A solicitud de algunas noveles colegas ex -estudiantes de mis cursos. Quiero dejar este modesto aporte, como actividad de extensión del IFD de San José La idea es poner, a disposición de los eventuales concursantes y de los lectores en general, un resumen para desarrollar los temas de filosofía de la educación en el concurso de Educación Primaria. No pretende ser un planteo excluyente, sino, simplemente algunas ideas para seguir pensando y desarrollando. (parte 2)
Aplicando el sagrado principio de desigualdad ante la ley
El 7 de octubre de 2023 se rehizo la agenda de nuestras sociedades. La informativa, la política, la militar, la cultural, la ética. A causa de la enorme circulación de la info por todo el planeta, buena parte del conocimiento de los acontecimientos –no todos− circula a menudo simultáneamente, o casi, con lo acontecido. ¿Qué nos significa ver matar de a centenares, de a miles, a civiles, adultos, niños?, ¿desfilar ante nuestros ojos la destrucción edilicia de toda una ciudad, bombardeadas sus instalaciones sanitarias, alimentarias, de transporte, sus redes de agua estalladas y humanos atrapados por doquier en los escombros?
03/02/2025 Luis E. Sabini FernándezEnterarnos de la política fríamente calculada de impedir el acceso de agua y alimentos a población cercada con evidentes signos de necesidad, bebés muriendo por falta de líquidos, de alimentos, por hipotermia…
La pregunta que acabo de formular no se refiere al copamiento guerrilleril desencadenado por Hamás en la madrugada de ese día, tan cruento (porque se estima que en el cuartel regional que Israel había erigido en la Franja de Gaza, fueron “ajusticiados” decenas, probablemente cientos de policías o militares; algo que por sus dimensiones no tiene precedentes en la lucha establecida por los palestinos resistiendo el asentamiento “packman” sionista, adueñándose de Palestina, ni siquiera en episodios durante la huelga insurreccional de 1936-1939, con una violencia bastante generalizada.
Tampoco nos referimos al intento casi simultáneo de toma de rehenes para canjear por los numerosos palestinos presos, a menudo “administrativamente”, sin delito a la vista, que otros grupos palestinos clandestinos (o el mismo Hamás) llevaron adelante esa misma mañana tras el copamiento guerrillero, y que tuvo varios desenlaces trágicos, porque la población israelí suele estar armada, y el intento de tomar rehenes significó a veces la muerte de los secuestradores, a veces la de los victimados (aun así, el volumen de la toma de rehenes transportados “con éxito” a la Franja tampoco tuvo precedentes; se contó 240).
Tampoco nos referimos a la versión oficial israelí, que habló de 1400 judíos asesinados ese día –guarismo que ni lejanamente ha podido ser verificado por periodistas de investigación− (y que el gobierno luego redujo ligeramente a 1300, porque descontaron los palestinos matados durante la reacción israelí), versión que incluía bebitos asados, mujeres desventradas, senos de mujer convertidos en pelotas y demás “relatos” propios de la fábrica de “información” a la que el sionismo y corrientes afines nos tiene acostumbrados.
No nos referimos entonces a ese inusual y violento operativo guerrillero palestino, sin precedentes, con un alto nivel de vidas perdidas (judías y palestinas). Ni siquiera a la muy criticable política de tomar en frío rehenes.
La demora de 6 horas, casi 7, que insumió la reacción o el contraataque israelí, ha hecho pensar a muchos que se trató de un operativo tipo “Pearl Harbor”, para que funcione con éxito político y mediático la “respuesta de los (presuntamente) atacados”. Y poner así en marcha, la doctrina Hannibal.
A lo que nos referimos es al desafío que plantea a nuestra sociedad y a su tejido cultural la reacción del Estado de Israel ante la incursión violenta de Hamás, Yihad, etcétera.
Indudablemente, el régimen sionista venía, desde 2006 “apretando los torniquetes” sobre la FdG de un modo cada vez más inhumano, alcanzando un grado de intromisión y crueldad pocas veces registrado: casi veinte años regulando a la baja todo alimento, saboteando todas las instalaciones de agua, dificultando su potabilidad, contaminando las tierras (otrora de agricultura ejemplar), dificultando toda actividad sanitaria, médica, quirúrgica; casi veinte años obligando a la población a caminar dentro de corredores de rejas a veces tan ceñidos que ni erguidos algunos podían ir, veinte años de abusos cotidianos, de vejaciones, como dejar a una mujer con dolores de parto en una barrera “de control” hasta finalmente tener que parir allí mismo, con o sin asistencia, detrás de alguna planchada de cemento, animalizada por la vista hostil de la guardia de “la autoridad ocupante”.
