En el marco de la conmemoración de un nuevo aniversario del “histórico triunfo popular que mantuvo a ANCAP en la órbita estatal y pública y el monopolio de los combustibles en manos del Estado”, FANCAP resolvió realizar un paro de 24 horas con movilización en Paysandú, previsto para este martes. La medida es, además, en defensa de la industria cementera estatal.

El sindicato solicitó sin éxito que se mantenga el convenio actual mientras se desarrolla la negociación colectiva, pero la empresa denunció la semana pasada el acuerdo que regía hasta el 31 de diciembre e hizo una propuesta transitoria, postura que desde el sindicato califican como “no garantista”.

Cabe remarcar que Ancap denunció el convenio ante la Comisión de Asuntos Laborales y comunicó la decisión ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y el Ministerio de Industria, Energía y Minería. En tanto, el directorio argumentó que no se estaba cumpliendo con los puntos del acuerdo, entre ellos, la comunicación con antelación de medidas sindicales.

Desde Fancap, se propuso además continuar con el convenio para mantener las guardias gremiales durante el período de la negociación, pero como no hubo acuerdo con la administración se pasó a “un procedimiento de parada segura de los equipos para procurar detención de la refinería”, según explicaron desde el sindicato.

En diálogo con la prensa, la secretaria general del sindicato, Natalia Belo, recalcó que siempre hubo intención “de encarar un diálogo”, pero, ante una posición “intransigente por parte del directorio”, las medidas tomaron un rumbo más duro. “Era tan sencillo como mantener el principio de ultractividad, es decir, que se mantuviera el convenio anterior durante la negociación de un nuevo convenio”, cuestionó Belo.

Este lunes se acordó con la empresa una “guardia gremial mínima” para mantener los servicios básicos de vapor, aire y agua, pero el resto de las unidades procederán a una “parada ordenada” de la planta para “asegurar el derecho a huelga”, explicó la secretaria general.

Por su parte, el presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic, cuestionó la medida y señaló que implica un costo significativo en términos económicos, un riesgo operativo y de malfuncionamiento en la puesta en marcha. "La medida tomada es muy grave y desmesurada”, sentenció, para luego contar que se buscó “acordar las guardias gremiales con el sindicato, pero no fue posible”.

"La parada de la refinería y la puesta en marcha son procesos muy delicados que llevan varias horas o incluso días”, concluyó el Jerarca.