártaro”: “En torno del tártaro un cerco broncíneo está tendido” (Hesíodo 726). Existe una simetría o equidistancia  entre  el cielo y la tierra y entre ésta y sus raíces. Un vasto río, llamado  océano, corre en torno al borde del disco terrestre; “Como río que circunda la tierra y fuentes de todas las aguas” (Homero, iliada, 18, 607).

Homero, también,  señala que “océano” rodea la tierra, al decir: “todos los ríos, todo mar, las fuentes todas y los profundos pozos dimanan”.  

La creencia de que océano estuviera formado por agua dulce no sería de extrañar que  proviniera  de la Mesopotamia, donde el Eufrates y el Tigris eran el límite natural del territorio. O tal vez de Egipto, donde el Nilo, cumplía un papel fundamental.

Seguramente, algunos elementos, como el horizonte circular, o la tierra plana, debieron haber surgido de la observación intuitiva del mundo. Pero no así, la idea de un río de agua dulce que circunde la tierra; por lo cual se puede pensar que fueron importados desde otras culturas.

La filosofía tiene que superar ese modo de interpretar y explicar la realidad, si bien se partió de una base cultural y no existió una ruptura radical con el pensamiento popular,  se valió de la razón como instrumento de análisis.

La relación entre el mito y la filosofía es próxima, pero se trata de cosas distintas.

De hecho , Anaximandro, a quien se atribuye la creación del primer mapa, lo dibujó con un diseño circular, en el que las regiones del mundo formaban segmentos aproximadamente iguales. ¿ Dónde radica entonces la diferencia entre el mito y el pensar filosófico? Según Julián Marías, “lo que distingue a la  filosofía es la pregunta que la moviliza: ¿Qué es esto?. A esa pregunta no se puede contestarse con un mito...” (Julián Marías, Pág12).

Según Aristóteles,  es el asombro el que mueve al hombre a filosofar. El griego se extraña de las cosas cercanas y luego de la totalidad, se asombra del “cosmos”, es decir del orden del mundo.  Se pregunta; ¿Qué es esto? Y ahí surge a filosofía.

El filósofo asume una actitud, completamente nueva, llamada teorética opuesta a la actitud mítica.

Si bien la filosofía e un pensar radical, los griegos parten de un supuesto fundamental que no llegan a cuestionar. Al mismo  adhirieron todos los filósofos presocráticos y recién se supera cuando el pensamiento helénico entra en contacto con la cultura judeo cristiana : “de la nada, nada sale”, es decir, es necesario que exista algo, a partir de lo cual se constituye el mundo. Los primeros filósofos le llamaron “Arjé” (ἀρχή), «principio» u «origen» a  la sustancia primigenia y también inicio de todas las cosas. Otro elemento importante, que condujo a la reflexión de los presocráticos,  fue la existencia del movimiento, entendido éste como el cambio de las cosas, ya sea aparente o real. Los griegos lograron observar que los entes  cambian, pero al mismo tiempo permanecen siendo lo que son. Lo frío se calienta, lo verde se hace marrón en las hojas de los árboles, las plantas y los animales crecen, etc. El problema era tratar de conciliar cambio y permanencia, así como, también,  apariencia y realidad. Estos fueron algunos de los principales  tópicos que llamaron a la reflexión de los primeros filósofos.

Como ya hemos señalado,  los primeros milesios situaron el “arjé” en entes materiales:  “Para Thales el “arjé” era el agua. Quizás debido a la importancia de este elemento para una civilización de cara al mar, o por que lo húmedo genera vida como el semen o las semillas.” (Barrera, 2020). Él  postulaba que todo se derivaba del agua,  un único elemento, por lo cual se lo  considera un filósofo “monista” , además, por ser su “arjé” un  principio material, se lo clasifica como un filósofo materialista.

Se abren entonces,  a partir esta primera concepción filosófica del mundo, dos nuevas cuestiones: ¿Existe una única sustancia? a partir de la cual se deriva el cosmos, o ¿existe una pluralidad inicial de elementos?  Anaximandro, Anaxímenes, Heraclito, entre otros fueron como Thales,monistas. Quienes aseguraron la segunda posibilidad, como Empédocles o Anaxágoras,  fueron llamados pluralistas.

La segunda cuestión que se plantearon fue : ¿Tiene la materia, por sí sola, la capacidad de ordenarse y evolucionar? Este supuesto lo defendieron  los materialistas. Por el  contrario, la teoría que presentan los  llamados espiritualistas, expresa que  la materia necesita de una entidad no material, para ordenarse y evolucionar.

 Para Anaximandro, discípulo de Thales,  el primer principio fue “Lo apeiron”, que significa “lo indeterminado”, según Simplicio e Hipólito,  fue el primero en emplear el término “arjé”, para nominar el primer  principio. Afirma que existió “algo”,  que no se identifica con ninguna de las sustancias conocidas, ni agua, ni ninguno de los llamados elementos, pero que permanece independiente y superior a los cambios. Según Plutarco: “ lo apeiron” contenía la causa toda del nacimiento y destrucción del mundo.  Según  Anaximandro,  las cosas se engendran por una segregación, se van separando del conjunto de la naturaleza  por un movimiento como de criba, primero lo frío y lo caliente  luego todo lo demás.