Este proceso lleva más de un siglo. Pero como con los círculos del Infierno del Dante, ha ido reconociendo agravamientos.
Aunque casi se podría haber sospechado este desenlace si tenemos en cuenta que los sionistas asesinaron en 1924 a un judío, poeta, que se negó a cortar el diálogo que como miembro de la comunidad judía mantenía con palestinos árabes, probablemente musulmanes, o que en plena década del ’30, cuando el nazismo ya había puesto fuera de la ley a casi todo el abanico político nacional (sometido a expulsiones sumarias o a campos de concentración a socialistas, comunistas, anarcosindicalistas, cristianos, judíos), los sionistas mantenían sus órganos de difusión bregando por su establecimiento en Palestina, tolerándose mutuamente y hasta confraternizando sionistas y nazis, organizando un plan de conveniencia mutua para exportar bienes industriales alemanes al Cercano Oriente: a los judíos se les confiscaba sus ahorros en el 3er Reich a cambio de maquinaria que a su vez podían colocar los sionistas en los países del Cercano Oriente y reembolsarse así los fondos confiscados.
Durante estos casi veinte años (con la promesa del “carnicero” Ariel Sharon de hacerles la vida imposible) el “tratamiento tipo” ha sido siempre el mismo: responder a una demanda −como la Marcha por la Tierra, llevada adelante en 2018 y 2019 sin palos ni piedras, con solo pancartas, y miles de gazatíes hambrientos− con balas certeramente alojadas en los ijares de los manifestantes. Y cuando se acumularon los muertos desangrados, el jefe de los francotiradores israelíes advirtiendo el daño mediático de asesinar fríamente a tanta gente desarmada –oficial de “el ejército más moral del mundo”− ordenó cambiar de blanco; a los tobillos, para no generar muertos sino lisiados (que recargarán lógicamente a la población “vasallo”).
La Marcha por la Tierra tuvo en Yahya Sinwar uno de sus promotores. Sin disparar no ya una bala, ni siquiera piedras, los palestinos “cosecharon” centenares de muertos e incontables tullidos.
Ésa es la contabilidad sionista de los cuerpos.
Se trata de algo que entendemos sin precedentes. Una violencia tan excesiva, desmesurada ante una demanda, ¿Cómo enmarcar lo que está pasando, tanto en la historia de la relación palestinos-sionistas, como en nuestra propia historia, particular, y, por último, como humanidad?
Al mismo Sinwar se le atribuye –años después−el plan del copamiento del cuartel israelí en Gaza y de la toma de rehenes en zonas próximas a la franja. ¿Se le puede criticar su adopción de operaciones violentas?
Frente a la hipótesis de la celada tendida también es cierto que los humanos maltratados, exprimidos, basureados, vilipendiados, aherrojados hasta el límite de sus fuerzas, ensayan intentos de “tomar el cielo por asalto”:
−Aníbal el cartaginés llegó a poner en riesgo el poder romano, por entonces inmenso; −Tupac Amaru hizo trastabillar el poder hispano colonial sudamericano;
−y la República de Palmares –“apenas” negros esclavos fugitivos− resistió más de un siglo en el corazón del Mato Groso contra la economía esclavista portuguesa en pleno siglo xviii, y fue finalmente vencida sólo cuando Portugal envió un ejército estimado en 120 mil hombres…
Yahya Sinwar resultó primera prioridad como objetivo del ejército sionista al serle atribuida toda la ingeniería del 7 octubre, acusándolo de lo peor. Sin embargo, su historia personal abrió la interrogante: ¿se puede abusar sin límites del poder sobre otros humanos (y encima atribuirse el derecho a calificar la calidad de su comportamiento)?
Entiendo que, inevitablemente, tenemos que mirar hacia atrás. Y hacia adentro, porque este conflicto lleva más de un siglo. Y porque también es cierto “que no hay nada nuevo bajo el sol”.
Entre los momentos claves para inteligir este conflicto, el final de la IIGM es clave y me permito remitir al lector a, por ejemplo, a mi artículo “El estado mundial: lo que nos ofrecen los dueños del mundo”, 2 noviembre 2022, https://revistafuturos.noblogs.org/.
