Miércoles 1 de Febrero

Columnas 27 de enero de 2023 Por William Marino
Los trabajadores del diario El Popular (1957-1973) realizan un acto, donde vio luz la primera edición, en Justicia 1982, casi Lima. Hace ya muchos años que se reúnen, para recordar un hecho histórico en la prensa de nuestro país, la salida de un diario unitario, con la palabra del movimiento obrero, social y estudiantil.
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Por eso los ex trabajadores del diario y público en general dirán una vez más presente el miércoles 1, a las 11 de la mañana, en Justicia y Lima. Siempre se ha dicho que son en muy pocos lugares en el mundo donde los trabajadores de una empresa le realizan un homenaje a su lugar de trabajo. Pero lo que las generaciones de hoy saben que los trabajadores que allí estábamos, no estábamos, o mejor dicho no era un trabajo, era un lugar de MILITANCIA.  

Cuantos “dolores de cabeza” nos trajo esa definición. Eso nos llevaba a tener que escuchar insultos de compañeros pues no entendían porque allí se ganaba menos que el laudo de los trabajadores de los otros diarios. Eso siempre fue aprovechado por la derecha que jamás dijo nada cuando los gobiernos de turno repartían los avisos oficiales, que al diario El Popular casi nunca le tocaba por lo menos uno. Cuantos dolores de cabeza, le daba una salida después de las 3 y 15 de la madrugada para poder llegar en el día al norte del Rio Negro.

Pero aquí en Montevideo también teníamos nuestros problemas, pues los canillitas si llegábamos después de las 6 a las, era raro que lo esperaran o vinieran más tarde a sacarlo. Otro gran tema era la venta militante. Podemos decir que era una especie de abrir nuevos mercados. Pero el canillita decía que le sacábamos clientes, pero la cosa no era así. Pues el futuro lector de todos los días se le pasaba al canillita. Que complicado parecía todo. ¿Pero lo era de verdad? Si porque había muchas que comprar y por lo tanto pagar. Desde el papel, pasando por la tinta, las matrices, que eran un cartón duro especial que soportaba una gran temperatura. No me quiero olvidar del plomo o los repuestos para la rotativa, los linotipos y mandar a realizar los grabados. También pagar, boletos, y mantener en forma las maquinar de escribir. El tener siempre en forma las maquinas de foto y para que esto funcionaran había que comprar rollos. Todos esto sin llegar hablar de los sueldos de las decenas de compañeros que allí Militaban. Además, la luz, el agua, el teléfono o las famosas teletipos. Todo llevaba dinero, mucho dinero.

Cuando salió el 1 de febrero, su precio de venta era el precio de un boleto $ 0.08. El canillita pagaba por el diario $ 0.04. la distribución por la vía comercial -canillitas- costaba los primeros 1.450 diarios. Al carecer de avisos oficiales y de las grandes empresas, Que importante era la venta militante, que en su momento llego a vender, en determinados días. más que la venta comercial. También aquí hay que decir algo muy importante y fue los suplementos especiales, por solo nombrar uno el del 1 de mayo, con decenas, tal vez pasaban el centenar de avisos, de los sindicatos eso siempre le permitió al diario afrontar un recurso financiero extra. Otro gran recurso era la Campaña Financiera de fin de año que se realizaba para poder pagar los aguinaldos en el diario. Como no recordar la comisión de recursos del diario, con sus festivales, sus rifas y ventas de cuadros, Nunca fuimos un diario que estuviéramos en el pódium de la venta, pero si podemos decir que llegamos a ser el diario guía de la clase obrera organizada y de los estudiantes en la lucha por la Ley Orgánica y el boleto gratuito. Fue el diario de toda la izquierda, fue el diario de la unidad sin exclusiones.

Fuimos el diario que defendió la Revolución cubana, el que vio surgir el Frente Izquierda de Liberación, Fuimos el diario de la unidad sindical en una sola central, fuimos el diario del congreso del pueblo, fuimos el diario del Frente Amplio. Pero también fuimos el diario de los deportes grandes o chicos, fuimos el diario de los suplementos, el del trabajador, pero también del campesino, el diario de los pequeños comerciantes, pero también de los intelectuales, también de los artistas y de los deportistas. Siempre estuvimos en las fábricas y en los talleres, en las obras de construcción y en puerto. Con los bancarios y los obreros de la carne. Estuvimos junto a la marcha de los cañeros y los textiles de Juan Lacaze. La marcha de los tamberos y los remolacheros.

    Fueron 17 años de lucha por estar en la calle, en la lucha por la libertad porque los más infelices fueran los más privilegiados al decir de Artigas. Un 30 de noviembre la dictadura cívico-militar nos clausuro en forma definitiva. Antes de eso el 9 de julio nos destruyeron el diario. A partir de entonces el diario El Popular paso a ser historia y sus integrantes se desperdigaron por el mundo. Luego restablecida la Democracia en 1985 supimos todos con mucho dolor que habíamos tenido un DESAPARECIDO, Juan Manuel Brieva y la compañera Norma Cedres había sido asesinada en la cárcel de mujeres de Punta de Rieles.

    Por eso, por lo que significó el diario El Popular, para el pueblo uruguayo, los que allí trabajamos nos juntamos el 1 de febrero a las 11 en punto a homenajear los 66 años del primer ejemplar del diario El Popular.

                                                           WILLIAM  MARINO

 


           

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