A Anaximandro o siguió  Anaxímenes en la escuela de Mileto. Afirmaba que  “el aire” constituía esta sustancia original, seguramente, a partir de que  la respiración o el aliento,.es la condición esencial para la vida. Postuló que del aire nacen todas las cosas y que al él vuelven cuando se corrompen. El modo concreto de formación de las cosas es la condensación y la rarefacción. El are condensado es agua, tierra, rocas según el grado y rareficado es fuego. Anaxímenes vuelve a Thales, enuncia un principio material conocido, pero avanza al explicar como se produce cambio.

Heráclito de Efeso  asegura que  el fuego es el “arjé”, tomado como principio material, en el fragmento 30 expresa: “Este mundo, que es el mismo para todos, no  ha sido creado por ninguno de los dioses o de los hombres, sino que siempre fue, es y será fuego eternamente vivo, que se enciende según  medida y se apaga según medida”. Pero, ell gran aporte de este filósofo es la introducción del “logos”, a través de él se  asegura la unidad del cosmos:  “si escuchas al logos y no a mí, verás que todo es uno” (fragmento 50). Este logos es el articulador de todos los cambios que se producen en el mundo, es  el que permite y gobierna el movimiento. Según Heráclito, existe una armonía invisible que es más intensa que la visible” (frag, 54).

La respuesta de los pitagóricos.

Los pitagóricos relacionaron  el concepto de “arjé” con los números. Para la escuela pitagórica los números no eran abstracciones (como se considera actualmente) sino elementos reales; Incluso los consideraban la más real de las cosas en el mundo. Por ello creían que eran el principio constitutivo. “el filósofo de Samos, observó semejanzas entre los números, los fenómenos y los seres, mucho más que con el fuego, la tierra o el agua; según Aristóteles, como veía en los números las determinaciones y las proporciones de las armonías, pensó que todo estaba hecho a la imagen de los números y que estos por ser lo primero en la naturaleza, constituia el “arje” o principio creador del cosmos.” (Barrera, 2021)

Parménides e Elea.

Para Parménides, el elemento esencial del cosmos  es el propio ser. Parménides se enraiza con la tradición jónica e itálica, su pensamiento se inserta en la continuidad del pensamiento griego. La primera pregunta que se formularon los primeros filósofos fue: ¿De qué está constituida la realidad y las respuestas fueron: el agua, el aire, el fuego, todas ellas tienen una propiedad en común: Que “son” (Barrera, enero, 2021)

Con Empédocles y Anaxágoras, llega a su máxima expresión la filosofía presocrática, elaboran las mas sofisticadas respuestas que pudieron dar  presócráticos al problema del origen del Cosmos. Ambos fueron pluralistas, Empédocles postula que existieron cuatro elementos primitivos; agua, aire, tierra y fuego, estos elementos se unían por el amor y se dispersaban con el odio. Es decir a los principios materiales, agregó dos fuerzas de carácter espiritual que gobernaban el cambio.

En tanto Anaxágoras, admite también una pluralidad de elementos, que los sitúa en número infinito e incorpora el Nous, como el principio espiritual que todo lo domina.

Recién Aristóteles, dará una respuesta definitiva, a través de la explicación del cambio con su teoría de las cuatro causas. Es decir existe una causa material que es el “arjé” de los presocráticos, una causa eficiente, que se podría identificar con el Logos de Heráclito, el amor y el odio de Empédocles o el Nous de Anaxágoras. Una causa eficiente que podría ser el fuego de Heráclito y una causa final que es hacia donde tiende el cosmos, que se identifica con el primer motor inmóvil; teos «θεος».

Bibliografía.

Aristóteles,(1994) Metafísica. Gredos. Madrid

Barrera, Jorge, (2020), https://me diomundo.uy/contenido/2703/filosofia-y-doxografia-para-profanos

Barrera, Jorge, (2021),  https://mediomundo.uy/contenido/2788/la-escuela-italica

Barrera, Jorge (enero, 2021). https://mediomundo.uy/contenido/2947/la-escuela-de-elea-primera-parte-parmenides

Burnet, J. (1930), Early Greek Philosophy. Londres

Diogenes Laercio. Vida de los filósofos más ilustres. Luarna Ediciones. España.

Francis M. Cornford. Antes y después de Sócrates. Editorial Ariel.  
Julián Marías, . Historia de la filosofía, Manuales de Revista de occidente. Madrid, 1958

Mondolfo, R. (1983), El pensamiento antiguo., 2 vols. Buenos Aires: Editorial Losada

Kirk G. S y Raven, J.E. (1981).  Los filódofos presocráticos.Gredos. Madrid.

Vernant, J. P.  (2013): mito y pensamiento en la grecia antigua, Ariel.

 

 

Te puede interesar