Con el colapso soviético, pudimos visualizar otro momento clave incidiendo en el drama palestino-israelí.
Los núcleos dirigentes occidentales, armados del aparato represivo norteamericano constituido en policía planetaria reverdecieron con la expansión de los proyectos hegemónicos al fin de la IIGM. En particular, los miembros de los “5 Ojos”.
Los ‘90 disiparon dudas y permitieron visualizar lo que un paper de intelectuales orgánicos de la élite intelectual de EE.UU. tituló: “A report of the Project for the New American Century”, setiembre 2000. En él se analiza las posibilidades y las potencialidades de las “defensas militares” de EE.UU.
Junto con esta remilitarización que registramos con el nuevo siglo, vemos la prédica, invertida, de la paz, la defensa y muy particularmente, del mantenimiento del orden. Lo que, invocaba machaconamente, Joe Biden con su consigna: “el orden basado en reglas”. Aunque el fraseo bideniano no nos impedía ver “la guerra” en muchas, demasiadas partes del mundo, a menudo expandiéndose.
¿Qué entendíamos con la frase tan remanida por Biden?
El sentido común nos decía que todos deben seguir las mismas reglas, que no debe (ni puede) haber reglas para unos y no para otros, o que pueda haber reglas diferenciadas para cada quien; los blancos pueden pasar, los negros, no; los hombres pueden pasar, las mujeres, no; los ricos pueden… ¡Oh, no! eso sería inimaginable. E inadmisible.
Pues bien: no era aquello lo que decía Biden. Biden decía rotundamente: un orden basado en reglas consiste en que unos tienen que seguir unas reglas y otros, no.
Lo explica en muy pocas palabras un investigador chino de la República Popular, Hua Bin: “un orden basado en reglas, también conocido como la hegemonía de EE.UU. sobre los otros.”
Porque Biden, más allá de sus dificultades cognitivas, tiene que haberse enterado de las puntualizaciones que Lindsey Graham, un senador estadounidense de “la pesada”, tuvo que tomarse el trabajo de puntualizar.
Graham funge como senador desde hace más de dos décadas. Y es un puntal de AIPAC, el lobby judeosionista que respalda financieramente a más de las tres cuartas partes de los miembros de la Cámara de Representantes y presumiblemente, en la misma proporción, a la de Senadores.
Este “cuadro de situación” de “la fábrica de leyes” de EE.UU., mediante la cual Israel ejerce, a través de AIPAC, pero no solamente, un ceñido control de esa presunta superpotencia en cuestiones claves, es determinante. Resoluciones, dictámenes, leyes que provienen de cuerpos políticos tan penetrados por la labor de lobby, constituyen un estado de situación, heterónomo, que hemos ido viendo amplificarse y profundizarse con el paso de los años, de las décadas.
Y esa heteronomía es la que explica porqué EE.UU. ha cometido y comete tantos errores, ha ingresado en tantas situaciones sin salida: es tarea muy difícil satisfacer objetivos de otros sin pagar los platos rotos del asunto. En una palabra: ser chirolita no es tarea sencilla, ni siquiera cuando se trata de un “chirolón”.
Con el ataque insoslayablemente genocida de Israel a la población gazatí desde el mismísimo 7 oct. 2023, llevándolos una vez más, como alguna vez prometiera “el carnicero” Ariel Sharon a “la edad de piedra”, pese a presentarse como respuesta democrática a la violencia árabe, han surgido voces criticando y condenado con mucha (y merecida) indignación la matanza, lo abyecto de la matanza: la relatora de la ONU, Francesca Albanese, el rabino antisionista Yakov Rabkin, el gobierno sudafricano, periodistas como Ali Abunimah, palestino, Philip Weiss, judío, y otros, como Jonathan Cook, Kevin Barrett, Christian Hedges, Ariel Umpiérrez, y tantos, tantos otros.
Sabemos que solo en el diminuto territorio gazatí más el de Cisjordania y Jerusalén oriental ocupados por Israel, han muertos más periodistas en estos pocos últimos años que en los seis de toda la IIGM en el mundo entero. Se estiman centenares. Cifras así de escalofriantes corren también para el personal sanitario; médicos, enfermeros, camilleros… todos fríamente ejecutados por el Estado de Israel.
Hasta desde la mismísima ONU, en un tiempo la amanuense de EE.UU. ha brotado la crítica y la condena al comportamiento israelí en la Franja de Gaza.
