Hace 52 años, un 14 de Agosto de 1968, falleció el estudiante universitario Líber Arce en el marco del reclamo en el gobierno de Pacheco Areco, por el boleto estudiantil, en un nuevo aniversario, es necesario transmitir algunas reflexiones, sobre los desafíos de la educación en la actualidad y el papel de los jóvenes en estos tiempos importantes para el país y la región. 

Vivimos en un contexto especial, donde muchas de las cuestiones por las que lucharon otras generaciones de estudiantes fueron logradas, el boleto estudiantil es un claro logro para colocar como principal factor, pero también la apertura educativa a los niveles sociales medios y bajos es un logro que no se puede pasar por alto, muchos estudiantes universitarios son la primera generación de su familia en poder tener ese derecho que debe ser uno básico: El de poder educarnos, aprendiendo conceptos y derrotando a la ignorancia que muchas veces nos quiere imponer el sistema en el que vivimos. 

Ante ello se da una clara disyuntiva, por un lado el adaptarnos al sistema sin reclamos o por el contrario organizarse y reclamar por los derechos estudiantiles, en una época donde en la región y en nuestro país hay una inserción neoliberal que plantea la clara privatización de la educación, el recorte a la Universidad de la República en más de 500 millones y otros aspectos, Sumado a ello se suma otro reclamo que ha sido postergado por décadas, el presupuesto para la educación, aquí no hay matices o antítesis, o se defiende una educación pública, inclusiva, popular, con valores sociales, culturales y deportivos o una educación desmantelada, en la cual los que más tienen acceden y los que menos tienen no pueden ingresar al sistema. 

La lucha por la educación se tiene que dar con una clara y enfática organización estudiantil, con perspectiva de clases, y con inclusión social, para ello necesitamos más fuertes que nunca a los gremios y organizaciones estudiantiles, reclamando y luchando por una inclusión laica, obligatoria, pero por sobre todo gratuita, sumado a ello se ha aprobado una Ley de Urgente Consideración que prioriza la privatización antes que a los y las estudiantes. 

En este contexto de defensa de derechos no sólo para nuestra generación sino que para el futuro, debemos reflexionar sobre la educación que queremos, desde lo personal creo en la fuerte y clara convicción que levantar las banderas de la educación pública, del no recorte a la educación, de la garantización del acceso, de la organización y de la participación, es el mejor homenaje que le podemos hacer a Liber, a Susana, a Hugo y a todos los que dejaron su vida a causa de las ideas y de la defensa de una educación pública, gratuita e inclusiva. 

En tiempos difíciles, Obreros y Estudiantes unidos y adelante.