Masas y cuadros

Columnas 13 de julio de 2021 Por Ramón Fonticiella
Me encantan las exposiciones de buenos cuadros y disfruto de las masas de confitería. Pero no es de esas masas y esos cuadros que aquí hablaré, sino de las masas movilizadas y los cuadros sindicales y políticos que le cambiaron la fisonomía al país recogiendo 800.000 firmas contra la LUC.
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Foto: Nuevo Espacio

Hace cincuenta años, cuando militaba en la Juventud Demócrata Cristiana (JDC) en el naciente Frente Amplio, teníamos profundos cursos de formación política, donde analizábamos documentadamente los partidos políticos. Allí aprendí que me preparaba para militar en un “partido de masas y cuadros”, donde no valía tener caudillos, sino quienes transmitieran ideas a las “masas populares”, éstas las asumieran como propias, se organizaran con el apoyo de los “cuadros políticos” y construyeran la fuerza política. 

Aunque el tiempo ha cambiado vertiginosamente, el fenómeno sociopolítico de la recolección de firmas contra 135 artículos de la LUC, fue un renacer de la conjunción positiva de las masas y los cuadros.

La hazaña fue posible gracias a la motivada y sacrificada tarea de los militantes anónimos (la masa), convencidos, organizados y emulando a los referentes (los cuadros).

Se colocan fotos y nombres de personalidades sindicales y de la izquierda política, como figuras claves en el éxito. Por su entrega, su presencia en los medios, su tarea efectiva y efectista, su discurso orientador y motivante, esta campaña tuvo una fortísima columna en ellos, los cuadros. Posiblemente haya algunos relevantes por el reconocimiento público que tienen, pero seguramente en las trastiendas de los sectores políticos y las organizaciones sociales, hay cuadros organizativos, estratégicos y propositivos que impulsaron el movimiento. Por eso no cito a nadie.

Los militantes en orfandad organizativa, quizás hubieran perecido en la primera carga en busca de firmas, aplastados por la indiferencia de la población preocupada por la suba de los precios, la pandemia y el desempleo. Los referentes seguramente armaron la tarea, la impulsaron, enseñaron contenidos y dieron ejemplo encabezando la llegada a las calles y las plazas.

Los tiempos han cambiado y seguirán haciéndolo, pero hay principios elementales que perduran: la soledad, la desorganización, la falta de convicción, la ausencia de preparación adecuada y la carencia de ejemplos concretos, seguirán siendo pecados capitales; la entrega de los referentes a la tarea de desarrollar a sus bases, con mente abierta y ejemplos claros, no cambiarán.

Llámele misterio, milagro, o como quiera a la aplastante victoria popular de conseguir 800 mil firmas en pandemia y de a pie, pero no hay ni lo uno ni lo otro. Hay acción conjunta de los referentes y sus compañeros de base. Éstos no son una tropa de seguidores, son pensantes voluntarios que asumen compromisos individuales, pero que se juntan en colectivos alegres y esperanzados en la tarea que están desarrollando. Eso es “mística”, un elemento fundamental en los planteos de masas y cuadros, una especie de sustancia coloidal,  intangible, transmisible y fermental , positiva , racional y muy alejada del fanatismo, que pega partes a veces muy diferentes.

El 8 de Julio quedó demostrado que masas y cuadros con mística, pueden transformar estructuras. Larga vida a esas organizaciones.

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