Aun así, Biden ha estado insistiendo con su caballito de batalla del orden basado en reglas.
Pero veamos: Lindsey Graham, “nuestro” senador AIPAC, impugnó airadamente las “órdenes” de arresto de la Corte Internacional de Justicia del 21 de noviembre ppdo. contra los dirigentes israelíes, Beniamin Netanyahu y Yoav Gallant, en una conferencia de prensa que brindó en el Hotel King David, en Jerusalén, el 27 nov. ppdo. afirmando: “El Estatuto de Roma no se aplica a Israel, ni a EE.UU., ni a Francia, ni a Alemania, ni a Gran Bretaña, porque no fue concebido para actuar sobre nosotros.”
Vale la pena repetirlo: “no fue concebido para actuar sobre nosotros”.
¿Por qué Graham explicita el Principio de desigualdad ante la ley? No es por cierto novedoso, pero sí novedosa su descarada exposición; lo que obviaba Biden, nos lo desnuda Graham.
La CIJ había iniciado su impugnación al inicuo comportamiento israelí en enero 2024 presentando una demanda contra el Estado de Israel por genocidio. Una acción iniciada por Sudáfrica, que ha estado contando con el apoyo de varios estados nacionales (aunque lastimosamente pocos) en el mundo entero: Pakistán, Malasia, Turquía, Jordania, Namibia, Colombia, Bolivia, Brasil, Irlanda, Bélgica, Turquía, hasta ahora.
Pese al terror ideológico que conlleva el latiguillo de “antisemita”, es de esperar que la crudeza de la realidad, a la vista de todos, tenga más fuerza.
Como para probar que estamos mucho peor de lo que imaginamos, que la gangrena ideológica ha ido tomando los más diversos órganos de nuestras sociedades presentes
–periodísticos, judiciales, políticos, académicos, mediáticos− acabamos de experimentar una truculenta verificación −otra− del principio de desigualdad ante la ley (no ha pasado ni dos meses).
En la ceremonia de despedida del saliente ministro de Estado de EE.UU., Anthony Blinken, de la Sala de Periodistas de la Casa Blanca, el 16 de enero de 2025, poblada por una veintena o más de periodistas, uno de ellos, Max Blummenthal, judío, empezó a preguntar interrumpiendo la alocución ministerial con puntos candentes, acusatorios; ¿por qué tanta carta blanca a los raids genocidas de Israel en la Franja de Gaza?, ¿por qué tantos suministros de material de guerra altamente ofensivo cuando ni siquiera existe una guerra regular (ejército de ocupación israelí y población palestina asediada, arrinconada, hambreada más guerrilla llevando adelante actos violentos). Blinken eludió responder, prometiendo contestar preguntas (suponemos que en otro momento). Luego de muchos minutos, gritos y forcejeos, Blummenthal fue sacado a pasos semiforzados de la sala.
Recuperada la calma, Blinken siguió su presentación y llegó el momento de las preguntas. Un periodista veterano, de pelo blanco (se sabría después que es de origen árabe), haciendo uso del derecho profesional a las preguntas le inquirió a Blinken muy duramente acerca del genocidio en marcha. Blinken se negó otra vez a contestar, con lo cual estaría cometiendo el-imperdonable-delito de negar el juego democrático, y desmentir su propia promesa al abrir la conferencia, de que cada quien tendría su pregunta para hacer. Pero no sólo eso, sino que tres policías rodearon al periodista, Sam Husseini, y empezaron a desplazarlo a la fuerza.
Husseini se aferraba a los asientos, aclarando que él esperó pacientemente para hacer una pregunta, y en medio del forcejeo siguiò preguntando sobre el papel y el significado de armas nucleares en la Franja de Gaza.
En un momento, con voz ahogada, Husseini le señaló a Blinken: −usted habla de libertad y no me deja formularle ni una pregunta…
Husseini no obtuvo ninguna respuesta, sólo la fuerza bruta transportando a un anciano hacia afuera del recinto que se supone reservado a exponer la información requerida por el periodismo.
Si algo nos alegra es la presencia osada, crítica, de un judío y un árabe ante tanta defección. Si algo lamentamos es el silencio, entre cómplice y abyecto, de tantos otros periodistas allí presentes. Y extrañar la voz crítica de alguien que no sea ni judío ni árabe o palestino.
