Vaz Ferreira y la Ciencia

Columnas 05 de julio de 2022 Por Jorge Barrera
Nuestro filósofo, como todos los pensadores de su generación en nuestro país, tuvo una primera etapa en la que se vio encandilado por el positivismo de Spencer. Sin embargo, también estará entre los primeros críticos de “cierta forma de positivismo”.
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Vaz Ferreira junto a Albert Einstein

“Carlos Vaz Ferreira se encuentra situado en el centro de una corriente de pensamiento que en el primer cuarto del presente siglo ha reaccionado vivamente contra las estrecheces del positivismo y de la ciencia. Que nadie crea, con ello, que esa reacción tan repetidamente mencionada a lo largo de toda su obra vaya a hacer de Carlos Vaz Ferreira un anti racionalista como ciertos científicos “ (Romero, pág.44)

El pensador montevideano, fue capaz de tomar distancia, sobre ese modo de interpretar la realidad. Eso no fue un impedimento, no obstante, para que tratará de rescatar aquellas ideas del positivismo, más importantes, para la construcción de un pensamiento crítico y reflexivo, en el que la metafísica ocupa un importante papel.
“...el conocimiento de la Metafísica es indispensable para ser un verdadero positivista en ciencia. El hombre de ciencia que no es a la vez un metafísico, no dejará, si tiene alguna predisposición a profundizar las cuestiones, de percibir las deficiencias de sus fórmulas y símbolos como expresiones de la realidad; y, precisamente porque no sabe que no son más que fórmulas y símbolos, puede acabar por encontrarlos sospechosos y llenarse de preocupaciones respecto a su uso” (Fermentario, pág. 113)

Su respuesta, a la relación entre Ciencia y Filosofía, forma parte del modo de pensar correctamente.
Según Ardao, son dos las ideas directrices que constituyen el pensamiento de Vaz Ferreira, sobre el particular: la primera es que entre Ciencia y Metafísica no hay diferencias de esencia, sino solo de grados y la segunda que tal comunidad de esencia no se la impone la Ciencia a la metafísica, sino, la Metafísica a la Ciencia.

Para el filósofo uruguayo la dimensión gnoseológica es una sola. En la forma de conocer el mundo no hay diferencias esenciales, sino, solamente, diferencias de grado.
Que la Ciencia y la Filosofía constituyen un gradiente en un espacio ininterrumpido, es, entonces, un supuesto fuerte de su pensamiento.

Su concepción gnoseológica reposaba sobre un supuesto ontológico: “toda la experiencia es esencialmente una, no resultando en el fondo todas sus variaciones sino diferencias de grado” (Ardao, Arturo)
Vaz Ferreira no traza una línea divisoria entre los diferentes modos del conocer, sino, que entiende que todos constituyen un continuo. Sin embargo, queda un espacio difuso donde no se sabe si estamos ante problemas metafísicos o científicos; una especie de “tierra de nadie”, que impulsa al filósofo a la ciencia y al científico a filosofar.

Entre la ciencia y la filosofía hay una región intermedia que frecuentan tanto los científicos que vienen de un lado como los filósofos que vienen del otro. “La única diferencia está en que, en ciertas ciencias, la capa solidificada, diré así, es más espesa: hay que profundizar más para llegar a los problemas filosóficos, en tanto que en otras ciencias la filosofía está a flor, y se la encuentra por poco que se ahonde.” (ibid)
Por otra parte, según nuestro pensador, el mejor remedio para no hacer metafísica mala, es hacer metafísica buena.

Frente a la insuficiencia de los discursos, el uso de las metáforas permite comprender, con mayor claridad, aquello que al lenguaje descriptivo le resulta imposible. En sus obras Vaz Ferreira utiliza varias metáforas, para explicar la relación entre la metafísica y la Ciencia. Una de ellas es su famosa comparación de la relación Ciencia y Metafísica con el iceberg, que se encuentra sobre el océano, concluye que la Ciencia es Metafísica solidificada, es agua igual que el mar, pero en otro estado de agregación. Es decir, está constituida del mismo material, simplemente, en un estado donde se puede apresar más fácil.

“En medio del "océano para el cual no tenemos ni barca ni velas”, la humanidad se ha establecido en la ciencia. La ciencia es un témpano flotante. Es sólido, dicen los hombres prácticos, dando con el pie; y, en efecto, es sólido, y se afirma y se ensancha más cada día. Pero por todos sus lados se encuentra el agua; y si se ahonda bien en cualquier parte, se encuentra el agua; y si se analiza cualquier trozo del témpano mismo, resulta hecho de la misma agua del océano para el cual no hay barca ni velas. La ciencia es Metafísica solidificada.” (Fermentario, pág. 116)
También en Lógica Viva, aparece la comparación con el mar, para señalar lo trabajosos y difícil de ingresar en terrenos profundos y mostrar las facilidades que presenta hurgar en terrenos más superficiales.

