¡Es ahora Presidente!

Columnas 22 de marzo de 2021 Por Tany Mendiondo
Demorar un día es exponernos a consecuencias graves, basta de esconderse en presuntas campañas de contras desde la política....
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El gobierno y su coalición multicolor representa más de la mitad de los uruguayos, y el partido político mayoritario, el Frente Amplio, se ha ofrecido una y otra vez al trabajo conjunto, acompañando los planteos del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), eso sí marcando y proponiendo con claridad y contundencia lo imperioso de políticas que permitan a la población en general enfrentar la pandemia con los protocolos que correspondan, teniendo aseguradas las necesidades básicas. En abril de 2020 (no nos cansamos de repetirlo), con posterioridad a la audiencia entre el presidente de la República y nuestra fuerza política, se presentaron siete Proyectos de Ley y cinco Minutas de Comunicación. Todas en el mismo sentido, no hay combate a la pandemia, no hay posibilidad de ajustarse a los protocolos si el Estado no provee los recursos. 

Hay soberbia en el gobierno. Y con distintos grados porque son distintas las responsabilidades, todos estamos inmersos en lo mismo, confieso por aquello de que “la caridad bien entendida empieza por casa” que siento impotencia por no haber logrado persuadir de que se tome conciencia en parte de mi propia familia. Desde ese lugar, de asumirlo todo, es que me permito opinar. 

Sr. Presidente, la responsabilidad de la libertad individual requiere de unir a todo el sistema político y sincerarse con la sociedad. Cuando la cosa venía bien todos los días aparecía alguien del Poder Ejecutivo en la cadena nacional de informativos. En noviembre, cuando la realidad y los números cambiaron negativamente, comenzaron a esconderse. El GACH, una de las fortalezas científicas que el Uruguay exhibe al mundo, sugería medidas que no eran tomadas o se las hacía parcialmente. El 7 de febrero, hace casi dos meses,  los científicos aconsejaron medidas que el Ejecutivo ignoró,  culminando con la conferencia de prensa de la semana pasada,  monopolizada por el Presidente de la República, en donde luego de cuatro días de una expectativa que había creado en la población y que todo indicaba que por fin se iba a seguir el camino indicado por la ciencia, terminan anunciando “tibias”  e “insuficientes” medidas. El entrecomillado se atribuye a organizaciones médicas de nuestro país. No discutimos la metáfora de las perillas, pero el fin último del combate a la pandemia es la salud y la vida, no hay perilla posible frente a la muerte. 

No discutimos, es más valoramos aquellas políticas que coexistan e interactúen entre lo sanitario y lo económico social. A lo asesorado por el GACH, se le suman los posicionamientos hechos públicos por la Academia Nacional de Medicina, por la Sociedad de Intensivistas, por la Federación Médica del Interior (para nombrar algunas), implorando desgarradamente de que está en riesgo de colapso el sistema asistencial de salud. ¡No se puede hablar más de turismo! cuando tenemos la gran mayoría de nuestras poblaciones en rojo en la escala de Harvard y un virus con circulación comunitaria en fase 4 según la OMS. El momento es impropio, y me atrevo a decir inmoral, para hablar cuestiones como el déficit fiscal, el ahorro, o la deuda. Uruguay tiene una inmensa espalda financiera y económica, es la espalda que su gobierno presenta en los informes internacionales ante inversores. En la misma espalda que todas las calificadoras sostienen en grado inversor.

Es la hora del sistema político, con usted liderando porque así lo quiso la ciudadanía: cierre filas siguiendo escrupulosamente las sugerencias del GACH, incluyendo una batería de medidas que provean los recursos imprescindibles para la sobrevivencia de la población. 

La inmunización del rebaño llevará unos meses. Nuestros profesionales de la salud lo están haciendo y bien. Las vacunas llegaron, éxito que le reconocemos al Poder Ejecutivo, pero si no hay una respuesta desde la política que se haga cargo de inmediato, se corre el riesgo de perder el tiempo, y en este caso el tiempo son vidas y son enfermos. 

¡Es ahora presidente! El que tiene que mover es usted y descarto que estaremos todos. Nuestro adversario común es la pandemia y sus horribles consecuencias. 

-Tany Mendiondo-

 

 

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