Gustavo Petro y Francia Márquez: Una propuesta diferente para el pueblo de Colombia

Columnas 02 de julio de 2022 Por Natalia Camacho Salcedo
El 19 de junio de 2022 en Colombia, se produce un hecho político muy importante. Las y los colombianos eligen mediante voto popular a Gustavo Petro Urrego como Presidente y a Francia Márquez como Vicepresidenta.
Petro y Marquez

Petro, quien posee estudios en economía, administración pública, medio ambiente y en su trayectoria política, fue alcalde de Bogotá y también Senador de la República será el encargado de liderar el proceso de transformaciones junto a Francia Márquez, quien posee estudios en abogacía, en agro y es especialista en escritura creativa.

Francia ha recibido reconocimientos importantes; en el 2015 recibe el Premio Nacional de Derechos Humanos, y  en 2018 el Premio Ambiental Goldman en 2018. A su vez, fue reconocida  por la cadena la BBC de Londres como una de las 100 mujeres más inspiradoras e innovadoras del mundo durante 2019. En cuanto a su trayectoria política, ha sido candidata a la Cámara de Representantes, alzando su voz en contra del extractivismo y la destrucción del medio ambiente; Fue Presidenta del Comité Nacional del Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia.  

Vale decir que en Colombia, al igual que los países de la región se encuentra divida en dos grandes bloques que según los ideales políticos se enmarcan en el progresismo o el neoliberalismo,  aunque la contradicción principal siempre se expresa en la batalla entre izquierda y derecha.

Por consiguiente,  se abre una nueva etapa en la que la nueva dirigencia política está en manos del progresismo. Sin embargo, hay que subrayar que los resultados arrojaron una diferencia de 700.601 mil votos a favor de Gustavo y Francia,  lo que muestra que las propuestas del candidato Rodolfo Hernández, orientadas  al ataque a la corrupción y la reducción de gastos y costos estatales, también hicieron mella en las más de 21 millones de personas que votaron.

Cabe preguntarse ¿Cuáles fueron los motivos que le dieron el voto de apoyo a Gustavo y a Francia?  Durante la campaña presidencial se observó una fuerte apuesta al medio ambiente, la tecnología, los derechos de las mujeres, la paz, el amor y la vida, anclas fundamentales para construir la histórica victoria.

En este sentido, precisamente hay un sector del país que se identifica o quiere Vida, y este reclamo se traduce al desarrollo  de políticas y acciones del Gobierno a favor de la dignidad de las personas, lo cual incluye mejorar la educación, economías amigables con la sociedad y la naturaleza, diálogo con las partes implicadas en el conflicto armado, entre otras.

En consecuencia, hay un pensar-sentir colectivo que se inclina por las políticas a favor de la construcción de la vida, la tolerancia con quienes piensan diferente,  el crecimiento económico, la disminución de la pobreza y no al terrorismo de Estado, como herramientas políticas transformadoras del rumbo histórico del país. 

Hay una inmensa mayoría de colombianas y colombianos que no quieren más violencia y considera que las acciones gubernamentales a favor de la paz y la disminución de la pobreza no pueden seguir siendo deseos de la sociedad sino que deben ser hechos que permitan construir un país más justo, más próspero y más igualitario desterrando la corrupción, la violencia y la desigualdad social.

Según un reciente informe del Departamento Nacional de Estadística (DANE) se indica que 39,3% de la población total del país tiene pobreza monetaria y por consiguiente persiste la desigualdad social. La ausencia de políticas vinculadas  al desarrollo humano y social, teniendo en cuenta que  Colombia es un país con diversidad de riquezas tanto naturales como culturales y sociales, fue determinante para encarnar movilizaciones sociales, de gran convocatoria, que involucraron a colectivos representativos de distintas organizaciones de la sociedad civil. Ahí empezó a construirse la victoria de Petro y Márquez, en la calle, acumulando fuerzas y agrupándose colectivamente. 

El resultado electoral confirmó esa estrategia que consiguió apoyos de una gran parte de la población que se cansó de la política imperante en los últimos años y que decidió darle la oportunidad a Petro y Márquez de llevar adelante lo que se planteó en la campaña.

No obstante,  hay que tener en cuenta que hay una población inconforme con el ejercicio político colombiano de los últimos años, entre los cuales hay quienes perdieron la esperanza de un proceso orientado a la transformación social, política y económica. La situación de corrupción, enriquecimiento ilegal de algunos y el abandono estatal, han conducido a un proceso de hastío de la política, debilitamiento de la democracia y descreimiento del Estado como instrumento al servicio de la sociedad. 

Vale decir que más allá que hubo una participación histórica, la abstención todavía tiene una expresión importante. 

Las 11 millones de personas que apostaron al cambio, tienen la esperanza de ver logros para el país, por tanto sus expectativas son elevadas. El desafío es consolidar esos respaldos y sumar en el proceso a quienes a pesar de no haber votado, están cansados  del continuismo neoliberal de varios años y desean cambios importantes para Colombia.

Natalia Camacho Salcedo es  psicóloga, posee estudios en educación y política y se interesa en el estudio de la política colombiana.

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