La comunicación: el engaño

Columnas 19 de junio de 2022 Por William Marino
La escuela de guerra del ejército de los EE.UU., en un documento confidencial de octubre del 2011 decía: “las operaciones de información (O.I.) tienen como objetivo influir en el comportamiento de las audiencias, es decir cambiar su capacidad para tomar decisiones, mientras se protege la capacidad del lado amigo para tomar decisiones correctas”.
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Tal vez aún muchos no se han dado cuenta que estas guerras, estas pequeñas pero desbastadoras guerras, como lo fueron y son las de Viet Nam, Afganistán, Irak, Siria, Líbano, la de los Balcanes, todas, tuvieron un principio en la guerra comunicacional.

Esta guerra de Rusia y Ucrania, que hoy se está desarrollando en Europa, es la guerra de las mentiras, del engaño, el que NO cree ni se prepara para ello pierde. Esto es lo que se llama la “guerra de las comunicaciones”, “la guerra de la información o de la contra información”. Esa es la guerra de la mentira y del engaño, del desprestigio y el engaño, es con esto que se siembra la duda para tratar de conquistar tanto a tu amigo, como al indiferente.

La cizaña entre “tus amigos y aliados”, en este caso pueblos enteros, servirá para crear discordia que pueda llevar a la división de un frente.

 La guerra de la “mentira y el engaño” no es nueva, es tan vieja como la guerra misma. Tal cual la sentimos y observamos hoy, podemos decir que se origina en 1913, antes de los comienzo de la primera guerra mundial. Los ingleses y americanos van aprendiendo el arte del decir sin decir nada. El arte de mentir, aún diciendo la verdad, pues la misma es sacada de un contexto.

 En nuestro país la dictadura cívico militar, ejerció la comunicación como un medio de destrucción sicológica hacia los jóvenes y no tan jóvenes. Eso no empezó con la dictadura sino mucho antes. En la campaña electoral de 1971 –año de la fundación del Frente Amplio- quien puede y desea, hoy puede leer en Google, la “guerra” de información y comunicación que protagonizo la derecha total contra el Frente Amplio.

Las bombas en si no te comen la cabeza, si te la estropea la mala y disparatada información comunicada de exprofeso.    

 En Ucrania, hace ya mucho tiempo, aun antes de la caída del campo Socialista, los EE.UU. y la OTAN trataban de reflotar el odio hacia los rusos.  Hace unos 10 años con el odio a flor de labio y un fusil en la mano, se desata un hecho contra los rusos parlantes de Ucrania, cuando en el 2014 los grupos nazis ucranianos, incendiaron la casa de los sindicatos de Odessa, provocando decenas de muertos, sindicalistas ucranianos. Los fascistas y  nazis, ya tenían creada su “Gestapo” cometiendo asesinatos parlantes, aún de mujeres y niños.

   Toda esta trama de la provocación de Ucrania hacia Rusia había comenzado hace ya más de 30 años, La caída de la URSS, en 1992, reavivó viejos proyectos como lo son “Harvard” y “Georgetown” del Departamento de Estado, la CIA, la USAID, la OTAN y   porqué no también algunos organismos internacionales emparentados con la propia ONU, como lo son UNESCO, UNICEF, Reporteros sin frontera y Médicos sin Fronteras, pero también hay ONG que según dicen trabajar en favor de los más desposeídos de este mundo.  

Ambos proyectos,  junto a otros de cómo realizar la “comunicación y propaganda”, estaban destinados al debilitamiento primero de la URSS y todo el campo socialista, hoy están enfocado a  varios países, que son los que hacen que los EE.UU. pierda su hegemonía a nivel mundial.

Pudieron desbastar a Yugoslavia, a Afganistán, a Irak, a Libia. Ocuparon y crearon cientos de bases militares a lo largo y ancho del mundo. La Justicia se aplicaba a todos menos a los soldados americanos y los que estaban bajo “su protección”, ejemplos son los que sobran.

Desde los bombardeos indiscriminados a Hanoi, Viet Nam, por parte de los bombarderos B1 de los EE.UU., cinco embajadas y dos hospitales. En un solo día murieron decenas de médicos y enfermeros, amén de pacientes. También murió un diplomático Francés. En Saigón el jefe de policía le pega un tiro en la cabeza a un detenido delante de las cámaras de televisión y corresponsales de la prensa. Y el Agente Naranja, las bombas de Napal, el incendio de aldeas, cuyo emblema podría ser My Lai.

En Afganistán, murieron fruto de los bombardeos de la OTAN, los EE.UU. y sus aliados cientos de miles de civiles. En Yemen, Libia, en Irak, en Siria, en Nigeria, en Angola, el Congo aquí pienso en el asesinato de Patrice Lumunba.

También se podría hablar de Colombia, Bolivia, El Salvador, Haití con un Presidente asesinado en plena ciudad, Nicaragua, Brasil, podríamos seguir.  

De quien no me quiero, ni olvidar ni pasar por alto es de Palestina, la HEROICA.  La que tiene decenas de miles de muertos, es decir asesinados. Los que viven casi como en la edad de piedra porque los valientes soldados israelíes los bombardean destruyendo todo a su paso. ¿Será por el gas que hoy Europa le quiere comprar a Israel y está en la franja costera de Palestina?

  Seguro que toda guerra es terrible, inhumana, sangrienta, cobarde, rastrera, cruel, espantosa, no creo que allá un calificativo bueno. Lo que si podemos decir es que en muchas ocasiones son inevitables, por ser fruto de la codicia del ser humano. En la guerra sí podemos decir que hay perdedores, que son los pueblos, que sufren las peores consecuencias.

Aunque hay ganadores que son los que la instigan, los que fabrican las armas, los que están detrás de escritorios sin salir de allí jamás. Son esos países que cuando ven asesinar periodistas ni se dan por enterados. Los que las financian como la OTAN y los EE.UU., que llevan entregados unos 100.000.000.000., sí cien mil millones de dólares en armas.

Algunos personajes  como Soros –húngaro nacionalizado en los EE.UU.- que hay que destruir a Putin, pues si él gana habría comenzado la tercera guerra mundial.

Por otra parte todas las sanciones económicas impuestas por los EE.UU. y sus seguidores a Rusia se están dando vuelta en contra de occidente. Todo esto trae como consecuencias una crisis económica, pero también alimentaria y sanitaria a lo largo y ancho del mundo. Esta guerra no es un simple juego y sus actores lo saben.

Hoy está muy latente que EE.UU. y/o la OTAN, le entreguen armas nucleares a Ucrania y eso sí sería el fin de nuestra humanidad.

                                                         
   WILLIAM  MARINO      

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