Pobre MUNDO

Columnas 07 de junio de 2021 Por William Marino
Mafalda, el personaje creado por el argentino Joaquín Lavado, cuyo seudónimo era Quino, decía hace ya muchos años, a los gritos: “me quiero bajar”.
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Mafalda (Quino)

Nunca supe si se pudo bajar o no. Si sé que fue un personaje de ficción y Quino falleció en setiembre del 2020. Cuando ya hacía más 46 años que no dibujaba este personaje, que con sus frases hacía pensar a los habitantes de esta bendita tierra.  

Hace unos años escribíamos un artículo donde decíamos que desde que el mundo es mundo, jamás tuvo un día de PAZ, sin guerra. Siempre hubo gente poderosa con planes de conquistas de comarcas más ricas, de tierras más fértiles. Pero el hombre no es violento, es ambicioso y egoísta. El hombre es pacífico pero también es envidioso y codicioso. El ser humano es tranquilo pero también gusta de la conquista y la seducción, en ocasiones violentas.  

Pero cuando se juntan estos tres estados de ánimo: ambición, envidia y el deseo de conquista, la violencia ya aparece en muchos estados del ser humano en la actualidad, que no sabe reprimir en su yo interno.  Seguro en la lejanía del tiempo, las comunicaciones eran “muy lerdas y perezosas”. Las matanzas, los asesinatos y las confabulaciones para eliminar a los más débiles estaban a la orden del día.  En nuestro país, desde que Artigas peleó junto con sus Gauchos e indios contra el español invasor, siempre hubieron rencilla a lo largo del silo XIX y principios del XX, unas guerras solo entre los criollos, otras con la participación e instigación de ingleses, franceses, norteamericanos, brasileros y argentinos. Esos condimentos nunca faltaron. Y si somos un granito en el mundo, tan pequeño que casi siempre pasamos desapercibidos. 

Podemos decir que el 2020 fue un año muy complicado para el planeta tierra. La pandemia del Covid19 se apoderó de él y no nos ha dado respiro hasta el día de hoy. Millones son los muertos en el mundo, cientos de millones los infectados. Las secuelas aún son desconocidas. La inmensa mayoría de los gobiernos, prefirieron atender a sus ciudadanos y cerrar sus economías al mínimo, para así desacelerar los movimientos de los ciudadanos. Se dice que este cierre produciría menos contagios y muertes, otros prefirieron dejarlas abiertas, aún a costas de muchos muertos y contagiados.

El fin, en estos últimos años ganó el gran capital, ganó “Don dinero”. Porque no todos perdieron en esta pandemia. Hubo muchos que ganaron y mucho, como el caso de los grandes laboratorios que ganaron en el último año unos 50.000 millones de dólares. Los que venden productos alimenticios no se quedaron atrás en las ganancias. No dejemos  para el costado los que venden armas, pues ellos tal vez son los que más dinero han obtendido en esta pandemia.  

Así como existe “la guerra de los laboratorios”, por colocar su vacuna, mordida mediante, la industria armamentista sigue trabajado a todo tren a lo largo y ancho del mundo. Es mucho más importante colocar armamento que vacunas. Hoy existen unos cincuenta focos de guerra de “baja intensidad” a nivel mundial que, a pesar de que los grandes medios de comunicación ni los mencionan, son políticas de los amos del dinero. Guerra tenemos en Afganistán, Irak, Mali, Siria, Turquía en el Turquestán, Gaza e Israel, Colombia, Venezuela, Haití, Nicaragua, Libia, Marruecos, Nigeria, Somalia, Yemen, Angola, Egipto, Myanmar, Ucrania y decenas de lugares en el mundo.

La potencia militar en muchos aspectos son los EE.UU., pues por algo tiene unas 165 bases militares en el planeta, con decenas de cárceles al estilo Guantánamo. Su presupuesto militar ronda los 650.000 millones de dólar anuales. Aunque los que más sufren es la población civil, como en el caso de los bombardeos aéreos y destrucción de la ciudad de Gaza, que trajo consigo la muerte de 243 palestinos el 50 % de ellos mujeres y niños.  

EE.UU. es el país con más agencias de espionaje del mundo y tal vez de toda la historia de la humanidad, pero también de exterminio de poblaciones enteras. Lo de My Lai en Viet Nan, no fue error ni equivocación, fueron planes concebidos y bien estudiados. Hoy las tropas de ocupación en Afganistán se están para retirar, aunque sea solo de palabra, pues dejaran un ejército de mercenarios a lo largo y ancho del país.  Por otra parte hoy se sabe, según lo denuncia el portal de los EE.UU., The Intercept, que los servicios de la CIA, la USAID  junto a otras agencias crearon la “O.I.” una unidad de exterminio.  

Dicho portal da datos del asesinato de más de 50 civiles en horas de la noche en la provincia de Wardak. La edad de los civiles oscilaban entre los 8 y 70 años, niños, jóvenes, viejos, mujeres. Según la organización de los derechos de los EE.UU., HRW, la CIA manifiesta que: “Elimina a los aliados de los Talibanes y mata a los niños porque son los posibles enemigos del futuro”.  Esos dichos no están muy alejados de manifestaciones de ex integrantes del ejército de Israel cuando mata a los civiles palestinos.  También podemos pensar que eso es lo que le han inculcado a los militares colombianos cuando en los últimos llevan ejecutados más de 1.000 civiles, más que nada líderes sociales y campesinos.

Seguro hoy todo ha cambiado, aun respecto de ayer, aunque la derecha sigue trabajando lenta pero segura. Sigue creando esas guerras de baja intensidad, pero también incita a sus propios aliados que se peleen y maten entre ellos, por bienes materiales que jamás podrán llevar a su tumba.  Paul Valery un filósofo francés, (1871-1945) decía: “la guerra es una masacre de gente que no se conoce, para el provecho de gente que sí se conoce, pero no se masacran”.

                                                                                  WILLIAM  MARINO

PD: En homenaje a los más de 100.000 trabajadores asesinados en la Comuna de Paris. De cuya derrota se cumplieron 150 años, el 28 de mayo.   

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