“Podemos representarnos el conocimiento humano como un mar, cuya superficie es muy fácil ver y describir. Debajo de esa superficie, la visión se va haciendo, naturalmente, cada vez menos clara; hasta que, en una región profunda, ya no se ve se entrevé solamente (y, en otra región más profunda, dejará de verse del todo). Si imaginamos un espectador de ese mar, que, intentando describirlo, o un pintor que, procurando reproducirlo, se obstinara en darnos, de las capas profundas, una visión o una representación tan clara como de las capas superficiales, tendríamos el sofisma fundamental de la metafísica. La metafísica es legitima; más que legítima: constituye y constituirá siempre la más elevada forma de la actividad del pensamiento humano, mientras no pretenda tener el aspecto de claridad y precisión de la ciencia." (Lógica Viva, Pág. 151)

El problema se presenta cuando el filósofo pretende mostrar la realidad, desde la metafísica, como la muestra el científico. Este último nos muestra un recorte, un modelo, no pretende mostrar la realidad, tal como es, no busca “el neumeno” al decir de Kant, sino, “el fenómeno”. Es decir, aquello que se presenta directamente a nuestros sentidos. “La metafísica ha cometido el error de querer ser precisa, de querer ser geométrica, planteando cuestiones y estableciendo fórmulas verbales afectadas casi universalmente de falsa precisión y de inadecuación, como lo están no sólo las demostraciones metafísicas, sino generalmente sus mismos problemas.” (Ibid, pág. 151)
Según Paloma Pérez, “el punto de partida vazferreriano es el reconocimiento de una realidad que nos supera”, la realidad es mucho más rica de lo que nosotros podemos conocer, no obstante, podemos entrar en contacto con lo real de diferentes maneras. “Disponemos de dos grandes herramientas para acceder a esa realidad: la lógica (para organizarla y hacerla así manejable) y el lenguaje (para hacerla sólida y poder así compartirla). Gracias a ellas (aunque no sólo con ellas) construimos teorías científicas y sistemas filosóficos” (Pérez Paloma; Pág. 802)
Deberíamos agregar, la metáfora, ese instrumento que la filosofía utilizó desde los orígenes del pensamiento organizado.

Entre los presocráticos, podemos recordar las metáforas de Heráclito, cuando nos advertía que “no se puede descender dos veces al mismo río”, o cuando al explicar el cosmos nos dice que este mundo “es fuego eternamente vivo”. También Parménides, al tratar de caracterizar el “ser”., echa también mano a la metáfora, nos dice que similar a una esfera compacta. Más adelante, Platón, uno de los grandes filósofos de la Grecia clásica, comparaba al alma humana con “un carro alado tirado por dos corceles”. Así mismo, para distinguir el mundo sensible del mundo inteligible, representó al primero como una caverna. Más adelante, en la modernidad, Kant nos dirá que las intuiciones sin conceptos son “ciegas” y los pensamientos sin contenidos son “vacíos”. Ese mismo lenguaje metafórico es que utiliza Vaz Ferreira, ante la insuficiencia del lenguaje natural. Nuestro filósofo ha expresado, en diferentes obras, que la realidad es muy compleja, poniendo énfasis tanto en las dificultades del lenguaje para definirla, de las categorías para clasificarla o de los sistemas para explicarla.

En Lógica viva, nuestro pensador, había expresado las limitaciones de los sistemas para atrapar la realidad. El sistema es siempre un recorte que deja afuera gran parte de lo que se tiene delante.

"Hay dos modos de hacer uso de una observación exacta o de una reflexión justa: el 
primero es sacar de ella, consciente o inconscientemente, un sistema destinado a aplicarse en todos los casos; el segundo, reservarla, anotarla, consciente o inconscientemente también, como algo que hay que tener en cuenta cuando se reflexione en cada caso sobre los problemas reales y concretos" (Lógica Viva, Pág. 154) 

Las limitaciones de los sistemas son dos: primero, puesto que los sistemas simplifican, siempre hay algo de la realidad que el esquema no atrapa; segundo, puesto que cada situación concreta es distinta, el querer aplicar un sistema, ya hecho, en lugar de ponerse a la tarea de pensar equivale simplemente a negarse a mirar la realidad que se tiene delante. 

Por otra parte, toda teoría científica tiene el límite del lenguaje. La Ciencia debe comunicar sus hallazgos, ya que es una actividad inminentemente social. Ahí tenemos un nuevo problema, el de tratar de apresar lo real en los estrechos márgenes de los discursos.

Asimismo, las clasificaciones construyen clases convencionales, pero, difícilmente puedan abarcar toda la realidad, además, es muy raro que tales divisiones sean permanentes y no pocas veces dejan algunas entidades afuera de las referidas clases. El mismo lenguaje, según Vaz Ferreira es un sistema de clasificación, por lo tanto, todos los problemas del lenguaje, son también limitaciones de las taxonomías. 

La naturaleza humana es entonces la que simplifica, por comodidad, la compleja realidad para comprenderla, abarcarla y comunicarla a los demás, preparando ya el camino para el convencionalismo científico.

Jorge Barrera

Ex columnista del Periodico “Los Principios” de San José. Ex Director de la revista “Veamos”. Prof. de Filosofía. Diplomado en Ciencias Sociales. Magister por la Universidad de Barcelona y Por Flacso Uruguay. Ex Director y ex Inspector de Educación Secundaria. Actualmente Profesor del IFD de San José. Integra el grupo de Reflexión Latinoamericana. 

Bibliografía

Ardao, Arturo. Ciencia y metafísica en Vaz Ferreira.  Ardao_meta.pdf (fic.edu.uy)

Filosofia Y Ciencia en Carlos Vaz Ferreira. Tesis presentada por D.José María Romero Baró para obtener el título de Doctor en Filosofía. Barcelona, Octubre de 1989.

La búsqueda de la verdad: filosofía y ciencias en Carlos Vaz Ferreira

Autor:Paloma Pérez-Ilzarbe.Departamento de Filosofía, Universidad de Navarra

Vaz Ferreira, Carlos. Lógica Viva. 011 CVF - Lógica viva.pdf

Vaz Ferreira, Carlos. Moral para intelectuales.012 CVF - Moral para intelectuales.pdf

Vaz Ferreira, Carlos.(1953). Fermentario, Colección de clásicos uruguayos, Montevideo

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