La Sala de Prensa de la Casa Blanca y su anfitrión Anthony Blinken dio entonces otra prueba concreta del principio de desigualdad que con tanto desparpajo había expuesto el senador Lindsey Graham dos meses atrás en otro territorio –el foyer del histórico Hotel King David, de Jerusalén, volado en 1946 por los aires con palestinos, judíos, ingleses y otros extranjeros allí trabajando u hospedados, dejando un tendal de decenas de muertos a manos del terrorismo sionista.
Lugares donde estas contradicciones, por lo visto, funcionan de maravillas.□
Rosa Luxemburgo: Una Llamada a la Actualidad en la Lucha por los Derechos y la Justicia Social
El 15 de enero de 1919, la insigne Rosa Luxemburgo fue asesinada en Berlín, marcando una pérdida irreparable para el movimiento socialista y feminista. En su aniversario no podemos dejar de subrayar la importancia actual del pensamiento de Rosa Luxemburgo, instando a la reflexión y acción en favor de un futuro justo y equitativo. Más presente que nunca.
Carlo Goldoni, hace más de tres siglos, redondeó una commedia dell’arte inolvidable, Servir a dos amos; la historia y las cabriolas del protagonista para atender a dos amos, a veces con intereses dispares, y sobre todo, para atenderse a sí mismo; un “muerto de hambre” modelo siglo xviii. El intendente fernandino Enrique Antía, Mr. Simpatía, el de la eterna sonrisa, ha superado ampliamente esa duplicidad del protagonista goldoniano –“Truffaldino, que puede traducirse al español como Fraudolent” (según wikipedia)−.
Como actividad de extensión del IFD de San José quiero dejar a disposición de los eventuales concursantes, y de los lectores en general, un resumen de para desarrollar los temas de filosofía de la educación en el concurso de Educación Primaria. No pretende ser un planteo representativo, sino, simplemente algunas ideas para seguir pensando y desarrollando
Terminó y empezó un año. Al parecer la vida continúa su cauce, como el rio que no deja de arrojar agua en forma continua. ¿O si lo deja? Por ahora la vida continúa, a unos para bien a otros para mal, pero continúa, no se puede detener. El que terminó, 2024, fue un año con muchos altibajos, como todos los años que hemos vivido hasta ahora, que ya son unos cuantos.
Continuando con la serie de artículos que he publicado para dejar a disposición de los eventuales concursantes, y de los lectores en general, les presento en esta entrega un trabajo realizado por el Profesor Álvaro Fernández Etchart, quien me honra con su amistad, es un destacado colega con una trayectoria relevante en la Educación.
El martes 28 en conferencia de prensa en el local del Frente Amplio de San José, con la presencia de dirigentes de ambos sectores, se anunció el acuerdo político entre el Nuevo Espacio de San José y la agrupación Tendiendo Puentes.
Argentina: Un Levantamiento Ciudadano contra el Fascismo y la Impunidad
El fin de semana pasado, Argentina vivió un momento crucial que no puede pasar desapercibido. Fue una respuesta contundente a un preocupante avance de la impunidad y el fascismo, manifestado en la alarmante retórica del presidente Javier Milei, quien expuso sus ideas en Davos. Su discurso, lleno de lamentaciones, temor y una falta de empatía, fue contestado por una ciudadanía que, cansada de los ataques a sus derechos, se lanzó a las calles en una demostración de fuerza y unidad por causas justas.
El 7 de octubre de 2023 se rehizo la agenda de nuestras sociedades. La informativa, la política, la militar, la cultural, la ética. A causa de la enorme circulación de la info por todo el planeta, buena parte del conocimiento de los acontecimientos –no todos− circula a menudo simultáneamente, o casi, con lo acontecido. ¿Qué nos significa ver matar de a centenares, de a miles, a civiles, adultos, niños?, ¿desfilar ante nuestros ojos la destrucción edilicia de toda una ciudad, bombardeadas sus instalaciones sanitarias, alimentarias, de transporte, sus redes de agua estalladas y humanos atrapados por doquier en los escombros?
Tal vez el presente año sea uno de los más complicados, para el Uruguay, América y el mundo. Este nuevo año, hace un mes que comenzó, pero como ya dijimos en una nota anterior lo bueno es que asume el Frente Amplio en el gobierno del Uruguay. Lo complicado es la asunción de Donald Trump en los EE.UU., lo bueno es que continua, pero muy complicado, Maduro en la presidencia de Venezuela.